(VIDEO) Joven tica confiesa infierno cuando publicaron sus fotos desnuda
Tres años después revela drama para ayudar a otras víctimas
Ardelia Maurel vivió un verdadero infierno hace tres años, cuando alguien en quien confío, publicó sus fotografías desnuda. Su intimidad anduvo por todos los celulares y la mente de decenas de muchachos, compañeros de su colegio y extraños, sin que ella diera consentimiento para esto.
Ahora, con 18 años, ella decidió contar lo que vivió, con el fin de que otras jóvenes que estén pasando por su situación o lo vayan a afrontar en el futuro, no se queden calladas y denuncien a sus agresores.
Por medio de un video en Youtube, la joven narra la dolorosa etapa de su vida en la que no dormía, no se veía al espejo, acudía a terapia psicológica, tuvo que cambiar de colegio y de amigos, todo porque una persona filtró a todo el colegio las fotos que ella le había compartido.
"Ese día llegué al colegio y mis dos mejores amigas se acercaron con un teléfono en la mano y ahí estaba mi foto. Me acuerdo que fue extremadamente humillante para mí", reconoció.
Ahí empezó el acoso contra Maurel, que tuvo que enfrentar completamente sola, pues quienes eran sus amigos, le dieron la espalda y su familia, aunque sabía que algo malo le había pasado, nunca pudieron enterarse, pues ella, por vergüenza, lo mantuvo en secreto.
"Durante mucho tiempo me dio mucha vergüenza, ahora siento que tengo que hacerlo porque quiero que tomen mi historia como un ejemplo (…) todo el mundo me empezó a odiar y hacer la vida literalmente imposible, me atacaron tanto por esas fotos que en mi cabeza empecé a pensar que realmente yo era una enferma sexual y que lo que había hecho era muy asqueroso", añadió.
Con vergüenza, sucia, ultrajada y muy humillada... así se sintió esta joven de 18 años. El impacto fue mayor cuando se enteró que estaban vendiendo sus fotos.
"¿Cuánto costaban? Di mae, no mucho… nada más mi dignidad, un año de terapia, noches enteras de sueño perdido por estar llorando, mi confianza en cualquier persona, que me fuera del colegio, casi me cuesta la vida", reconoció.
Durante meses, esta joven universitaria no podía ni siquiera mirarse al espejo desnuda, porque sentía que su cuerpo, ya no le pertenecía. "Los hombres me tocaban el trasero y se molestaban, se enojaban si no quería apretármelos porque, de por sí, yo ya era una fácil", dice la joven con la voz entrecortada.
"Sé que si me hubiera pasado hoy en día, habría hecho la demanda (…) es un abuso psicológico y sexual y le marca la vida a alguien para siempre".
"Ese argumento cae bajo el mismo discurso ridículo de ‘mae, la violaron, pero es que andaba de noche, andaba con una enagua y es que la enagua era muy corta, se lo estaba buscando'. ¿En serio te parece que eso lo justifica? A mi edad también tenías pene, vagina, la diferencia es que también tenías más represión y que hoy en día tenemos más libertad para hablar de temas sexuales", citó.
Apoyo de los padres
Hace tres años Ana María Soto supo que su hija sufría de bullying en el colegio, creía que todo se trataba al rechazo de ella a invitaciones a salir de algunos muchachos. Recién se acaba de enterar que su pequeña vivió un drama por una violación a su privacidad.
"¡Todavía estoy bajo la impresión! Yo no entendía por qué la agredían. Ella se encerraba en un baño a llorar para poder almorzar, porque cuando pasaba por los pasillos del colegio le tiraban bolas de basket. Pedimos un debido proceso en el colegio pero en ese momento no habían las indicaciones claras del MEP en el tema del bullying, estaba muy incipiente y no había un protocolo", apuntó la madre.
Ardelia tuvo que cambiarse de su colegio para superar el trauma. Sin embargo, un año después le dijo a sus padres que quería volver nuevamente.
"Ella repitió, estuvo con otra generación que fue mucho más acogedora y ella como que recuperó la dignidad donde la perdió, pero nunca nos dijo realmente lo que había pasado. Ella tenía terror de lo que el papá o yo fuéramos a hacer".
Soto hizo un llamado a los padres cuyos hijos estén pasando por una situación similar, para que los apoyen y no los señalen.
"Estamos muy orgullosos de ella porque es una decisión muy valiente. Los padres tienen que apoyar a sus hijos, los padres de los varones deben decirles que no pueden estar pasándose esa fotos, es violentar la dignidad de una persona, que los padres entiendan que no se puede exigir de un adolescente la lucidez, claridad y firmeza de un adulto", manifestó Soto.
Doña Ana reconoce que cuando su hija le dijo que haría una declaración por medio de un video sobre el bullying que sufrió sintió terror, pero ella le aseguró que estaba dispuesta a enfrentarlo y ayudar a muchos que pasan por lo mismo.
Ahora Ardelia, mucho más madura, pide a las jóvenes que eviten hacer lo que ella hizo, pero el llamado más importante va para los padres de familia que critican situaciones similares a las que ella pasó, pues afirma que lo más grave de todo es que la colocaran a ella como la culpable, cuando fue la víctima y que contra el agresor, quien compartió las fotos en el primer momento, no cayera en aquel momento ninguna sanción.
"Esa muchacha estúpida, que se lo buscó, podría ser su hija, su hija podría estar pasando por la misma situación que yo y su hijo podría ser ese agresor que comparte las fotos de sus compañeras desnudas".
Vea el video completo de Ardelia aquí: