TLC con Israel: ¿Por qué es importante para Costa Rica?
El Tratado de Libre Comercio (TLC) con Israel le permitirá a Costa Rica insertarse en redes de conocimiento, tecnología y servicios modernos.
Así lo sostuvo el experto Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD y research fellow de la Academia de Centroamérica.
Según Zolezzi, la pregunta correcta sobre este TLC no es si se justifica por el comercio actual de bienes.
"Este tratado debe leerse con las gafas del siglo XXI: servicios modernos, tecnología, inversión extranjera directa (IED), reglas y capacidades. Desde esa perspectiva, el acuerdo no solo tiene sentido, sino que revela una apuesta estratégica distinta —y más sofisticada— sobre el tipo de economía que Costa Rica quiere construir", comentó.
Ventana estratégica
El comercio de bienes entre Costa Rica e Israel ha rondado, en promedio, los US$50 millones anuales en la última década.
Zolezzi aseguró que no existe un mercado israelí esperando piña, banano o dispositivos médicos costarricenses en volúmenes transformadores.
"Quien crea que este TLC se firmó para disparar las exportaciones de bienes está mirando el instrumento equivocado. Precisamente por eso, la firma del tratado es interesante", subrayó este experto en inversión extranjera.
Explicó que los tratados modernos no son solo rebajas arancelarias, sino infraestructura jurídica. Establecen reglas de juego, marcos de cooperación, certidumbre para la inversión y señales de previsibilidad institucional.
En economías pequeñas y abiertas como Costa Rica, esa señal puede ser más valiosa que el comercio inmediato.
"Israel no es atractivo por su tamaño de mercado, sino por su ecosistema tecnológico: agrotech, ciberseguridad, tecnologías limpias, servicios digitales, innovación aplicada y capital de riesgo. Es, en términos económicos, un exportador de capacidades más que de bienes", destacó.
Desde esa óptica, el TLC funciona como un puente institucional para:
- Atraer IED tecnológica.
- Facilitar alianzas empresariales y académicas.
- Posicionar a Costa Rica como plataforma de adopción, adaptación y escalamiento de tecnología en América Latina.
Servicios modernos
Zolezzi recordó que Costa Rica ya no compite solo en manufactura avanzada. Su verdadera ventaja comparativa emergente está en los servicios basados en conocimiento: tecnologías de la información, back office sofisticado, analítica, ingeniería, servicios empresariales y, de forma creciente, soluciones digitales intensivas en talento.
"En ese mundo, el valor no se mueve en barcos, sino en datos, algoritmos, procesos y personas. Un solo proyecto ancla de IED en servicios modernos puede generar más impacto económico —en salarios, productividad y encadenamientos— que decenas de millones de dólares en comercio de bienes. Ahí es donde este TLC cobra sentido", detalló.
En su criterio, sería ingenuo negar que un acuerdo con Israel, en el contexto geopolítico actual, tiene una lectura política.
Sin embargo, no existe evidencia en los textos oficiales que sustente que ese haya sido el motor principal. Lo que sí existe es una narrativa explícita —y coherente— de innovación, tecnología, inversión y diversificación.
Posibilidades
El experto manifestó que el riesgo de este TLC no es haberlo firmado.
"El riesgo es creer que el tratado, por sí solo, hará el trabajo. Sin políticas internas de talento, protección de datos, energía competitiva, infraestructura digital y una estrategia clara de atracción de IED en servicios modernos, el acuerdo puede quedarse en papel", advirtió.
Un TLC de este tipo no garantiza resultados; solo habilita posibilidades. El impacto dependerá de si Costa Rica lo utiliza como palanca para:
- Atraer empresas tecnológicas.
- Fortalecer encadenamientos locales.
- Elevar su frontera de productividad.
"Este tratado no se firmó para vender más cajas. Se firmó —consciente o inconscientemente— para insertar a Costa Rica en redes de conocimiento, tecnología y servicios modernos. Juzgarlo con métricas de comercio de bienes es un error de época", agregó.
Indicó que la pregunta relevante no es cuántos dólares adicionales exportará Costa Rica a Israel el próximo año.
"La pregunta es si sabremos usar este TLC para convertir tecnología en productividad, inversión en capacidades y reglas en reputación país. Porque, en la economía que viene, los países que ganan no son los que exportan más volumen, sino los que exportan más inteligencia", concluyó Zolezzi.
El pasado 8 de diciembre, Costa Rica e Israel suscribieron el TLC.
Según el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), el acuerdo permitirá a Costa Rica consolidar su inserción internacional y expandir su huella comercial en una región estratégica para el desarrollo de sectores de alto valor agregado.
Al aliarse con Israel —líder global en innovación, ciberseguridad, tecnologías limpias, agrotecnología, servicios digitales y semiconductores— se establece un marco privilegiado para la generación de nuevas oportunidades en intercambio comercial, atracción de capital y encadenamientos productivos binacionales.
Tras la firma en Jerusalén, el texto del TLC será remitido a la Asamblea Legislativa de Costa Rica para su proceso constitucional de aprobación.
