Persiste amenaza del gusano barrenador: reportan casi 24.000 casos
Imagen ilustrativa. (CRH).
La amenaza del gusano barrenador aún persiste en Costa Rica, según informó este miércoles la Corporación Ganadera (Corfoga).
El gusano barrenador, enfermedad que se había erradicado en el país en el año 2000, resurgió en julio de 2023 con un fuerte impacto en la ganadería nacional y en la salud de las personas, con 99 casos atendidos.
Este parásito, que afecta tanto al ganado bovino como a otras especies de sangre caliente, representa una amenaza severa para la producción pecuaria.
Las larvas del gusano barrenador se alimentan de tejidos vivos, causando heridas profundas, infecciones, pérdida de peso, disminución de la producción y, en casos graves, la muerte del animal.
Según reportes oficiales del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), se han registrado 23.359 casos en animales, de los cuales 19.303 corresponden a bovinos, 1.928 a caninos y el resto a otras especies.
En julio, las provincias de Alajuela y Puntarenas fueron las que presentaron más casos.
Las consecuencias para el sector pecuario son significativas: pérdidas en la producción de carne y leche, aumento de gastos en medicamentos y mano de obra, e incluso la muerte de animales. A esto se suma el impacto social por el incremento de casos en animales de compañía y las restricciones en el comercio internacional.
Ante la emergencia sanitaria, diversas entidades internacionales han unido esfuerzos y, como parte del plan de trabajo conjunto, se han intensificado las capacitaciones y campañas de comunicación dirigidas a técnicos, productores y comunidades.
Un grupo de profesionales de Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice y México participó en un curso para la prevención y el control de la enfermedad. Corfoga representó al sector privado ganadero de Costa Rica, con el objetivo de transmitir el conocimiento adquirido y fortalecer las acciones de prevención y respuesta.
Entre las medidas aplicadas destaca la liberación de moscas estériles, producidas en Panamá, que se dispersan por vía aérea y terrestre en puntos estratégicos. Esta técnica busca contener la expansión del gusano en México e iniciar un barrido hacia atrás, hacia los países centroamericanos. La misma estrategia se utilizó en la crisis del año 2000, cuando permitió lograr la erradicación del parásito.
Otras acciones preventivas relevantes son la aplicación de buenas prácticas pecuarias, el fortalecimiento de la vigilancia de los animales, un mayor control en el transporte y el mantenimiento del reporte obligatorio ante el Senasa para determinar las regiones de mayor prevalencia.
Las autoridades sanitarias hicieron un llamado urgente a ganaderos, veterinarios y productores a mantener e intensificar las acciones preventivas para evitar un retroceso en los esfuerzos de erradicación.
