Stryper en Costa Rica: Heavy metal bendecido y en victoria
Robert Sweet ofició una ceremonia de glam metal y espiritualidad en el Club Peppers

Foto: Ernesto Santamaría / Blackline Productions.
En aquellos años, cuando éramos jóvenes, ser fan del heavy metal no resultaba socialmente aceptable en Costa Rica, especialmente cuando Monseñor Arrieta condenaba a viva voz cualquier música que implicara un riff de guitarra, y el ministro Luis Fishman irrumpía con la policía en las tiendas de discos para decomisar todo lo que le parecía de "malas costumbres". Por eso es que Stryper fue nuestra tabla de salvación para enseñarle a la sociedad adulta que hablar de Dios y rockear no eran actos incompatibles.
Por definición, esta veterana agrupación californiana siempre ha sido calificada como rock cristiano. Sin embargo, su audiencia es secular y no todos los que nos dimos cita la noche del 16 de julio, en el Club Peppers, nos contamos necesariamente entre los devotos que asisten a servicios religiosos. Y ahí está la clave: Stryper acumula 40 años de trayectoria y una popularidad inoxidable no por ser una banda cristiana, sino por ser, ante todo, una muy buena banda de rock.
La feligresía de la velada fue predecible: mayores de 40, ataviados de negro, expertos en air guitar y sobrevivientes del cambio de lo análogo a lo digital. Se trataba de la tercera visita de la agrupación de los hermanos Sweet a Costa Rica, pero en mi caso particular, apenas la primera ocasión para poder verlos en vivo. Y no decepcionaron.
A diferencia de bandas ochenteras que ya hoy no lucen ni suenan en las mejores condiciones, Stryper no ha perdido ni una onza de poder. En esto tiene que ver mucho el excelente estado de su instrumento principal, la voz de su líder, Michael Sweet, cuyas cuerdas vocales siguen en plenitud. Resulta impresionante cómo, después de cuatro décadas de llevar su voz a la máxima exigencia, Michael canta aún con la misma potencia y nitidez de antaño, aunque con la prudencia de no intentar llegar a los agudos más altos. No hace falta.
Dada la ausencia por causas de salud del guitarrista Oz Fox, Michael asumió buena parte de los solos de guitarra, demostrando su virtuosismo también como ejecutante. En tanto, su hermano Robert sigue dándole a la batería con fuerza y técnica. En el bajo, qué gusto fue escuchar a un músico del calibre de Perry Richardson, a quien conocimos primero como parte de Firehouse, otra buena banda de glam metal. Perry no solo es sólido bajista, sino que además aporta mucho en las segundas voces, al igual que el guitarrista invitado, Howie Simon. Sus coros redondean el sonido en vivo de Stryper como si estuviéramos oyendo los discos que el grupo grabó en los años 80 (de hecho, hay que reconocer el gran trabajo desde la mesa de sonido).
Stryper nos llevó por un recorrido de poco menos de dos horas por su discografía. Lo suyo no se limita a cantar solo las piezas de sus primeros y más exitosos álbumes, sino que hay un justo balance con canciones más recientes que, si bien ya no sonaron en la radio o MTV, no son tratadas como de menor importancia, tanto por los músicos como por la audiencia. Esto es algo que no pasa con todos los grupos de antaño, cuyo material más fresco no suele generar el mismo interés en el público que los clásicos. El mejor ejemplo es Yahweh, una canción con "apenas" 10 años que ocupa uno de los momentos más eufóricos del concierto.
Aun así, es claro que las más esperadas por los fans siempre son aquellas canciones con las que Stryper se hizo un nombre en la segunda mitad de los años 80, cuando sus letras de corte cristiano encontraron cabida y aceptación en medio de un ecosistema metalero poblado por el desenfreno y la irreverencia. ¿Cuál es la canción que más levanta a su público? El premio se disputa entre Soldiers Under Command y To Hell with the Devil, aunque yo estoy sesgado ante la pegajosa Always There for You, sin duda la pieza más cercana al pop de la agrupación (si no contamos la melosa power ballad Honestly, que podrá ser su canción más exitosa en las listas, pero a la que al parecer nadie extraña del setlist de los conciertos).
Y así estuvimos, entre agradecimientos a Dios y un Michael feliz de lanzar desde el escenario ejemplares del Nuevo Testamento con el logo de Stryper en la portada, sin duda un valioso objeto de memorabilia que ha sido parte del acto en vivo del cuarteto desde sus inicios, lo cual —vale decir— les ganó no pocas críticas entre los círculos más conservadores del televangelismo estadounidense de aquel entonces. Al final, Stryper le ganó la partida a Jimmy Swaggart.

Foto: Ernesto Santamaría / Blackline Productions.
Musicalmente fue una presentación impecable, sin fallos, con un Michael Sweet increíble en su rol de frontman: resultó ameno sin caer en lo obvio ni lo cansón. Un músico agradecido con la vida y con Dios, al que aún le quedan muchas ganas de seguir llevando su mensaje a donde lo inviten.
Fue una noche de rock cristiano, pero sin caer en el sermón o la alabanza exagerada. Sea que estuvimos ahí por fe o rock and roll, o por ambas, el hermano Michael nos dio a todos por igual la bendición del heavy metal. Aleluya.
Ficha técnica
- Artista: Stryper
- Fecha: Miércoles 16 de julio de 2025
- Recinto: Club Peppers, Curridabat
- Integrantes: Michael Sweet (voz y guitarra principal), Robert Sweet (batería), Perry Richardson (bajo y coros), Howie Simon (guitarra y coros, músico invitado).
- Productora: Blackline Productions