Precios de los alimentos crecieron más que la inflación general en Costa Rica en últimos 5 años
Los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas acumulados crecieron más que la inflación general en Costa Rica durante los últimos cinco años.
Así lo reveló un análisis sobre la evolución de los precios de los alimentos y su impacto en la economía de los hogares, especialmente aquellos en condición de pobreza o vulnerabilidad económica, realizado por José Francisco Pacheco, economista del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica (CCECR).
Según el estudio, entre diciembre de 2020 y septiembre de 2025, la inflación acumulada en alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 14,6 %, cifra que supera casi el doble la inflación general nacional: 8,2 %.
Los datos muestran que el crecimiento fue 1,78 veces mayor en este grupo y que, después de junio de 2022, los precios de los alimentos comenzaron a crecer de forma más acelerada, manteniéndose desde entonces persistentemente por encima de la inflación general.
Además, esta diferencia confirma una tendencia estructural, en la que el componente alimentario del Índice de Precios al Consumidor (IPC) ejerce una presión persistente sobre la inflación total del país.
"Al analizar los datos de inflación, emergen diversas tendencias. La inflación acumulada de los alimentos tiende a crecer más y a presentar cambios más fuertes entre un año y otro. Es decir, son precios altamente inestables. Al tomar la inflación a diciembre de cada año (septiembre para 2025), se observa que la tasa de crecimiento del IPC alimentario se aceleró en 2022, producto en gran medida de la inestabilidad derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros determinantes", explicó Pacheco.
La Canasta Básica Alimentaria (CBA) representa el 51,6 % de la línea de pobreza rural y el 47,7 % de la urbana, lo que implica que las variaciones en los precios de los alimentos tienen efectos inmediatos sobre el presupuesto disponible de las familias.
Aumentos sostenidos en este rubro pueden derivar en la sustitución de alimentos nutritivos por otros de menor calidad o en reducciones de gasto en bienes y servicios esenciales.
¿Qué ha pasado en 2025?
Aunque la inflación general y la inflación en alimentos y bebidas, ambas anualizadas, muestran tasas negativas a septiembre de 2025, no todos los rubros y categorías se comportan de forma similar.
En los últimos 12 meses, los precios de productos como café (17,8 %), chocolates (11,7 %) y frutos rojos (10,6 %) han encabezado las alzas. Les siguen margarina (8,7 %), pescado (8,1 %), huevos (7,2 %), y otros azúcares y sustitutos de azúcar (4,9 %).
Paralelamente, los precios de vegetales de hoja o tallo, frutas cítricas y otros vegetales registraron caídas de entre 10 % y 31 %, evidenciando un comportamiento altamente heterogéneo dentro del grupo alimentario.
El análisis a mediano plazo (2020–2025) muestra que varios productos estratégicos han registrado incrementos acumulados significativos: café (91,7 %), avena (61 %) y harina de trigo (53,3 %).
Impacto
Según el análisis, estos aumentos superan ampliamente el crecimiento promedio de precios, lo que agrava las condiciones de acceso económico a alimentos básicos.
Pacheco aseguró que este comportamiento evidencia que la volatilidad en los precios de alimentos es un factor estructural con implicaciones directas sobre el acceso y la seguridad alimentaria.
En Costa Rica, cerca de 310.000 personas (5,8 % de la población nacional) no alcanzaban a comprar la Canasta Básica Alimentaria en 2024, es decir, vivían en pobreza extrema, según la Encuesta Nacional de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) correspondiente a ese año.
Para algunos subgrupos, la situación es aún más grave. Por ejemplo, 106.000 menores de 15 años (una de cada nueve personas) vivían en hogares en pobreza extrema, aspecto que pone en riesgo su nivel nutricional.
El estudio concluye que la combinación de incrementos sostenidos en los precios de bienes de alto consumo y la alta participación de alimentos en el gasto familiar demanda políticas públicas integrales que favorezcan la estabilidad de precios, el fortalecimiento de la producción local y mecanismos de protección para los hogares más afectados.
El Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica considera prioritario que las políticas públicas orientadas a la seguridad alimentaria incluyan instrumentos de estabilización de precios, apoyo a la producción nacional y mejoras en la eficiencia logística que reduzcan costos a lo largo de la cadena de valor.
Además, propone fortalecer los sistemas de monitoreo de precios y abastecimiento, de modo que se puedan anticipar presiones inflacionarias y activar mecanismos de respuesta temprana.
