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Texas y California libran batalla por el mapa electoral rumbo a elecciones intermedias de 2026

Por Agencia | 22 de Ago. 2025 | 8:47 am

(AFP) Por un lado, Texas, con el apoyo de Donald Trump; por el otro, la California demócrata de Gavin Newsom: ambos estados avanzan para modificar sus circunscripciones electorales con miras a obtener escaños en el Congreso en las elecciones intermedias de noviembre de 2026.

Esos comicios serán cruciales para la segunda mitad del mandato del presidente estadounidense, quien busca consolidar la estrecha mayoría republicana actual en la Cámara de Representantes para seguir implementando su agenda política.

Para lograrlo, Trump quiere rediseñar los distritos electorales de los estados republicanos en beneficio de los candidatos conservadores y en detrimento de los demócratas.

Texas lanzó la ofensiva. El Senado estatal, con mayoría republicana, debe de aprobar el nuevo mapa el viernes en la mañana, luego de recibir el miércoles luz verde en la Cámara baja local.

Esta votación es una formalidad, al igual que lo será la promulgación por parte del gobernador, el republicano Greg Abbott.

Para rediseñar su mapa electoral, Texas recurrió a una técnica conocida como "gerrymandering", que consiste en la manipulación de distritos electorales.

Este proceso ha dado como resultado un nuevo y dispar esquema que debería permitir a la derecha estadounidense obtener hasta cinco escaños adicionales en el Congreso.

Autoritarismo

En California, el estado más poblado del país, los demócratas respondieron con la misma estrategia.

El gobernador demócrata Gavin Newsom, quien afirma ser el principal oponente de Trump en ese bando, propuso un mapa californiano que daría a la izquierda estadounidense hasta cinco escaños adicionales para socavar la iniciativa texana.

El jueves, la legislatura estatal aprobó el plan por abrumadora unanimidad, con una contundente mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado, ambos controlados por los demócratas.

"No permitiremos que nuestro sistema político sea secuestrado por el autoritarismo", declaró el presidente de la Cámara, Robert Rivas, poco antes de la votación.

"Hoy, damos a cada californiano el poder de decir no… al acaparamiento de poder de Donald Trump y sí a nuestra gente, a nuestro estado y a nuestra democracia", añadió.

La asamblea aprobó la organización de un referéndum en noviembre. Se le consultará a los votantes si desean modificar temporalmente los límites de sus distritos electorales para las elecciones, hasta 2030 inclusive.

"Estamos respondiendo a lo que nos ha pasado en Texas", dijo Newsom en una entrevista con el podcaster David Pakman. "¿Qué más pruebas de autoritarismo se necesitan?", preguntó.

"Estos tipos no juegan (…), la gente debe despertar y abrir los ojos", dijo el gobernador, denunciando a Trump por no "respetar ninguna regla".

El expresidente demócrata Barack Obama elogió la decisión de California como una respuesta "inteligente y mesurada" a las acciones de Trump.

Manipulaciones racistas

Además de Texas, Trump quiere redistribuir las circunscripciones electorales de los estados de Indiana, Ohio y Misuri.

Para la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, este es el "último aliento de un partido desesperado que se aferra al poder".

Advirtió a Trump en un comunicado que "lo combatiría en el mismo campo y lo vencería en su propio terreno", al igual que California.

En Texas, los legisladores demócratas consideraron la estrategia de redistribución de distritos como una "clara violación de la Ley de Derecho al Voto y la Constitución de los Estados Unidos".

La Ley de Derecho al Voto, una importante norma de derechos civiles aprobada en 1965, tenía como objetivo evitar que los estados del sur privaran a los afroestadounidenses del sufragio.

Los demócratas, una minoría en la legislatura de Texas, creen que los republicanos locales quieren "silenciar a los votantes minoritarios mediante manipulaciones racistas de los distritos electorales".

Según argumentaron, el nuevo mapa electoral diluiría los votos de los votantes afroestadounidenses e hispanos, que tradicionalmente se inclinan por los demócratas.

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