Vigilancia Aérea tiene 1 sola aeronave para combatir el narco desde el aire
"Servicios de Vigilancia Aérea y de Guardacostas son servicios carísimos", dice ministro Mario Zamora
El Servicio de Vigilancia Aérea únicamente cuenta con una aeronave para patrullar las decenas de miles de kilómetros cuadrados de espacio aéreo nacional. Esta entidad está a cargo de resguardar los cielos costarricenses, vigilar los aeropuertos y apoyar otros cuerpos policiales en la lucha contra el narcotráfico.
El único activo es un avión utilitario Cessna Grand Caravan, que tiene una capacidad de alrededor de 12 ocupantes, valorado en $5.6 millones y el cual fue comprado durante el gobierno anterior en conjunto con Estados Unidos, informó Seguridad Pública en 2020.
Ante las consultas de crhoy.com, el ministro de Seguridad Pública Mario Zamora, reconoció que únicamente este pequeño aeroplano está actualmente en funcionamiento y afirmó que la falta de más vehículos aéreos se debe a atrasos en la entrega de piezas necesarias.
Hay un proceso de recambio de las aeronaves. Este es el momento que, para el tipo de misiones que se están haciendo, con el caraván. Está una por salir en los próximos 15 días, ha habido retraso en el flujo de repuestos y eso es lo que ha incidido.
Recordemos que este tipo de aeronaves tienen repuestos que tienen una vida útil, puede ser que la aeronave esté en perfectas condiciones, funciona, arranca y vuela, pero al quedar repuestos que vencieron su vida útil, la aeronave no tiene permiso de salir y volar.
En el pasado, yo recuerdo que cuando era mi anterior momento como ministro, esas medidas de precaución no se tomaban, hoy celebro yo más bien que seamos rigurosos en ese tipo de registros.
Pese a que un solo avión tiene a cargo toda la protección aérea del país, el ministro no se mostró alertado por la carencia de mayor flotilla, dado que existen helicópteros de los Estados Unidos que se utilizan en el patrullaje, aunque no pertenecen a Costa Rica.
Además, el jerarca Zamora dijo el pasado miércoles que existe una nueva unidad que podría entrar en circulación próximamente.
Ya tenemos una que es el avión radar que ese solo se utiliza para acciones de narcotráfico, es un King Air. Ese ya ha hecho los vuelos y está a horas de entrar en funcionamiento.
Hay otra que está en espera de un repuesto y además tenemos cinco helicópteros estadounidenses con nosotros en la base, entonces esos también sirven para las misiones policiales que desarrollamos. No son nuestros, pero los usamos también en misión de patrulla.
Adicionalmente, al cuestionar a Zamora sobre la posibilidad de aumentar la capacidad operativa del Servicio de Vigilancia Aérea, el ministro respondió que la cantidad de aeroplanos con los que el país cuenta no ha variado, pese a que el mismo ha reconocido el aumento en la violencia, criminalidad y tráfico de drogas.
El Servicio de Vigilancia Aérea junto con el de Guardacostas son servicios carísimos. Nuestra prioridad hoy son delegaciones y radiopatrullas.
Yo debo ser sincero como ministro y sobre eso he priorizado. Por supuesto hay un mínimo aéreo que vamos a tener garantizado y en eso estamos.
¿Motivo de alerta?
Para Álvaro Ramos, experto y exministro, la escasez de flota aérea deja en completa vulnerabilidad al país y provoca no solo problemas, sino también de combate al crimen organizado y a la movilización de grandes cantidades de droga, dado que generalmente es desde el aire que se detectan lanchas provenientes principalmente de América del Sur.
Hay cero protección, cero. Solo hay una nave operativa: no hay un solo helicóptero, no hay una sola nave de tipo electrónico, solo hay un caravan.
Hemos llegado a un deterioro tan grave como el que tenemos en este momento que expone al país al narcotráfico internacional, prácticamente las puertas del país están abiertas a los narcotraficantes porque no hay con qué combatirlos.
Al deterioro de Vigilancia Aérea, se suma que desde enero el Servicio Nacional de Guardacostas no tiene un director nombrado de forma oficial, tras la jubilación del comisario Martín Arias.
Ambos cuerpos policiales están bajo tutela del cuestionado viceministro de Unidades Especiales, Manuel Jiménez Steller. Es justamente él quien está tomando decisiones, pese a no cumplir con los requisitos que establece la ley.




