¿Qué hacen con mis datos cuando no los veo?
Clive Humby afirmó: "Los datos son el nuevo petróleo". Si es así, con una generación de más 2,5 trillones de bytes de información al día –según IBM– podemos estar seguros de que, aunque no sepamos ni los veamos, nuestros datos son constantemente procesados, revisados, vendidos y comprados.
Algunos de los datos personales que buscan y venden las empresas procesadoras alrededor del mundo o, en ocasiones, que se comercian en la "Dark Web", son aquellos sobre los cuales podemos tener o no control, pero a los que rara vez les prestamos atención cuando los entregamos son: nombre y apellidos, domicilio, correo electrónico, número de cédula, datos de localización (teléfono móvil o IP), identificadores de cookies, identificadores de publicidad para el celular, datos médicos u hospitalarios, entre otros.
La organización "Future Majority", en su estudio sobre el valor de la información, calculó que el beneficio corporativo que produjo la recolección de datos personales de los estadounidenses fue de $76.000 millones de dólares en 2018, proyectando un total de $198 billones de dólares para el 2022.
Por ello, cada día es más importante tener conciencia de los lugares a los que accedemos y la información que agregamos, así como las cookies que aceptamos, pues si bien es "engorroso" revisar y parametrizarlas, esto es nuestra primera defensa para el procesamiento de datos.
La segunda línea de defensa –y por la cual abogan muchos legisladores y organizaciones que buscan proteger a los ciudadanos– es una regulación más rigurosa y ética tanto de las empresas que procesan datos como de la capacidad de los ciudadanos de controlar los lugares y formas en la que sus datos se utilizan, cuáles se recolectan y cómo recuperarlos.
Sin embargo, es importante que entendamos lo que señala el Dr. Eduard Blasi, profesor del posgrado de Protección de Datos de la Universitat Oberta de Catalunya, quién nos dice: "La realidad es que, en el ecosistema de Internet, si no lo pagamos de forma directa, lo acabamos pagando de forma indirecta con nuestros datos o, incluso, metadatos".
Según Kaspersky y Atlas VPN, la venta de datos de una tarjeta de crédito está entre los 6 y 10 euros; los historiales médicos entre $1 y $30 dólares; pasaportes, licencias o servicios en los $25 dólares; cédula, nombre completo, dirección, número de teléfono, e-mail y número de la Seguridad Social, oscilan entre los $0,5 y los $10 dólares, y establecen que los precios han bajado porque resulta cada vez más fácil robarlos, hecho de lo que algunos expertos responsabilizan a la inteligencia artificial.
Entonces, es nuestra misión saber dónde colocamos datos, conocer las normas que nos protegen y no dejar de vigilar nuestros datos para nos ser presa de estafas o robos de identidad. Asesorarse para conocer su defensa y recursos en temas de datos es de vital importancia: si las empresas están dispuestas a pagar por sus datos, está en usted darles el valor y la protección que les corresponde.
Gerente legal APriori