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Revelan la razón tras el olor a azufre en Naranjo, Sarchí y Zarcero

Dirección del viento influye en percepción de habitantes, dice Ovsicori

Por Pablo Rojas | 21 de Mar. 2024 | 11:37 am

Cima del volcán Poás el 6 de marzo de 2024. Cortesía Ovsicori

El viento es el principal factor que provoca que algunas comunidades de la provincia de Alajuela percibieran un fuerte olor a azufre.

El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) de la Universidad Nacional (UNA) explicó esta situación luego de que, en días recientes, habitantes de Zarcero, Naranjo o Sarchí alegaron percibir este olor característico.

El origen está en el volcán Poás, situado al norte del cantón central de Alajuela.

Este coloso es un macizo activo y aunque no esté en un proceso de erupciones relevantes constantemente envía a la atmósfera gases, aerosoles y vapor de agua.

“El viento es el encargado de distribuir esos materiales. Así que, según la dirección del viento, serán las poblaciones afectadas por la presencia de un olor azufroso que puede irritar ojos y mucosas nasales”, expresó la institución, a través de un mensaje oficial.

El viento predominante es hacia el oeste y por eso la mayoría de los reportes de percepción de olor a azufre en poblados como Zarcero, Naranjo o Sarchí.

“La dirección del viento puede variar y otros poblados ubicados en otras direcciones pueden verse afectados”, expuso el observatorio.

Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), en el volcán hay una estación instalada que permite identificar la dirección del viento.

Al cierre de 2023, el volcán registró erupciones moderadas que fueron captadas por las cámaras de monitoreo sísmico instaladas en las cercanías del macizo. De hecho, la actividad se incrementó a partir del mes de agosto de 2023.

Días atrás, el Ovsicori confirmó la colocación de una nueva cámara térmica instalada en las cercanías del Poás para tener perspectivas nuevas y distintas sobre la actividad del coloso alajuelense. La instalación de la cámara forma parte del programa de Anticipación de Erupciones Volcánicas en Tiempo Real (Avert, por las siglas en inglés), el cual es por el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Escuela Climática de la Universidad de Columbia y la Fundación Gordon y Betty Moore.

“Un componente clave del proyecto es el desarrollo de telemetría satelital de gran ancho de banda que proporcionará capacidades en tiempo real incluso en los lugares más remotos. Los flujos de datos abiertos y continuos existentes antes de las erupciones volcánicas prometen revolucionar el campo de la vulcanología, primero aumentando la comprensión científica de las erupciones y luego impulsando el desarrollo de pronósticos que sean oportunos dentro de las horas o meses previos a las erupciones, y mejorar los pronósticos a medida que llegan datos en tiempo real”, detalla Avert, en el sitio web oficial.

¿Por qué seleccionaron el volcán Poás? La razón es sencilla: para los científicos internacionales es “un sistema increíblemente accesible que exhibe una variedad de fenómenos volcánicos, que incluyen una columna de gas persistente, fumarolas, un lago en un cráter, sismicidad y deformación”.

En una gira reciente en conjunto con Ovsicori se creó un “sistema instantáneo único y multiparamétrico” para monitorear la actividad del volcán.

El observatorio costarricense ya cuenta con mecanismos de vigilancia volcánica bastante desarrollados, los cuales incluyen monitoreo a través de cámaras web, equipos de medición de gases y de vigilancia sísmica.

El sistema Avert diseñó una pila completa de hardware, firmware y software para monitoreo multiparamétrico casi en tiempo real que puede operar de forma autónoma en sistemas volcánicos remotos.

Los datos (sísmicos, geodésicos, imágenes visibles y geomagnéticos) de estos sitios se trasladan desde el volcán a un servidor remoto, donde están disponibles de inmediato a través de portales de datos basados ​​en la web.

Cada nodo de la red está equipado con una computadora de placa única que permite el análisis in situ de los flujos de datos antes de la telemedición y un grado de fidelidad en la transmisión de datos a través de los enlaces ascendentes con ancho de banda limitado. Además del Poás, este mecanismo se implementa en los volcanes Okmok y Cleveland en Alaska, EE. UU.

El reporte de monitoreo más reciente sobre el Poás detalla que el tremor (actividad sísmica interna) se mantiene constante en el volcán.

También, persisten variaciones en el nivel de agua del lago cratérico. Esto es parte del comportamiento normal del coloso alajuelense. Es usual que la desaparición del cuerpo líquido suceda en fases de mayor actividad eruptiva o en las épocas de escasas precipitaciones.

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