Welmer Ramos: El desconocido que entró a la vida pública abrazado a la polémica
Corta carrera política del diputado se complica por insistencia en influir en el mercado del cemento
(CRHoy.com).- El diputado Welmer Ramos es un caso repetido en el Partido Acción Ciudadana (PAC). Como muchos que se cobijaron con la bandera rojiamarilla, por la gracia de la política pasó de ser un desconocido asesor legislativo especializado en temas financieros a ocupar el cargo de ministro de Economía Industria y Comercio (MEIC) durante el Gobierno de Luis Guillermo Solís, a partir del 2014.
La diferencia entre Ramos—con un bagaje político casi inexistente del que apenas despuntan 8 años como asesor parlamentario (2006-2014)—y otros pacquistas recién llegados a la arena política es que él dio el salto a esas lides tomando de la mano a la controversia desde un principio.
Jesús Welmer Ramos González, un liberiano de 58 años, que fue elegido diputado por la provincia de Heredia, se enfrenta al momento más agudo de su corta carrera en la vida pública, al figurar en una denuncia penal por presunto tráfico de influencias en favor del importador de cemento chino, Juan Carlos Bolaños, que lo enfrenta con el resto de su bancada y con el presidente de la República, Carlos Alvarado.
Gestión marcada por el negocio del cemento
Se dice en corrillos legislativos que su arribo a la política de las grandes ligas ocurrió cuando Luis Guillermo Solís, en los días posteriores a la victoria en la primera ronda electoral del 2014, dio espacio en su Gabinete a algunas figuras de las otras tendencias del PAC que resultaron derrotadas durante las primarias rojiamarillas del 2013. Contribuyó en su llegada al equipo de Gobierno lo hecho durante su función en la bancada del PAC y, principalmente, su cercanía con Ottón Solís, quien aún no se había enemistado totalmente con Luis Guillermo Solís.
Las fuentes consultadas indican que si el triunfante candidato del PAC no le hubiera ofrecido un ministerio, el Solís de Pérez Zeledón ya lo tenía en la lista para ser su jefe de despacho en la Asamblea Legislativa durante el periodo 2014-2018.
Cuatro años antes, Ramos había servido como asesor del diputado sancarleño, Manrique Oviedo, quien se identificó con el ala conservadora del PAC mientras militó en esa fuerza política. En ese despacho diputadil empezó a mostrar su apetito por la polémica.
Allí, según ha dicho Ramos en múltiples ocasiones desde que fue incluido en el escándalo del cementazo, empezó a gestionar un cambio en el mercado nacional del cemento para romper con el duopolio existente.
Entre sus alegatos para defenderse ante las imputaciones que se le hacen repite constantemente que desde que se desempeñaba como asesor del PAC en el Congreso empezó a mover a punta de oficios e investigaciones el cambio en las reglas del juego en el mercado cementero, proceso que posteriormente concretaría en el 2015, ya como ministro.
Ese año, según un informe que la Procuraduría de la Ética Pública (PEP) hizo público este 20 de agosto, el entonces ministro de Economía presionó a los funcionarios técnicos del MEIC para que se apartaran de sus criterios técnicos para cambiar el reglamento técnico de cementos hidráulicos.
Cuando finalmente el nuevo reglamento se aprobó, quedó sin efecto la prohibición de venta de aquellos cementos con más de 45 días de empacados, lo cual abrió la posibilidad para que Bolaños empezara a importar la materia prima desde Asia, logística que implicaba una travesía de hasta dos meses hasta Costa Rica. El negocio, entonces, resultaba imposible con el reglamento anterior.
Por esto la PEP determinó que Ramos incurrió en posibles faltas al deber de probidad y en eventual tráfico de influencias en favor de Juan Carlos Bolaños, presunción por la que el órgano acusó penalmente ante el Ministerio Público a Ramos.
El informe de la Procuraduría enfatiza que los cambios al reglamento ocurrieron precisamente después de que el importador se reuniera con altos funcionarios de Casa Presidencial, en cuenta Luis Guillermo Solís.
El abogado del Estado recalcó además que Ramos impulsó los cambios como si se tratara de un asunto urgente sin que se pudieran identificar motivos objetivos que justificaran la premura.
Por instrucciones directas de Welmer Ramos, según la PEP, los técnicos del MEIC tramitaron de manera atropellada la reforma integral del reglamento para el uso de cementos hidráulicos.
Todo esto, afirmó el órgano, permitió que se reactivara en el Banco de Costa Rica (BCR) el proceso de formalización y desembolso del crédito que se le facilitó a Bolaños para que financiara la importación de cemento asiático.
Según la Procuraduría, Ramos habría aprovechado la influencia y el poder que tenía sobre los funcionarios de la cartera para apresurar los cambios, poniendo en riesgo e irrespetando etapas trascendentes del procedimiento para la emisión de reglamentos técnicos regulados en el ordenamiento jurídico.

Welmer Ramos fue ministro de Economía durante buena parte de la administración de Luis Guillermo Solís, salpicada por el escándalo del cementazo. (CRH)
Aquí salta otra chispa entre Carlos Alvarado y él. En diciembre del 2017, después de que la comisión legislativa investigadora de los créditos bancarios entregara al plenario su informe sobre el caso del cemento chino, en el que figuraba Ramos, Alvarado, ya investido como candidato presidencial del PAC, lo mantuvo en la papeleta de candidatos a diputados del PAC a cambio de que empeñara su palabra de que renunciaría de inmediato a la nómina, o a la curul, si la PEP concluía que él cometió faltas al deber de probidad para beneficiar a Bolaños.
Así sucedió finalmente. El 21 de agosto pasado, el presidente Alvarado le pidió a su diputado por Heredia honrar su compromiso y renunciar de inmediato a la curul ante los hallazgos de la PEP.
Sin embargo, el legislador no cumplió. En su lugar, le buscó la comba al palo y decidió renunciar a su inmunidad parlamentaria para ser investigado por el Ministerio Público, pero aferrándose a su curul.
La declaración de inocencia le costó al diputado el reproche de su bancada que este lunes tomará una decisión sobre su permanencia como parte del grupo legislativo.
Rebeldía
Pero este no es el único momento en que Welmer Ramos se ha distanciado de la posición de la bancada o del propio Gobierno. Por ejemplo, fueron notorios los encontronazos entre Ramos y la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar durante el trámite de la reforma fiscal.
Ramos incluso se salió del canasto del Gobierno y se pasó al de la oposición para sacar de la reforma tributaria la eliminación del mecanismo conocido como enganche salarial que beneficia al gremio de los médicos en detrimento del erario público, de donde se extraen miles de millones de colones cada año para financiar ese privilegio.
Su posición también ha sido opuesta a la del gobierno de Carlos Alvarado en el trámite de la integración plena de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). El legislador ya ha votado en contra de dos proyectos de ley necesarios para que el país se integre a ese grupo.
Su indocilidad también lo ha llevado a chocar con sus compañeros de bancada, Paola Vega y Enrique Sánchez, jóvenes progresistas que impulsan cambios que tocan la visión que tiene la mayoría del país sobre la familia tradicional y la defensa de la vida, entre otros temas sociales polémicos en los que Welmer Ramos ha mostrado posturas conservadoras. El político es un evangélico practicante, algo extraño en un partido dominado por ideas que se alejan de las que defiende ese movimiento religioso.
De hecho, esa faceta de su vida privada le provocó uno de los primeros choques con Carlos Alvarado. Durante la precampaña del 2017, en la que lo enfrentó por la candidatura presidencial para el 2018, circularon panfletos propagandísticos en la iglesia "Mundo de Fe", firmados por el evangelista Carlos Jardines, donde les pedía a sus coreligionarios votar por el "hermano Welmer Ramos" en las primarias rojiamarillas. La acción le acarreó una reprimenda por parte del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y el reproche de la tendencia alvaradista.
Debilidades

Carlos Alvarado le pidió a Welmer Ramos la renuncia a la curul. El diputado rechazo el llamado y continuará en el Parlamento. (CRH)
Ahora que Welmer Ramos está ante el momento más nublado de su gestión pública, con una investigación adicional del Ministerio Público por el presunto delito de prevaricato por decisiones que tomó en la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom), del MEIC, ese muro ideológico que lo separa de la fracción es una de las debilidades con las que enfrenta la situación.
Otro de sus puntos flacos es la marginal influencia que ejerce Ottón Solís en el actual gobierno al estar en un puesto técnico y no político en el que tiene imposibilidad para manifestarse sobre hechos como los que enfrenta Ramos. Así, el diputado pierde a su mentor y defensor dentro del PAC.
A esas situaciones se une el hecho de que Welmer Ramos carece de una verdadera base de apoyo electoral en el partido que le dé respaldo y una voz fuerte dentro de la fracción y en el Gobierno. Más bien, la ausencia de una palanca de ese tipo hace que el político tenga que enfrentar el proceso en orfandad.
Por último, la permanencia del diputado en las filas del PAC le abre al gobierno de Carlos Alvarado un nuevo flanco por donde puede ser atacado por la oposición y los sectores sociales en conflicto con la administración que están en pie de lucha contra las decisiones del mandatario y de su Gabinete.
Así, perseguido por su pasado y con un presente turbulento, el liberiano que el PAC eligió para representar a Heredia en el Parlamento está frente a una verdadera encrucijada.