Tras 7 años de espera, mujer logra condena de 30 años contra su agresor: “El silencio mata”

"El silencio mata": Marcela logra condena de más de 30 años contra su agresor tras 7 años de espera
Después de siete años de retrasos judiciales, suspensiones de juicio y un largo proceso de revictimización, Marcela Araya finalmente recibió una sentencia que le da justicia. El jueves 14 de agosto, el tribunal penal de Heredia condenó a su expareja, de apellido Bolaños, a más de 30 años de cárcel por violación, amenazas, maltrato e incumplimiento de medidas.
Los hechos ocurrieron entre 2017 y 2018, durante los ocho meses que duró la relación. A pesar de la gravedad de los delitos, el acusado permaneció en libertad hasta ahora que fue condenado.
"El silencio mata"
En entrevista con CR Hoy, Marcela enfatizó la importancia de romper el silencio y no encubrir la violencia intrafamiliar.
"El problema mayor o el porqué las mujeres en este país y a nivel mundial mueren es por el silencio, el silencio mata. Una mujer que vive un ciclo de violencia tiene miedo a hablar, tiene miedo a denunciar. Pero si a eso le sumamos que los mismos familiares que saben que una persona es un agresor lo encubren, lo defienden, eso también se suma. Lamentablemente cada día se suman mujeres a la lista de femicidios".
Marcela relató que su juicio fue suspendido cuatro veces.
"Cada suspensión era un año más de espera. En total fueron siete años de lucha".
La condena
La sentencia contra Bolaños incluye:
- 2 violaciones: 24 años
- Amenazas agravadas y simples: 1 año y 2 meses
- Restricción a la autodeterminación sexual y maltrato: 4 años
- Maltrato y amenazas: 6 meses
- Maltrato agravado: 4 meses
- Incumplimiento de medidas: 1 año
Secuelas emocionales
Más allá de la condena, Marcela explicó a CR Hoy que el daño no se borra.
"Yo llevo 7 años de atención psicológica y psiquiátrica, estoy medicada. Yo era una mujer antes de los hechos y hoy soy otra. Cambié mucho. Sufrí abuso emocional, psicológico, sexual, económico. El peso más grande es que, aunque él no le hizo nada directamente a mi hija, que tenía 16 años en ese momento, ella fue testigo. Le tocó presentarse en tribunales y arrastra esto conmigo. Ella vivió mis depresiones y mis intentos de autoeliminación. Ha sido muy duro".
Un llamado al Poder Judicial
Marcela aprovechó el espacio para hacer un llamado a corregir la lentitud del sistema judicial.
"La justicia pronta y cumplida en este país se está alargando. ¿Cómo es posible que una víctima de ocho causas penales contra un agresor tenga que esperar siete años para que esto suceda? Es revictimizar a todas las mujeres que pasamos por este ciclo de violencia. Entiendo que el Poder Judicial está saturado, pero no comprendo por qué si todas las víctimas son iguales, si todas las vidas son valiosas, a las mujeres que ya no están, que ya fallecieron, se les hace juicio más rápido que a las que estamos vivas".