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Ríos Mairena mantiene batalla legal para revertir condena por masacre de Liberia

Albañil de 35 años fue condenado a 216 años de prisión por matanza de 5 jóvenes

Por Pablo Rojas | 21 de Mar. 2019 | 9:03 am

La defensa de Gerardo Alonso Ríos Mairena, condenado a 216 años de cárcel por la masacre de Liberia, se resiste a dar el brazo a torcer.

José Francisco Herrera, abogado del albañil de 35 años, presentó este miércoles un recurso de casación ante la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia.  Tampoco descarta acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) para insistir en vulneraciones al debido proceso.

Ríos Mairena fue sentenciado por el Tribunal Penal de Liberia el 30 de enero de 2018. Tras una apelación presentada por su abogado, el 6 de febrero anterior el Tribunal de Apelación de Sentencia de Santa Cruz, Guanacaste, rechazó los alegatos y mantuvo en firme la condena. Sin embargo, desde ese momento, Herrera anunció que elevaría el caso a la Sala Tercera (Sala de Casación Penal).

Para el abogado, la escena del crimen fue “contaminada” por las personas que descubrieron el asesinato.

Bajo su óptica, eso debilitaba la acusación planteada por el Ministerio Público y las pruebas aportadas. No obstante, los jueces no encontraron suficientes elementos para validar –o al menos discutir- esos señalamientos.

El planteamiento de Herrera se refería a los 2 vecinos del apartamento contiguo al de las víctimas, quienes recibieron un mensaje de WhatsApp de parte de la joven Stephanie Hernández (una de las víctimas mortales) alertando de la presencia de un sujeto en el sitio. Ellos descubrieron la macabra escena y alertaron a las autoridades.

Las víctimas de la masacre fueron Joseph Briones Solís (22 años), Dayana Martínez Romero (24 años), Stephanie Hernández García (22 años), Ingrid Massiel Méndez Serrano (24 años) y Ariel Vargas Condega (24 años).

Todos, degollados cruelmente en el interior de un pequeño apartamento ubicado en el barrio La Victoria de Liberia el 19 de enero de 2017.

El caso

El relato de la menor sobreviviente del ataque (quien lo pudo identificar), la huella de sangre ubicada en una de las paredes del cuarto donde ocurrieron los hechos y el rastreo telefónico hecho al imputado fueron pruebas fundamentales subrayadas por el tribunal penal.

El cruel asesinato, según el tribunal, fue impulsado en gran parte por la atracción sexual de Ríos Mairena hacia una de las víctimas: Ingrid Massiel Méndez Serrano, a quien Ríos observaba cotidianamente a través de una ventana.

Ella fue la última en morir asesinada y fue de quien el sujeto abusó sexualmente. Incluso, la víctima tenía su ropa interior a la altura de los tobillos. “Son actos que llevan una connotación sexual y practicados cuando ella estaba con vida”, apuntó en enero de 2018 el juez Guillermo Arce Arias, en la sentencia del tribunal penal dictada en esa oportunidad.

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