Santiago y su violín engalanan a la Orquesta del Café de Frailes
Actualmente estudia en el SINEM de Frailes
La música tiene el poder de tocar el alma y Santiago Hernández es un claro ejemplo de ello. Este niño nacido con espina bífida desafía los límites que su condición le impuso. Aunque necesita férulas para caminar, nada le impide entregarse a su mayor pasión: el violín.
A sus 11 años, Santiago es un ejemplo de superación. Desde que su madre, Laura Hernández, tenía cinco meses de embarazo, se sabía que su hijo nacería con esta condición, que traía consigo varios problemas de salud como hidrocefalia, vejiga neurogénica e intestino neurogénico. A pesar de las adversidades que enfrentó desde su infancia, Santiago ha demostrado que los límites no existen.
Desde muy pequeño, fue sometido a diversas terapias físicas que le permitieron caminar con las férulas, a pesar de que los médicos le habían advertido a su madre que su hijo nunca podría caminar. Esa predicción no detuvo la ilusión ni la esperanza de Laura, quien luchó incansablemente para sacarlo adelante. Hoy en día, Santiago camina con esfuerzo y dedicación, aunque enfrenta otros retos, como la necesidad de tomar medicamentos y asistir a consultas médicas en el Hospital de Cartago y el Hospital de Niños. Además, padece dificultades con su memoria y déficit de atención debido a su condición. A pesar de todo esto, Santiago no se ha dejado vencer por los diagnósticos ni por lo que los demás puedan pensar.
Todas las semanas, viaja junto a su madre durante más de una hora desde San Antonio de Corolillo, en Cartago, hasta Frailes, donde asiste al Sistema Nacional de Educación Musical (SINEM) para recibir clases de violín, lo que le permite seguir su pasión.
Desde los seis años, Santiago ha sido parte de esta institución, destacándose como uno de los estudiantes más queridos y destacados. Según su madre, “es un niño que se da a querer” y su pasión por la música lo ha hecho llevarse de excelente manera con sus compañeros y profesores.
Donde él está, se da mucho a querer, nunca tiene problemas, asegura su madre.
Actualmente, forma parte de la Orquesta del Café de Frailes, lo que le ha permitido viajar a distintas partes del país para compartir su pasión con el público. Esta dedicación se refleja claramente en la forma en que toca su instrumento, desde el primer acorde.
Pero, ¿cómo nació la pasión de Santiago por la música? Fue durante una de sus citas en el hospital cuando vio a "la Orquesta por la Vida" y quedó cautivado por el sonido de los instrumentos. Inmediatamente, le pidió a su madre que le comprara un violín, y ella, sin pensarlo dos veces, le compró su primer violín y lo inscribió en el SINEM de Frailes, donde actualmente sigue formándose.
Su madre lo describe como uno de los niños más dedicados, ya que ella, quien está con él la mayor parte del tiempo, sabe cuántas horas de pasión y esfuerzo le dedica a su instrumento. Además del apoyo incondicional de su madre, Santiago cuenta con el respaldo económico y emocional de sus abuelos.
Siempre que Santiago tiene una presentación, sus abuelos y su madre están junto a él, apoyándolo en cada paso que da.