Retórica violenta de Chaves aumenta de cara a fin de su gobierno
En el último año, la retórica del presidente Rodrigo Chaves pasó de amenazar con "incendiar Limón y el resto del país" a realizar alusiones sobre levantamientos armados, derramamientos de sangre y hasta lanzar amenazas recordando la revolución civil de 1948, como sucedió esta semana.
Encaminado a la recta final de su gobierno y claramente preocupado por los procesos penales pendientes en su contra, el mandatario ha aumentado la frecuencia de sus mensajes incendiarios a la ciudadanía. Las advertencias, alusiones y sugerencias de Chaves se han presentado luego de que sus planes o acciones fueran cuestionados.
Referencia a la revolución del 48
La más reciente alusión a un levantamiento la realizó este miércoles 13 de mayo, durante el programa televisivo que Casa Presidencial realiza cada semana. El presidente aprovechó y recordó la Guerra Civil de 1948, la Campaña Nacional de 1856 y comparó el número de oficiales de la Fuerza Pública con los agentes del Organismo de Investigación Judicial.
Estas fueron las afirmaciones del 13 de mayo:
"Yo les advierto, en 1948 el pueblo se alzó, yo no estoy diciendo que lo vaya a hacer ahora, pero no le jalen el rabo a la ternera".
"El pueblo de Costa Rica, cuando ha sido pacífico toda la vida, en 1856 y 1948, ha demostrado quiénes son los verdaderos dueños del país".
"¿Eso es lo que están comprando? ¿Mil oficiales que andan con armas? El gobierno tiene 17.000 que andan con armas… ¿Los números son interesantes? ¿17 a 1? ¿Qué será? ¿Qué está queriendo comprar, una policía política en esa mancuerna que se tiene?"
Chaves también citó a Napoleón Bonaparte, parafraseando que la revolución se da cuando el pueblo la busca y está queriendo luchar. Posteriormente, agregó que el pueblo tenía la potestad de cambiar a los magistrados en las elecciones e indicó que en Costa Rica solo había "un arma" para la revolución, y sacó su lapicero frente a las cámaras.
Las aseveraciones del mandatario se efectuaron por su descontento con los allanamientos realizados esta semana por el Ministerio Público, debido al caso Pista Oscura, en los que se detuvo a Mauricio Batalla, exministro de Obras Públicas (MOPT), y a otros jerarcas del gobierno. Bajo esa causa también se investiga a Chaves.
Derramamiento de sangre
El 24 de abril de este año, subido en un podio frente a decenas de sus simpatizantes en San Carlos, Chaves arremetió contra el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) por dar curso a una denuncia presentada en su contra por beligerancia política.
Entre gritos y con el tono de voz aumentado, el presidente exclamó:
"Este pueblo sabe que cada minuto cuenta, cada minuto es importante, y cada minuto va a valer. Le vamos a poner, en la frase bella de Churchill, le vamos a poner esfuerzo, sudor, lágrimas y si hubiese necesidad, sangre. Dios quiera que no, Dios quiera que no".
"No tienten al destino, no crean que estas mujeres y hombres son cobardes", agregó después.
Llamado a actuar tras Caso Barrenador
El pasado 25 de septiembre, durante la programación televisiva que cada miércoles realiza Casa Presidencial, el mandatario dejó "bolita picando" tras insinuar que podía llegar el momento en el que la ciudadanía debía actuar.
"Estén listos, porque Dios no quiera que llegue el momento en que tengamos que actuar. Yo y mi gabinete estamos dando la cara y vamos a poner el pecho. ¿Qué va a hacer usted, compatriota? ¿No ve lo que está pasando? Yo estoy seguro que sí, y ahí les dejo la bolita picando en el punto de penal", fueron parte de las palabras de Chaves.
En ese momento, el discurso fue contra los allanamientos que hizo el Ministerio Público por el caso Barrenador. Las pesquisas llevaron a la detención de Marta Eugenia Esquivel, entonces presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), investigada por el aparente sobreprecio de ¢12.400 millones anuales para la adjudicación de 138 Ebáis en 10 áreas de salud.
Guiar "huelga de brazos caídos"
En julio del 2024, cuando la Sala Constitucional analizaba la constitucionalidad de la fallida Ley Jaguar, Chaves Robles anunció que observaría la reacción del pueblo para determinar si lo dirigiría en un eventual levantamiento si los magistrados declaraban inconstitucional su propuesta.
"Yo, más bien, me quedaría calladito, en lo político y liderazgo, para ver qué dice el pueblo. El pueblo puede jugar de lo que yo llamo véame la cara de pendejo, pendejo; pendejo dos veces: pendejo a la mexicana, me vieron la cara de tonto; pendejo a la tica, me vieron la cara de cobarde. El pueblo puede decir: nos vamos a ir a manifestar a la calle", dijo Chaves.
"El pueblo se puede hacer el pendejo, se puede decir 'tirémonos a la calle, hagamos una huelga de brazos caídos u organicémonos para que nunca más esta gente, el ecosistema del cambalache corrupto, del amiguismo y el capitalismo de amigotes vuelva a tener poder'. Yo, como presidente de la República, observaría, desde el punto de vista político", declaró.
Las afirmaciones del mandatario se dieron en una entrevista con el medio de comunicación guanacasteco Trivisión.
Incendiar el país
En abril del 2024, durante una gira en Limón, el mandatario amenazó con hacer arder el país si instituciones como la Contraloría General de la República (CGR) y la Sala Constitucional le frenaban su plan para construir la marina y el atracadero de Limón.
"Que oigan en Cuesta de Moras, que oigan en la Sala IV, porque me van a mandar a callar por incendiario. Si no hacemos esto, lo que se va a incendiar es Limón y el resto del país", indicó.
El presidente también arremetió contra diputados y culpó a la Asamblea Legislativa del aumento en los crímenes. Además, cuestionó la institucionalidad costarricense.
Las declaraciones del presidente frustraron una reunión que Rodrigo Arias le había confirmado con el fin de poder llegar a un acuerdo para la elección del Directorio. El presidente legislativo canceló la cita debido al tono del discurso de Chaves.
Expertos preocupados
Ambos expertos coincidieron en que cualquier intento de desestabilizar el orden constitucional o desconocer el papel de los demás poderes del Estado representa una amenaza a la democracia costarricense.