¿Quiénes son Los Choneros, la banda criminal que lidera alias “Fito” en Ecuador?
Esta semana, tras una operación de inteligencia en la ciudad portuaria de Manta, las autoridades ecuatorianas recapturaron a uno de los hombres más peligrosos del país: José Adolfo Macías Villamar, alias "Fito".
Se escondía en un búnker, bajo una lujosa mansión. Desde allí, durante 17 meses, habría coordinado extorsiones, envíos de droga y vínculos con organizaciones criminales de varios países. Su recaptura representa un triunfo para el Gobierno de Daniel Noboa. Pero también vuelve a poner en primer plano a la organización que dirige: Los Choneros.
En dos décadas, esta banda pasó de ser un grupo de sicarios locales a convertirse en una red internacional de crimen organizado. Su influencia se extiende por cárceles, puertos, ciudades costeras y rutas de narcotráfico hacia Estados Unidos y Europa.
De vengadores barriales a red mafiosa
Los Choneros nacieron a finales de los años 90 en Chone y Manta, en la provincia de Manabí. Al principio operaban como un grupo de venganza y ajuste de cuentas, dedicado al sicariato y al microtráfico de drogas.
Su primer líder fue Jorge Bismark Véliz España, alias "Teniente España". Pero el verdadero crecimiento llegó bajo el mando de Jorge Luis Zambrano, alias "Rasquiña". Con él, la banda dejó atrás la lógica barrial y adoptó una estructura jerárquica, con códigos internos y ambiciones territoriales más amplias.
Con el paso del tiempo, comenzaron a controlar rutas de cocaína desde Colombia y Perú hasta los puertos ecuatorianos. Para 2010, ya eran considerados el principal brazo logístico del Cártel de Sinaloa en Ecuador.
Más allá de Ecuador
Los Choneros no actúan en solitario. A lo largo de los años tejieron alianzas con organizaciones criminales internacionales: el Cártel de Sinaloa, la mafia albanesa, disidencias colombianas y grupos europeos que facilitan el ingreso de droga al continente.
Además del narcotráfico, se especializaron en lavado de activos, extorsión y tráfico de armas. Entre 2016 y 2024, movieron al menos $24 millones mediante empresas fachada, según la Fiscalía de Ecuador.
Aunque han perdido territorio frente a bandas rivales, todavía controlan rutas marítimas clave desde los puertos de Manabí y Guayas, y mantienen presencia en provincias como Santa Elena, Esmeraldas y El Oro.
Fragmentación y guerra en las calles
La muerte de "Rasquiña" en 2020 desató una guerra interna. Varios grupos se separaron de Los Choneros y formaron sus propias estructuras: Los Lobos, Los Tiguerones, Los Chone Killers y Mafia-18. Algunas de estas se aliaron con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), rival del Cártel de Sinaloa.
En ese contexto, Los Choneros quedaron bajo el mando de "Fito", quien no solo heredó el liderazgo, también lo institucionalizó. Consolidó su autoridad mediante alianzas con antiguos operadores de "Rasquiña", fortaleció el aparato logístico de la banda y reforzó su presencia en las cárceles. Bajo su mando, Los Choneros lograron mantener el control territorial frente a sus nuevos rivales.
Sin embargo, la fragmentación disparó la violencia: ajustes de cuentas, asesinatos selectivos, masacres carcelarias y atentados con explosivos se volvieron comunes. Además, los enfrentamientos se trasladaron a las calles, con ataques en mercados, barrios, escuelas y centros comerciales.
Cárceles como centros de operaciones
Durante más de una década, Los Choneros controlaron las principales cárceles del país. Desde dentro, ordenaban asesinatos, gestionaban cargamentos y cerraban negocios. Algunos líderes vivían en celdas con televisores, refrigeradoras, piscinas inflables y hasta mascotas exóticas.
Funcionarios penitenciarios, sobornados o amenazados, permitían el ingreso de armas, celulares y dinero. En varias prisiones, los propios internos controlaban los pabellones. Decidían quién vivía, quién moría y quién podía entrar.
"Fito": el rostro del crimen organizado
José Adolfo Macías Villamar nació en Manta en 1979. Durante su juventud fue taxista y mecánico. Luego se vinculó al crimen organizado. En 2011 fue condenado a 34 años de prisión por asesinato, narcotráfico y delincuencia organizada.
Se fugó por primera vez en 2013. Fue recapturado, pero nunca perdió poder. En 2020, tras el asesinato de "Rasquiña" en un centro comercial de Manta, "Fito" asumió el liderazgo de Los Choneros en medio de la pugna interna. Para consolidar su control, recurrió a la fuerza, eliminó a rivales y recompensó lealtades. Estableció contacto directo con el Cártel de Sinaloa y reorganizó la estructura financiera de la banda, ampliando sus operaciones desde las cárceles y renovando sus vínculos internacionales.
En enero de 2024 se escapó nuevamente, esta vez de la cárcel Regional de Guayaquil. Su fuga provocó una ola de violencia: motines en siete prisiones, atentados con explosivos, secuestros de policías y la toma de un canal de televisión en vivo. El Gobierno declaró un conflicto armado interno y calificó a las bandas como terroristas.
Esta semana fue recapturado sin un solo disparo. Hoy enfrenta una posible extradición a Estados Unidos, donde lo acusan de narcotráfico y tráfico de armas.