¿Qué significa “Matsu” y por qué el caso de tráfico de migrantes se llamó así?
Alojamiento, traslados y seguridad: los costosos “servicios” que ofrecía red de coyotes
Hoy, la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada (FAEDO), en conjunto con varios cuerpos policiales, logró la captura de al menos 19 miembros de una red de coyotes que ofrecía una amplia variedad de “servicios” a extranjeros que pretendían cruzar Costa Rica en su ruta hacia Estados Unidos, a cambio de sumas que oscilaban entre $7.000 y $40.000.
El caso fue denominado Matsu, un término del idioma japonés que significa “esperar”. Fueron las autoridades panameñas quienes le dieron ese nombre cuando iniciaron la investigación en su primera fase, en julio del 2023.
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto a la Fiscalía General, explicó a CR Hoy que esa palabra representaba justamente la espera que mantenía la organización criminal en Panamá —y sus contactos en Costa Rica— para captar “clientes” a quienes cobrarles grandes sumas de dinero por movilizarlos.
Cabe recordar que la estructura desmantelada este miércoles mostraba una preferencia por los migrantes orientales o asiáticos. La mayoría de los casi 500 migrantes movilizados por el grupo eran originarios de China, Vietnam y países vecinos.
"La organización criminal esperaba mientras las personas migrantes traficadas lograban cruzar la selva o “tapón” del Darién, para luego ser captados por el grupo criminal e iniciar todas las acciones que desarrollaban para burlar a las autoridades policiales y migratorias tendientes, a lesionar la soberanía de los países por los que pasarían hacia los Estados Unidos, como destino final", explicó Boraschi.
Precisamente, esta organización transnacional proveniente de Panamá recibía a los migrantes en ese país y luego facilitaba su ingreso irregular a territorio costarricense, siempre guiados por miembros de la estructura criminal.
Entre los “clientes” interceptados por esta red de coyotes también había, aunque en menor medida, venezolanos, ecuatorianos y peruanos, incluidos menores de edad y adultos mayores. Esto agrava la tipificación del delito y evidencia la extrema vulnerabilidad de algunas víctimas.
Presuntamente, los sospechosos ocultaban a los migrantes y los trasladaban en vehículos de transporte público, como taxis oficiales, o en automóviles particulares, hasta puntos de alojamiento y encubrimiento ubicados en Corredores y Los Chiles.
De hecho, parte de los allanamientos se realizó en casas y hoteles situados en esas comunidades, lugares que, según se sospecha, la red delictiva utilizaba para movilizar o alojar a los migrantes. La organización operaba en las zonas sur y norte del país.
Cuando los extranjeros llegaban a esas zonas, los imputados los captaban, hospedaban y ocultaban en distintos hoteles, hasta que continuaban su trayecto hacia el norte, completando así el ciclo del tráfico ofrecido por la organización criminal.
Al cierre de la investigación se logró cuantificar al menos 470 personas que fueron trasladadas por esa red.
La pesquisa data del año 2023 y es producto de un trabajo conjunto entre el Ministerio Público costarricense, la Fiscalía de Panamá y la policía panameña, que en ese momento comenzaron a mapear organizaciones dedicadas al tráfico de personas desde ese país. Las autoridades panameñas dieron seguimiento a esos grupos.
En total, se ejecutaron 23 allanamientos que permitieron la detención de los 19 imputados y el decomiso de evidencia relevante, entre la que destacan armas de alto calibre y dinero en efectivo.
Los líderes de esta red delictiva son de apellidos Blanco Mora, Murillo Li, Espinoza Sandoval (alias Cachillo), Espinoza Cambronero (alias Cacho), Cerda Duarte y Guerrero Miranda, todos costarricenses.
Estas personas eran las encargadas de la logística para trasladar a los migrantes, alojarlos y ocultarlos hasta su salida del país. Para ello, empleaban taxis y autobuses de servicio público, así como vehículos de transporte informal (porteadores).