Hija de Edgar Mora le dedica sentido mensaje tras renuncia
Mora dejó su cargo este lunes

Edgar Mora junto a su hija Luisa. Imagen tomada de Facebook.
(CRHoy.com) "Ayer lloré como un bebé mientras te veía dejar un trabajo que sé de primera mano te ilusionaba muchísimo. Me dolía el corazón, lo tenía destrozado".
Con estas palabras, Luisa Mora, hija Edgar Mora, exministro de Educación Pública se refirió en redes sociales al dolor que le causó la renuncia de su padre a la institución.
En el sentido mensaje, la joven cuenta varias anécdotas desde el día en que Mora le comunicó que sería ministro de Educación hasta el domingo cuando discutieron su renuncia.
"Te agradezco ser íntegro porque entonces puedo hablar bien de mi papá, y eso es de las cosas más hermosas que le pueden pasar a uno. Te agradezco como ciudadana que me escuchés, también. Y eso es algo que no te he dicho. A veces, estás desconectado. Pero cuando me escuchás, me escuchás para siempre. Literalmente, tomás nota", comenta en el mensaje.
La joven finaliza sus palabras agradeciendo a su padre por su labor durante los 14 meses que estuvo a cargo del MEP.
"Gracias por tu año como ministro, y por tus 32 años como papá, dos trabajos a los que les has dedicado ternura y todas las otras mejores partes de lo que sos. Este ha sido un año hermoso, después de todo, porque has demostrado en ambos ámbitos hasta dónde llega tu compromiso, y cuáles son las bases éticas del mismo", agregó.
-->Ayer lloré como un bebé mientras te veía dejar un trabajo que sé de primera mano te ilusionaba muchísimo. Me dolía el corazón, lo tenía destrozado – luego, cuando te conté (ya de buen humor y tranquila)que lloré como un bebé y que hasta me agarraba el pecho y soltaba quejidos, te reíste y me dijiste: ¡pero entonces no escuchaste el discurso, si estabas llorando tanto!
Te quiero explicar por qué lloré. Me vinieron a la cabeza imágenes como en un zapping, entre ellas la imagen del día que me llamaste para contarme en secreto que Carlos te había pedido ser ministro: yo estaba abriendo el portón de mi apartamento y me quedé en shock, me agarré de las varillas. Me asusté. Y te lo dije: qué susto, papi. Y vos te reíste nervioso. Yo te dije: va a ser muy duro. Y vos estabas seguro de eso, pero también de que querías hacerlo, y cuando vos sabés que querés hacer algo, siempre lo hacés bien. Después, las imágenes son un collage de este último año. De vos cómo ministro y vos cómo papá, y a veces – como cuando en el traspaso de poderes saltaste fuera de la fila protocolaria para abrazarme y levantarme del suelo (y yo pensé: wow, nunca había visto a alguien tan feliz de verme) – las dos al mismo tiempo. Separar tu ser papá de tu ser servidor público es imposible, porque siempre se han alimentado una de la otra, de buena manera. Lo que aprendés en tu vida personal lo aplicás a la política y viceversa. Por eso siempre fue difícil para todos decir que sos político: ¿cómo vas a ser político vos, incorruptible y alegre, emocionado por la vida? Servidor público, como decís vos cuando te referís a vos mismo, si. Eso sí. Y lo hacés con método, lo hacés con orden y con compás moral. Y te lo agradezco como nada en la vida. Te agradezco ser íntegro porque entonces puedo hablar bien de mi papá, y eso es de las cosas más hermosas que le pueden pasar a uno.
Te agradezco como ciudadana que me escuchés, también. Y eso es algo que no te he dicho. A veces, estás desconectado. Pero cuando me escuchás, me escuchás para siempre. Literalmente, tomás nota. (No creás que no me di cuenta que anotaste en tu libreta algunas cosas que te dije la noche antes de tu renuncia). Me di cuenta de eso una vez que me llamaste a darme las gracias por haberte enseñado sobre feminismo – no lo dijiste así, pero dijiste: quiero que sepás que aprendo siempre de vos y de las cosas que te importan.
Gracias papi, por haberte mantenido a salvo. Por acudir al servicio público cuando te lo pidieron. Por escucharme a mí y a nosotros. Por querernos tanto, y como vos decís a menudo, sacar la cabeza de tu propio ombligo para ver al otro. Gracias por tu año como ministro, y por tus 32 años como papá, dos trabajos a los que les has dedicado ternura y todas las otras mejores partes de lo que sos.
Este ha sido un año hermoso, después de todo, porque has demostrado en ambos ámbitos hasta dónde llega tu compromiso, y cuáles son las bases éticas del mismo.[/tabx]