Testigo fue clave al observar a joven ingresando en casa donde fue descuartizado y quemado en Puntarenas
También percibió un fuerte olor a carne quemada
La mañana de este lunes 19 de mayo, 2 hombres apellidados Vega Azofeifa y Matarrita Matarrita fueron condenados a 35 años de prisión cada uno, tras ser declarados culpables del delito de homicidio calificado en perjuicio de un adolescente de 14 años.
El caso comenzó como una desaparición, pero conforme avanzó la investigación, y con base en información confidencial y el testimonio de un testigo, tomó rumbo hacia un crimen violento. Estos elementos permitieron solicitar y ejecutar un allanamiento en la vivienda donde se comprobó que se le dio muerte al joven.
Clave: el testimonio de un testigo
El relato del testigo fue fundamental para el avance del caso, ya que afirmó haber visto al menor ingresar a la vivienda allanada y no salir más. Además, un video confirmó esta versión, y el testigo agregó que durante esa noche percibió un fuerte olor similar a carne quemada.
El fiscal de juicio, Gerardo Mata, expresó su satisfacción por la forma en que las juezas del Tribunal de Juicio de Puntarenas acogieron la tesis del Ministerio Público, dictando sentencia condenatoria contra ambos imputados.
“Todos los casos son importantes en el Ministerio Público, pero este fue un reto particular al tratarse de un menor de edad y por la cantidad de pruebas recabadas. Pudimos derribar el principio de inocencia de los acusados”, señaló Mata.
Pruebas clave para la condena
Durante el allanamiento, las autoridades hallaron sangre humana en la vivienda, la cual fue identificada mediante pruebas científicas de ADN como perteneciente a la víctima.
También se encontraron restos óseos en distintas etapas: algunos días después de la desaparición y otros durante el allanamiento. La valoración inicial de peritos y especialistas en antropología determinó que eran huesos de un menor, posiblemente cortados con un hacha y expuestos al calor. Los análisis de laboratorio confirmaron estas conclusiones.
“Nos sentimos satisfechos de haber brindado una respuesta de justicia para los familiares de la víctima, especialmente para la madre del menor. Sabemos que nada le devolverá a su hijo, pero queda la satisfacción del deber cumplido”, manifestó el fiscal Mata.
Así ocurrió el crimen
Los hechos ocurrieron el 15 de marzo de 2024, entre las 3:40 p.m. y las 8:00 p.m., en una vivienda ubicada en Barrio 20 de Noviembre, Puntarenas. De acuerdo con la investigación, Vega, Matarrita y un menor de edad —quien está siendo procesado aparte en la Fiscalía Penal Juvenil— planearon y ejecutaron el homicidio.
Según la tesis fiscal, los sospechosos usaron la vivienda de Vega para atraer a la víctima, aprovechándose de la amistad entre ellos. Al parecer, lo contactaron mediante una red social, bajo el pretexto de consumir drogas juntos.
Una vez en el lugar, los imputados habrían aprovechado el estado de indefensión del joven para asesinarlo, y luego desmembraron y quemaron su cuerpo hasta reducirlo a restos calcinados.
Los restos fueron introducidos en 2 bolsas plásticas y trasladados en una motocicleta, en 2 viajes separados. Finalmente, fueron abandonados en dos sitios distintos: un manglar cercano a la plaza de fútbol de Pueblo Redondo y un lote baldío próximo al Colegio de Abogados, ambos en Puntarenas.
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