Presiones externas y menor dinamismo interno empujan tasas de interés a la baja
Un conjunto de factores externos e internos presiona a la baja las tasas de interés en Costa Rica.
Así lo detalla el II Informe Macroeconómico 2025: Evolución económica y desafíos fiscales, elaborado por los investigadores Marco Otoya, Allan Quesada e Ivannia Bolaños, del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).
En primer lugar, en el contexto internacional, diversos bancos centrales han venido reduciendo sus tasas de referencia como respuesta a la desaceleración económica global.
Las expectativas apuntan a una alta probabilidad de que la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos reduzca su tasa de interés de referencia en los próximos meses.
De hecho, este miércoles la FED redujo sus tasas de interés de referencia, por primera vez este año, en un cuarto de punto como se esperaba, debido a un mercado laboral más débil.
La FED disminuyó la tasa de interés de referencia a 4-4,25 % y prevé dos recortes adicionales este año.
De materializarse, este movimiento generaría presiones adicionales a la baja en las tasas de interés locales, ya que una divergencia prolongada podría provocar distorsiones en los flujos de capital y en el comportamiento de la demanda de moneda extranjera.
Factores internos
En segundo lugar, en la dinámica interna, la economía nacional ha mostrado una desaceleración en su ritmo de crecimiento, lo que refleja una menor expansión de la actividad productiva.
Paralelamente, la inflación se ha mantenido en niveles históricamente bajos, incluso por debajo del rango meta del Banco Central de Costa Rica (BCCR), establecido en 3 % ±1.
"Esta combinación de menor dinamismo económico y baja inflación abre un margen de maniobra para que la autoridad monetaria ajuste a la baja su tasa de política monetaria sin comprometer la estabilidad de precios", señala el análisis.
Este jueves, la junta directiva de la entidad monetaria se reunirá para discutir si mantiene o reduce la Tasa de Política Monetaria (TPM), la cual fue rebajada a 3,75 % anual el 18 de julio pasado.
La TPM es la principal herramienta que utiliza el Banco Central para influir en el resto de tasas del sistema financiero nacional.
En tercer lugar, resulta fundamental el papel de las expectativas de inflación, que constituyen un elemento central en la efectividad de la política monetaria, pues inciden directamente en las decisiones de consumo, inversión y fijación de precios, condicionando los resultados macroeconómicos.
En el caso costarricense, las expectativas se han mantenido persistentemente por debajo de la meta del Banco Central, lo que, lejos de ser un signo positivo, puede consolidar un ciclo de inflación baja que dificulta alcanzar los objetivos oficiales de la política monetaria.
La inflación en Costa Rica lleva 27 meses fuera del rango meta establecido por el Banco Central y, según el último Informe de Política Monetaria, esta situación se mantendrá hasta el segundo trimestre de 2026.
Rigidez
De acuerdo con el informe del Cinpe-UNA, un aspecto crítico radica en la transmisión de las señales de política monetaria a las tasas de interés efectivamente negociadas en el sistema financiero.
El informe destaca que, en este tema, se ha observado que las reducciones en la TPM tienden a trasladarse de manera consistente a la Tasa Básica Pasiva (TBP).
Sin embargo, esta transmisión no se refleja con igual intensidad en las tasas activas asociadas a nuevos créditos, pese a la presión a la baja que ejercen factores externos e internos.
A pesar de los recortes en la tasa de referencia del Banco Central, las tasas activas de los bancos públicos —aquellas que se aplican a los créditos— han mostrado una notable rigidez, manteniéndose relativamente estables.
Por su parte, los bancos privados presentan una asimetría que facilita la transmisión de los aumentos más que la de las reducciones; incluso, en el último mes, en lugar de disminuir, se observó un incremento.
Esto implica que los beneficios de menores tasas no se trasladan plenamente a los agentes económicos a través del crédito, lo que limita el impacto esperado sobre la inversión y el consumo.
El mismo Banco Central ha documentado, en distintos informes, que las tasas de interés de los créditos —especialmente los de consumo personal y tarjetas— se resisten a bajar, a pesar de las leves reducciones en la TPM realizadas el año pasado y recientemente.
Las reducciones en las tasas de interés de los créditos registradas hasta ahora han sido poco significativas y no se han producido de forma inmediata.
Las disminuciones se han notado más en las tasas pasivas, es decir, las que se pagan por ahorrar o depositar.