“Yo puedo”: La historia de Ana Isabel, alumna de honor a los 65 años en colegio nocturno

A sus 65 años, Ana Isabel Díaz Zúñiga se prepara para desfilar orgullosa con la cinta de alumna de honor en el colegio nocturno Enrique Menzel, en Turrialba, su historia es una muestra de que la edad no es un límite cuando existen perseverancia, fe y determinación.

La vecina de la localidad de Santa Rosa, contó a CR Hoy cómo logró convertirse en una de las mejores estudiantes de su grado.

Durante gran parte de su vida, los estudios parecían un sueño lejano.

Pasados los años dedicó su tiempo al cuidado de sus padres, en especial de su madre, a quien acompañó hasta el final de sus días.

"Cuando mi mamá falleció, dije: 'Voy a ir al colegio, tengo muchas ganas'. Ya Dios me había curado de los nervios y me sentí lista para estudiar", recuerda.

Fue así como, con más de 50 años, decidió inscribirse por primera vez en el colegio nocturno. Al inicio, explica que la adaptación fue dura, pues "como era la primera vez y ya tenía 50 y tantos años, si me costó un poco más", confiesa.

Pero poco a poco, y con el apoyo de sus profesores y del director del centro educativo, empezó a ganar confianza y a obtener buenas calificaciones.

Actualmente, cursa octavo año y se propone terminar el bachillerato el próximo año.

"Para mí es un orgullo llevar la cinta de alumna de honor. Me dicen que tengo mucho positivismo, y yo creo que sí, porque la edad no importa; lo que vale es la voluntad de uno", asegura Díaz.

Ana Isabel no solo habla de logros, también de aprendizajes. Afirma que nunca tuvo hijos ni pareja porque decidió dedicar su vida al cuidado de sus padres.

Durante años trabajó cuidando niños e incluso llevó un curso como cuidadora de adultos mayores, aunque lo dejó cuando decidió priorizar sus estudios. "Ahora mi tiempo está en el colegio, en aprender y en sacar mi título", afirma.

Sin embargo, su manera de estudiar también sorprende a más de uno de sus compañeros, ya que Díaz no pasa semanas repasando, sino que prefiere concentrarse el mismo día de los exámenes.

"Yo estudio en la mañana, lo hago, y ya en la noche voy a hacer el examen. Así me aprendo todo y no se me olvida", explica. Entre todas las materias, hay una que la motiva más que ninguna: Matemáticas, su favorita. "Yo le entiendo al profesor y me encanta", dice con orgullo.

Además de sus logros, Ana Isabel quiere dejar un mensaje a todas las personas que quieran cumplir sus sueños y lean esta nota.

"Mi consejo sería que esos muchachos sean un poquito más positivos, que sepan valorar el estudio porque eso les dará un buen trabajo. Que no se vayan por las drogas ni por cosas malas. Estudiar es muy bonito y siempre se puede. Si uno dice: 'Yo puedo', de verdad que se puede", enfatiza.

Con ese orgullo y con la fe que la ha acompañado siempre, Ana Isabel se prepara para marchar en el desfile del 15 de septiembre, orgullosa llevará en su pecho la cinta que reconoce su esfuerzo y su perseverancia, como testimonio de que nunca es tarde para volver a soñar y, sobre todo, para cumplirlo.