Introducción:
En el corazón de la zona industrial de La Uruca, esta soda legendaria se ha ganado su lugar en la cultura josefina por dos cosas: su comida sin fallas y su apodo inolvidable. "La Culo con Culo" no es solo un chiste popular: es una descripción precisa de lo que pasa al mediodía cuando todo el mundo se sienta hombro con hombro a almorzar. No hay espacio, no hay silencio, y no hay tiempo que perder. Es el tipo de lugar donde el almuerzo es sagrado, la rotación es constante, y el sabor nunca decepciona.
Ambiente:
Caótico en el mejor sentido. Bancos pegados, fila desde temprano, cocineras que no paran dentro de un pequeño espacio. Acá uno viene por la rapidez y sabor de ellos: acá todo funciona con la precisión de un reloj popular. El espacio es apretado, pero eso es parte del encanto. Si te gusta observar gente, este es un teatro de lo cotidiano donde todos los personajes vienen con hambre y salen con cara de satisfacción. Todo es barato, abundante y directo a la yugular.
Qué pedir:
El gallo doble es pura contundencia: pan cuadrado, huevo, carne y sabor callejero elevado a categoría de clásico.
El pinto con torta de huevo no falla nunca, especialmente con natilla y chilera. Y si estás con hambre seria.
La torta de carne te deja feliz por el resto del día —grande, jugosa y con el sazón casero que define a esta soda.
