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Ciencia

¿Se podrá vivir y trabajar en Marte? Así será un día en el planeta rojo

Por Erick Murillo | 6 de Jun. 2025 | 5:11 am

Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces

Mucho se habla de cómo será la vida en Marte y sobre todo, cuándo será posible establecer colonias humanas allá.

Son muchos los proyectos que pretenden llevar humanos al planeta rojo, tanto iniciativas gubernamentales como privadas.

Cuando la humanidad finalmente habite Marte, el trabajo seguirá siendo un pilar fundamental de la civilización. Pero, ¿cómo serían las oficinas en un planeta con baja gravedad, temperaturas extremas y una atmósfera hostil?

Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces, exploró los desafíos y soluciones para diseñar entornos de trabajo funcionales y sostenibles en un ámbito hostil con alternativas de diseño y tecnología, durante el WorkTech 2025.

También imagina cómo sería la organización de los espacios laborales en un ámbito diferente y reflexionó sobre cómo estas innovaciones pueden influir en el futuro del trabajo, no solo en Marte, sino también en la Tierra.

La vida en otro mundo

Si la vida en el planeta Tierra a veces no es fácil, menos lo sería en Marte, con condiciones tan diferentes a las que está acostumbrado el ser humano.

Y más complejo aún será trabajar en ambiente tan distinto. Para hablar de este y otros temas durante su charla Cosmo Working, Feingold pronostica cómo sería la vida en otro planeta del Sistema Solar, no solo desde el lado de la tecnología, las naves espaciales, estaciones planetarias, sino desde un lugar profundamente humano de mucha humildad cósmica.

Para él, lo primero es que cuando hablamos de llegar a Marte, no podemos eludir a Elon Musk.

“Como ustedes saben, Musk ha dicho que en el 2026, o sea, ya el año que viene, va a empezar a enviar cohetes sin tripulación a Marte. ¿Por qué lo va a hacer en el 2026? Porque es en el momento donde las órbitas de la Luna-Tierra-Marte están más cerca. Entonces, es más eficiente para llegar. Y esto pasa cada 26 meses.

A partir de si esas expediciones son exitosas, va a empezar a mandar cada 26 meses varios cohetes Starship, que estamos planificando para llevar a la gente con el objetivo de fundar una colonia de un millón de personas para el 2050”, explicó Feingold durante su presentación organizada por Contract Workplaces.

Esto es a la vuelta de la esquina. O sea, algo que estamos pensando va a pasar dentro de mucho, va a pasar ya. Nos vamos a dar vuelta y ya va a haber gente instalada en Marte. Y Musk incluso ya puso precio al viaje, dice que esto va a salir en unos 500.000 dólares por pasaje, más la estadía, parece mucho dinero, pero es probablemente barato, lo que no aclara es cuánto cuesta el tiquete de vuelta, pero es un detalle”, señala sobre el valor de hacer un viaje interplanetario.

Para este arquitecto las razones que tiene Musk no solo son las ambiciones que tiene un emprendedor polémico, sino las de una persona que va a quedar claramente en la historia.

“Él dice: el progreso no es inevitable. No, uno piensa que siempre va a haber progreso de cualquier forma y él da el ejemplo de los viajes a la Luna. Si en el año 1969, el hombre llegó a la Luna y después lo abandonó. ¿Por qué? Porque no había un propósito más allá de llegar a la Luna, llegamos por llegar. ¿Y ahora qué? Nada.

Entonces, dice: solamente gente con un sueño en común, con un propósito y trabajando juntos es lo que produce el progreso de la tecnología, esta es una buena razón”, detalla el creador y difusor de contenidos sobre los motivos que tiene el magnate de la tecnología para conquistar nuevos mundos.

“La segunda razón que él da es que vivimos en un planeta muy frágil y que puede desaparecer en cualquier momento. No sé, un meteorito, asteroide, un cambio climático inevitable. Él dice: tenemos que llegar a Marte para que sobreviva la conciencia humana, la raza como raza, esa es nuestra próxima frontera.

Y el tercer tema que veo y digo, bueno, este hombre tiene corazón también. La vida no es solucionar problemas, es tener sueños y esto es un gran sueño, el de una civilización, no es el sueño de un hombre; me parece un motor muy fuerte como para pensar en llegar a Marte”, concluyó sobre las motivaciones del dueño de Space X para promover los viajes interestelares.

“Marte, tenemos un problema”

Sin embargo, advierte que aunque se cuenta con la tecnología para llegar con las naves Starship, hay algunos problemas de habitar Marte.

“¿Cuáles son? Vamos a ver. Estos seis: temperatura, alimentación, radiación, oxígeno, gravedad y hábitat”.

Feingold se refirió de cada una de las problemáticas y las soluciones.

Por ejemplo, cuando se habla de temperatura, en Marte, que está un poco más alejado del Sol que la Tierra, el termómetro puede llegar a -140 grados. Y las amplitudes térmicas entre la mañana y la noche pueden ser de 100° C.

“No es lo mejor que a uno le puede pasar si va a Marte. Ahora, ¿cómo evitar esto? Yo elegí algunas soluciones. Hay varias personas trabajando en esto. Una que me gustó, que parecía, por lo menos, muy creativa, es lanzar a la atmósfera una suerte de escarcha.

Imagínese nanopartículas de metales que existen en Marte que creen una atmósfera artificial que refleja un poco la radiación que se emite desde Marte y la vuelva a traer hacia el planeta, como una especie de efecto invernadero”, explicó cómo se podría solucionar el tema las temperaturas.

De acuerdo con él, según los cálculos científicos, esto podría elevar en 26° C el promedio de la superficie del planeta y ahí ya empezar a tener algunas condiciones más favorables para habitar. De hecho, como hay hielo en Marte, esto podría traer agua líquida.

El otro reto es la alimentación. Esto no parece ser una gran barrera, ya hay estaciones en el desierto donde están probando, por ejemplo, piscicultura, criar peces pequeños por un tema de espacio y de crecimiento rápido, también algas, o sea, toda la parte de proteínas y verduras, frutas con hidroponía, ya se hace, se hace años que en la Tierra y bien podría hacerse en Marte.

“Con lo cual, el tema de comida estamos bastante bien. Un problema que no es tan fácil como la comida es la radiación. Como no hay campo magnético fuerte en Marte y hay una muy delgada atmósfera la radiación cósmica y solar es muy fuerte, esto hace que un que sea muy difícil sobrevivir a la radiación. ¿Cómo combatimos la radiación?

Hay un material que es el regolito que está la superficie que es muy buen aislante. Entonces, uno podría usarlo como capa protectora. Otro buen aislante es el agua, techos de agua, paredes de agua. Es una muy buena posibilidad. Otro es crear campos magnéticos artificiales”, detalla acerca de cómo enfrentar la alta radiación marciana.

Ahora, señala que a pesar de todo esto, hay estudios que dicen que una persona no podría sobrevivir más de 4 meses por esa alta radiación. “¿Por qué? Por los efectos que causa la radiación en nuestro cuerpo, altera células, desde cáncer en adelante, imagínense lo peor, o sea, que la radiación es un tema a tener cuidado y no parece tener las respuestas muy claras de cómo abordar”.

El otro asunto es el oxígeno necesario para respirar, ya que explica que solo el 0,2% de la atmósfera marciana tiene oxígeno.

“El 96% de la atmósfera es dióxido de carbono, pero hay una buena noticia: el dióxido de carbono se puede transformar en oxígeno, hay un proceso que se llama moxie a través de electrólisis alta temperatura, el dióxido de carbono se convierte en oxígeno, parece ser una forma barata y rápida de hacerlo.

También se pueden usar invernaderos, porque justamente las plantas absorben dióxido de carbono y emiten oxígeno. Así que el tema el tema oxígeno, parecería estar controlado”, manifiesta sobre una posible solución para respirar en el árido planeta.

El otro punto no menor es la gravedad.

“Si se quieren sentir livianitos, leves y quieren perder algunos kilos, nos vamos para Marte, donde ahí nuestro peso es la tercera parte de lo que pesamos en la Tierra. Pero a partir de ahí al poco tiempo nos vamos a empezar a sentir mal, porque la falta de gravedad lo que produce es atrofia muscular, descalcificación en los huesos y problema de circulación.

Entonces, es parecido lo que pasa acá con el sedentarismo en la Tierra, obviamente a mucho más largo plazo, acá es más corto”, considera sobre el asunto del manejo del peso corporal en un mundo y otro.

De esta manera lo que se necesita para resolver el tema de gravedad es básicamente ejercicio, pero no cualquiera, sino con arneses, con campos gravitacionales que vuelvan a dar la tonicidad y el peso terrestre para que el cuerpo justamente no sucumba, junto con el manejo de la nutrición y fármacos.

“Después está el tema de ¿dónde vamos a vivir? Hay muchos ejemplos de hábitat. Si ustedes se ponen a buscar hábitats en Marte, ahí van a encontrar decenas de proyectos.

Yo elegí uno que promueve la NASA, que hace en concursos, premia a las mejores soluciones y elegí el que está sobre la superficie, hay mucho que está cavado por debajo, en cueva y dije: no podemos volver a las cavernas, deberíamos como humanidad seguir habitando la superficie, este se hace totalmente automatizado, prevé el uso de materiales locales y privilegia la luz natural” concluyó sobre la etapa de desafíos.

¿Cómo habitar y trabajar?

¿Cuán distinto es trabajar en Marte de lo que sería trabajar en la Tierra? Lo que tenemos, dado el condicionamiento, es un medio hostil, las condiciones de vida en el entorno laboral, el trabajo será mucho bajo techo, ambientes presurizados, cerrados, altamente tecnológicos, tareas planificadas y automatizadas y el tiempo al aire libre va a ser muy limitado, justamente por lo precario que es el hábitat, hostil, que es el de exoplanetas”, comenta sobre lo que sería un día laboral fuera del planeta azul.

“El tipo de tareas, al principio es lógico va a haber más científicos, técnicos, biólogos, geólogos, médicos, expertos en robótica, etcétera.

Con el tiempo también van a estar las profesiones de soporte: chefs, psicólogos, comunicadores, especialistas en sus habilidades y a largo plazo aparecerían otro tipo de empleos como diseñadores, planificadores urbanos, artistas, gestores comunitarios”, vaticina sobre las profesiones que se comiencen a desarrollar en el planeta que le debe su nombre al dios romano de la guerra.

Ahora, ¿cómo son las rutinas? Las jornadas serán estrictamente reguladas con pausas obligatorias para garantizar el control de estrés tanto mental o físico.

“La comunicación entre la Tierra entre Marte tarda por lo menos 20 minutos, entonces se regirá autonomía en las decisiones.
Cuando no tenemos señal, nos desesperamos, imagínense estando en Marte. Y la colaboración sería clave, el aislamiento, la convivencia prolongada requiere una cultura de respeto, apoyo mutuo y resiliencia emocional, de nuevo, seguimos siendo humanos allá más”, comenta sobre las habilidades blandas que se requerirán para laborar en otro mundo.

Y en cuanto al uso en sí de la tecnología y herramientas, prevé mucha Inteligencia Artificial, robótica, realidad aumentada, interfaces ópticas e impresoras 3D para fabricar objetos, ya que no se puede ir a una tienda para comprar la herramienta, todo hay que conseguirlo localmente.

Víctor Feingold concluye con esta reflexión:

La exploración espacial no es una aventura lejana, es un espejo que nos devuelve preguntas sobre nuestra propia supervivencia, creatividad y responsabilidad.
Pensar en habitar Marte nos obliga a resolver desafíos extremos, cómo generar oxígeno, cultivar alimentos en suelos estériles, reciclar aire, protegernos de la radiación, producir energía sin contaminar.
Estos desafíos impulsan avances tecnológicos concretos que hoy se aplican en la Tierra y mejoran la vida cotidiana: paneles solares más eficientes, purificadores de agua portátiles, sensores médicos, alimentos deshidratados, sistema de reciclaje, herramientas inteligentes, etcétera.
Pero hay una paradoja que no podemos ignorar: Estamos imaginando cómo terraformar otro planeta cuando todavía no terracuidamos el que tenemos. ¿Qué sentido tiene diseñar hábitat autosuficientes en parte si no logramos hacer sostenibles nuestras ciudades en la Tierra?
¿Qué nos dice nuestra urgencia por colonizar otro mundo sobre la forma en que tratamos el nuestro? La verdad pertinente no está en idealizar la vida en Marte, sino en comprender que cada innovación pensada para allá puede servir para cuidar mejor lo que tenemos acá.
Porque al crear soluciones para sobrevivir en un planeta hostil, aprendemos a vivir con más respeto, eficiencia y equilibrio en el único planeta verdaderamente habitable que conocemos, que es la Tierra.
En definitiva, pensar en Marte puede ser también una forma de reconciliarnos con nuestro propio mundo, una invitación a usar la ciencia, la tecnología y la imaginación, no solo para escapar, sino para conservar, regenerar y transformar el lugar que ya es nuestro hogar.

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