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Retroceso en atracción de inversión extranjera sitúa a Costa Rica en niveles de hace casi una década

Por Alexánder Ramírez | 25 de Ago. 2025 | 12:33 am

Imagen con fines ilustrativos. (CRH).

El retroceso en la atracción de nuevos proyectos de inversión extranjera directa (IED) empuja a Costa Rica a niveles similares a los de hace casi una década.

Según el índice de la IED Greenfield —que mide los nuevos proyectos de inversión extranjera en un país en relación con el tamaño de su economía—, Costa Rica ocupó en 2024 el tercer lugar mundial y el primero en América Latina.

El país se mantiene como líder regional con 6,2 puntos, pese a una disminución anual de 1,85 puntos.

Le siguen El Salvador (2,7), Colombia (2,1), y Perú, Chile y México (1,6 cada uno). El Salvador fue el país con mayor avance en la región, al aumentar en 2,0 puntos por mejoras en clima de negocios y seguridad. También subieron Perú, Colombia, Chile, México y República Dominicana.

Este indicador resulta relevante porque ayuda a consolidar una base de datos de empresas extranjeras, la cual envía una señal al mundo sobre el atractivo de Costa Rica como destino de inversión, explicó Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD y research fellow de la Academia de Centroamérica.

Desmejora

El puntaje obtenido por Costa Rica en 2024 se acerca a los niveles de 2016, 2017 y 2018, cuando se ubicó en 5,07; 5,01 y 4,90, respectivamente.

En 2020 y 2021 los valores crecieron hasta 11,39 y 13,40, impulsados por anuncios de nuevos proyectos de inversión vinculados con la recuperación tras la pandemia.

"Muchos países pequeños obtuvieron picos en proyectos anunciados que luego se normalizaron", señaló Zolezzi.

Entre 2021 y 2022, el auge en servicios, tecnología y nearshoring elevó el número de proyectos.

En 2022, el índice descendió a 12,7; en 2023 cayó a 7,90 y el año pasado se ubicó en 6,2.

Si los anuncios de nuevos proyectos de IED en sectores intensivos disminuyen o se concentran en la expansión de operaciones ya existentes, el conteo baja. fDi Intelligence contabiliza únicamente el número de proyectos, no el capital invertido.

Disputas y problemas

Zolezzi advirtió que los problemas regulatorios, las disputas fiscales, la incertidumbre política y los retrasos en permisos e infraestructura pueden limitar la llegada de nuevos proyectos.

En el país, las tensiones políticas y fiscales entre 2022 y 2024 —como la ruptura del convenio entre el Gobierno y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde)— han sido factores que los inversionistas han considerado.

El tipo de cambio también ha incidido. Un colón fortalecido, en gran parte por la fuerte entrada de divisas de la IED, ha erosionado la competitividad de las exportaciones y encarecido los costos operativos de sectores intensivos en comercio exterior.

Otros factores que explican el descenso son:

  • Cambio en la geografía de la inversión. El índice compara a Costa Rica con economías similares. Algunos países vecinos avanzaron en reformas digitales y fiscales, aumentando su competitividad regional.
  • Impacto de la sostenibilidad como criterio de inversión. Aunque Costa Rica goza de una imagen verde, no siempre ha convertido esa reputación en ventajas claras para captar grandes proyectos industriales.
  • Reconfiguración de cadenas globales. Tras la pandemia y ante tensiones geopolíticas, muchas empresas priorizan volumen y rapidez sobre sostenibilidad. Países con menores costos o acuerdos directos con Estados Unidos han absorbido flujos que antes llegaban a Costa Rica.
  • Concentración sectorial. La IED se enfoca principalmente en dispositivos médicos y servicios basados en el conocimiento. Aunque son sectores de alto valor, el bajo número de proyectos hace que el índice se reduzca, incluso si la calidad de las inversiones se mantiene.
  • Factores internos. Limitaciones en infraestructura, altos costos de electricidad y problemas logísticos afectan el atractivo. Además, si bien existe talento en áreas STEM, persisten déficits en habilidades digitales y bilingüismo.

El descenso del índice refleja no solo una pérdida relativa de atractivo, sino también una mayor competencia regional, cambios en los criterios de inversión y la persistencia de problemas internos.

A ello se suma el posible impacto de la aplicación de un arancel del 15 % a las exportaciones costarricenses que ingresen al mercado de Estados Unidos, impuesto por el presidente Donald Trump.

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