Logo
Primary menu

Rodrigo Chaves: El gran farsante del circo político en Tiquicia

Por Agencia | 14 de Feb. 2025 | 4:28 am

Al parecer la política global confirma el adagio de que solo los ríos no se devuelven.  Cuando el mundo había dejado atrás la polarización entre "demócratas vrs socialistas" o entre "buenos y malos para que lo entienda la señora de Purral", hoy somos testigos de que naciones como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Italia, El Salvador y otros países desempolvaron los viejos manuales de la imaginaria confrontación de las fuerzas demoniacas que ellos llaman el socialismo, o peor aún comunismo, para llevarnos a la puerta de una nueva época de guerra fría.

Incluso liderazgos disfrazados inicialmente como de centro izquierda, como el caso de Nayib Bukele, hoy transitaron sin mayor tapujo y con claro afán de perpetuarse en el poder, hacia la derecha más recalcitrante.  Esta lavada de rostro de los "neo-líderes" ya está rayando en  Estados fascistoides que pretenden vendernos la idea que liderazgos como el del salvadoreño Bukele, Milei, Meloni o Bolsonaro, solo para mencionar algunos "genios" políticos contemporáneos, son la única salida para un planeta según ellos y ellas confrontando las fuerzas del mal en vez de propiciar los consensos nacionales, y de paso eliminar los avances en materia de derechos humanos, equidad e inclusión social y libertades de prensa y expresión, logros humanos que consideran errores de la izquierda. Y volviendo a poner en altares como iluminados de su época a genocidas como Hitler, Pinochet, Videla, Castelo Branco, entre otros.

En Costa Rica no estamos muy lejos de dicha realidad. Rodrigo Chaves Robles se presentó como un político "outsider" aunque en realidad terminó siendo una versión renovada de los intereses de los grandes capitales de los importadores, de la banca privada y de otros donantes de dudosa procedencia hoy investigados por el Tribunal Supremo de Elecciones, es decir que la campaña financiada por esos capitales terminó siendo el Caballo de Troya que desde el año 2022 logró permear sin problemas las estructuras gubernamentales.

Al estilo de sus pares en otras latitudes, desde el 8 de mayo de 2022 Chaves Robles literalmente ha ido dinamitando desde las bases las instituciones políticas que juró defender para lo que ha hecho peligrosas alianzas para el futuro del país, algunas evidentes otras subrepticias.  Sus confrontaciones directas hacia el Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Asamblea Legislativa, la Contraloría General de la República tienen un claro objetivo: debilitar la institucionalidad costarricense para perpetuarse en el poder, ya sea mediante su reelección o la sucesión de sus fichas, o mejor dicho, de sus peones, porque como admitió en entrevista radiofónica la experiodista y hoy desafortunadamente diputada, Pilar Cisneros, la crítica de que ellos y su grupo de partidarios pretenden una dictadura es falsa, pero "que si en las urnas el pueblo así lo desea" quienes son ellos para no cumplir con el mandato del "soberano", palabra extremada y malintencionadamente manoseada por Cisneros.

Poco, o nada, le importan a la fracción legislativa aún leal a Chaves Robles, a sus ministros o al mismo jerarca del Poder Ejecutivo el baño de sangre que se vive en el país: en solo el primer mes del año 2025 más de 100 asesinatos a sangre fría han ocurrido y muchos suman víctimas inocentes fruto de los enfrentamientos entre las organizaciones narcotraficantes que actúan a la libre en todos los barrios del país.  La única preocupación de Chaves-Cisneros y sus acólitos es perpetuarse en el poder a toda costa, aunque implique la sangre y el terror ciudadano ante la galopante inseguridad que vivimos, un precio que a ambos personajes no les importa a cambio de sus pretensiones de poder por el poder.

Si al menos Chaves hubiese ocupado un poco de tiempo para la solución de problemas nacionales se le podría reconocer algún mérito, pero no es así.  En términos de infraestructura se ha limitado a inaugurar obras a medio concluir y que ya estaban en marcha desde gobiernos anteriores, no le importa hacer el ridículo celebrando la instalación de puentes modulares o Bailey, ha llevado al sistema de salud pública al punto que las personas mueren esperando un simple procedimiento médico ante la falta de especialistas, equipos u hospitales, la educación transita sin norte claro y menos por una ruta para el mejoramiento educativo y el costo de la vida no ha bajado ni un ápice aunque el gobierno sigue manipulando indicadores económicos y no hace las transferencias de ley para presentar números macroeconómicos positivos y una baja inflación que solo beneficia a ciertas industrias importadoras.  Y para peores, hace suyos logros de gobernantes anteriores con anuncios a toda pompa y artilugios.

Por otra parte, y muy preocupante para tomar en cuenta, la reciente carta de Margaret Satterthwaite, Relatora Especial de las Organización de las Naciones Unidas sobre la Independencia de Magistrados, enviada al gobierno de Costa Rica en enero pasado, apunta un evidente hostigamiento hacia el Poder Judicial. A este señalamiento se une a la censura internacional de la Sociedad Interamericana de Prensa sobre el creciente deterioro de las libertades de expresión y prensa por parte de Chaves-Cisneros que estigmatizan y amedrentan al periodismo crítico mediante los ataques directos a periodistas, la contratación de granjas de troles, la manipulación de la pauta publicitaria para premiar a unos medios y castigar a otros; y muy preocupante afirmó la SIP la "publicación en redes sociales de información personal y privada de periodistas y activistas, lo que expone a éstos a riesgos y eventuales agresiones".

El miedo no confesado de un farsante

Mientras todo esto sucede, Chaves Robles sigue jugando al Mesías del siglo XXI, incentivando adrede la confrontación ciudadana, lo que desembocará más pronto que tarde en ataques directos a sus "enemigos" políticos, periodistas, jueces y magistrados de la República, diputados u otros por parte de los grupúsculos que con insistencia hacen llamados en redes sociales a tomar las armas para defender la propuesta política de Rodrigo Chaves Robles, sin que éste haga un llamado para evitarlo y más bien lo incentiva en sus "shows" de los miércoles en Casa Presidencial.

Las poses de Chaves Robles son similares a sus pares populistas, todos farsantes incapaces de asumir las críticas con madurez, a las que reaccionan desproporcionadamente de manera emocional y a la defensiva asumiendo posiciones de víctimas del sistema.  La crítica se considera traición porque necesitan ser reconocidos como emisarios con dotes divinos para sentirse legitimados, y así pasar a la historia como los Mesías esperados por la masas, que en el caso costarricense resguardan en sus más íntimos pensamientos un autoritario en potencia, pensamientos ahora legitimados por el liderazgo nefasto de Chaves-Cisneros.

Las explicaciones para comprender las actuaciones de Chaves puede tener muchas aristas: una crianza permeada por la violencia intrafamiliar, posibles exigencias paternas autoritarias, el miedo a ser visto como un fracasado o ser considerado un líder débil ante su masa electoral.  No existe mayor temor entre estos nuevos líderes a que su imagen pública deje entrever sus evidentes inseguridades personales o su falta de competencias para enfrentar los grandes desafíos estatales.  Por eso, y como recurso de sobrevivencia y blindaje ante sus inseguridades, se han convertido en expertos manipuladores de ciertos sectores de la opinión pública a los que alimentan cotidianamente con discursos incendiarios y altisonantes, populacheros y hasta soeces al referirse a sus contrarios políticos, la prensa y los representantes de otros poderes del Estado.

Detrás de su fachada de líder fuerte se esconden las inseguridades de Chaves Robles, lo que le implica esforzarse para mantener su imagen de hombre fuerte aunque eso signifique denigrar, decir medias verdades o mentir sin tapujos.  La realidad es que bajo cualquier tipo acto de violencia es sencillo encontrar a seres frágiles emocionalmente con solo escarbar la superficie, y en caso del actual presidente de la República a mayor violencia política con mayor facilidad se expone su fragilidad subyacente, su verbo y lenguaje corporal son tan simplistas y predecibles que cualquier hijo de vecino lo puede dilucidar sin mayores atestados académicos.

Pero lo realmente preocupantes, más allá de que Chaves Robles sea incompetente o aspirante a dictadorzuelo, es que como país estamos a la puerta de una peligrosa confrontación y a un peldaño de considerarnos un Estado fallido. Todavía carecemos de verdaderos liderazgos capaces de sentarse a buscar soluciones entre todos los partidos políticos, organizaciones civiles e instituciones del Estado, y las fuerzas políticas existentes son tan exiguas y debilitadas por sus luchas intestinas que le han servido en bandeja de plata el país a Chaves Robles y a las cúpulas que están detrás de su escenario electorero.

Hoy el Estado costarricense está secuestrado por un gran farsante que a lo largo de tres años ha demostrado incompetencia y que adolece de habilidades emocionales para asumir con madurez las críticas, y menos la tiene para sentarse a la mesa para construir una salida ante los desafíos que enfrentamos.   Rodrigo Chaves Robles, sin duda, usted es un gran farsante.

Periodista con 30 años de experiencia en la cobertura de temas culturales, políticos, ambientales y género

Comentarios
5 comentarios
OPINIÓNPRO