Una pieza de joyería ayudó a confirmar que cuerpo enterrado era de Ligia Faerron
Encontrar los restos de Ligia Faerron Jiménez requirió un intenso trabajo de los agentes de la Delegación de San Carlos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), incluida la inspección de una propiedad de casi 62 hectáreas en Florencia de San Carlos.
Se sospechaba que ahí podía estar el cuerpo. Finalmente, el cadáver apareció tras dos días de labores. Poco más de 24 horas después de iniciado el operativo de rastreo, cerca de las 11:30 a. m., los equipos especializados dieron con el lugar exacto donde estaba enterrado.
Tuvieron que cavar un metro bajo un vivero para extraerlo. La siguiente labor fue la identificación, un proceso que se complica en este tipo de casos por las condiciones. Hubo dos elementos que permitieron confirmar que se trataba de la mujer extraviada desde hacía semanas.
El primero, dos tatuajes en el cuerpo; el segundo, una pieza de joyería muy característica que usaba Ligia. Así lo detalló el director del OIJ, Randall Zúñiga:
"Estaba el reloj dorado que tenía, no se conoce si es de oro, pero tenía todavía tenía el reloj dorado en la mano izquierda. También el tatuaje en la pierna derecha y otro tatuaje en un brazo", señaló el jefe policial.
El día del hallazgo, indicó que también las vestimentas y otras características físicas permitían establecer la identidad, la cual ya fue confirmada mediante la autopsia y pruebas forenses.
La policía judicial confirmó que los exámenes han finalizado y que ahora se espera que el cuerpo sea retirado por la familia. La mujer, de 53 años, fue vista por última vez el 26 de septiembre en su vivienda, ubicada en Calle Lapas de San Carlos.
Fue reportada oficialmente como desaparecida el miércoles 1.º de octubre. El principal sospechoso es un hombre de 29 años, de apellidos González López, quien habría chocado el vehículo de la víctima poco antes de quitarle la vida, aparentemente.
Gran despliegue
En la mañana del miércoles, como parte del operativo, cuatro agentes policiales se desplazaron por las afueras de la finca donde se concentraba la búsqueda, con el fin de ampliar el rastreo.
Llegaron hasta otra finca, colindante con el terreno de interés y perteneciente a la madrastra del sospechoso, donde finalmente apareció el cuerpo. Un adulto mayor que se encontraba en el lugar permitió a los agentes ingresar para continuar la búsqueda.
Ahí los agentes se toparon con un perro que los siguió por varios metros. Los investigadores continuaron caminando, cruzaron un río y se percataron de que el perro del hombre ya no los seguía.
Tras cruzar el río, uno de los agentes observó un montículo de tierra en un sector, por lo que se llamó al equipo interdisciplinario, que llegó acompañado del can del OIJ, el cual dio positivo en ese lugar.
En ese momento, el perro del dueño de la finca se acercó al sitio. Se inició la excavación y se descubrió el cuerpo. En la misma finca se encontró otro anillo perteneciente a Ligia y una maleta que, al parecer, había sido extraída de su vivienda.
Grabaciones de cámaras de seguridad serían clave para esclarecer el femicidio de Faerron, desaparecida desde el 26 de septiembre y cuyo cuerpo apareció enterrado en una finca en Florencia de San Carlos.
De acuerdo con el director del OIJ, existen videos en los que aparece González movilizando con esfuerzo una especie de bulto, lo que lo vincularía directamente con el crimen. Una de las posibles razones que habrían motivado el asesinato estaría relacionada con su vehículo.
Zúñiga explicó que la principal probabilidad es que el sospechoso dio muerte a Ligia luego de colisionar violentamente su carro, tan solo un día antes del asesinato.
"El sujeto se lo chocó, pero es parte de las posibilidades que estamos valorando. Ahorita quedamos en dos posibilidades, una es algún problema con algún grupo fuerte que ella pudo haber tenido.
Sin embargo, se queda un poco corto porque ya cuando uno ve los videos, se ve ese sujeto sacando algo bastante pesado en una maleta de la casa de doña Ligia. Que pensamos que es doña Ligia que ya estaba fallecida para ese instante.
Eso fue inmediatamente después del choque del carro, entonces sí, eso es una nueva línea de investigación que tenemos ahorita para dilucidar", explicó Zúñiga a CR Hoy.
Hacia finales de setiembre, el automotor quedó bastante destruido. Fotografías difundidas en redes sociales muestran el parabrisas y la parte frontal golpeados, con las bolsas de aire activadas, y existen evidencias de que González intentó deshacerse del vehículo.
Los investigadores consideran que, tras el choque y el estado en que quedó el carro, pudo haber existido algún tipo de reclamo o discusión que se salió de control y derivó en la muerte de Ligia. Ese mismo vehículo fue localizado en un taller y ofrecido como repuestos poco después de la desaparición de la víctima.