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Lo que parecía una obra escolar terminó siendo un ejemplo

Participaron niños entre los 5 y 8 años

Por Katherine Castro | 19 de Oct. 2017 | 6:59 am

Un grupo de estudiantes sordos de la Escuela Fernando Centeno Güell, demostraron por medio de una obra única en su estilo que la música no solo puede ser escuchada sino también sentida.

"El ladrón de diamantes", es una propuesta a cargo de Danza Universitaria de la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes compartieron el escenario con niños de entre 5 y 8 años.

De acuerdo con Gustavo Hernández, coreógrafo quien realizó el montaje, durante 7 meses los niños participantes llevaron cursos de expresión corporal y baile.

Además reconoció que las intensas sesiones de trabajo de seis horas semanales rindieron esfuerzos ya que lograron presentar un espectáculo de calidad única.

"Al principio la gente se imaginaba que era una obra más escolar, pero ahora tenemos un montaje profesional con escenografía, utilería y vestuario. Junto con los bailarines de Danza Universitaria tenemos a 17 personas participando", indicó Hernández.

Giselle Ugalde, docente del centro educativo aseguró que gracias a la estimulación temprana que han recibido los estudiantes de parte de sus familias y de la escuela, así como el uso de los audífonos, les ha permitido su sistema auditivo para reconocer niveles de sonido, intensidad y lejanía.

"Es necesario aclarar que las personas nunca son totalmente sordas. De todas formas el sonido también se percibe por el cuerpo", agregó.

Retos y aportes

El haber participado en esta actividad le ha permitido a los niños no solo ser parte de dinámicas de las que muchas veces son excluidos sino también trabajar en su seguridad personal, la coordinación visomotora y la motora gruesa y fina.

"Los niños sordos tienen un aprendizaje visual pero no se trata de que solo imiten o repitan. Son personas inteligentes que tienen derecho a que se les explique el porqué de las cosas", dijo la docente.

Además otro de los aportes es que hace siete meses la Lengua de Señas Costarricense (Lesco) no tenía una manera de decir "escena" ni "coreografía", las cuales ya fueron incorporadas.

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