
Introducción:
En Lindora hay muchas pizzerías, pero solo una donde la pizza te habla en italiano y la masa tiene alma: Mamma Mia. Acá no vinieron a jugar. Antonio, el pizzaiolo, nació en Nápoles y se trajo el horno, la técnica y la actitud. Gennaro, el dueño, plantó un pedazo de su tierra en Costa Rica, y le salió redondo. Hay sabor real, producto bien tratado y una vibra que te hace sentir que estás a un paso del Vesubio.
Ambiente:
Sencillo y cálido, con ese olorcito a horno de leña que te recibe como un abrazo con queso derretido. Nada de luces frías ni decoración fingida: esto es trattoria moderna con identidad. El espacio es relajado, perfecto para dejarse caer con alguien que te gusta, con amigos antes de salir, o para una noche en la que la comida sea el plan. Y sí: con vinito en mano, todo mejora.
Qué pedir:
Pizza Margherita es una obra simple y perfecta: masa aireada, tomate con carácter, mozzarella cremosa y albahaca fresca.
Pizza Bronte: Queso mozzarella, mortadela, crema de pistacho, albahaca fresca y pistachos picados, es puro gol de Maradona en sus épocas en el Napoli.
Pasta carbonara: Se hace como debe ser: sin crema, con yema, guanciale, pecorino y lo más importante de todo, con buena técnica para que la pasta no se haga huevo revuelto.