Peor sequía de últimos 40 años afectó a 512 mil familias centroamericanas
La peor sequía que ha experimentado Centroamérica en los últimos 40 años golpeó a unas 512.000 familias de la región, según cálculos del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) recopilados por el Quinto Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible.
Durante las estaciones lluviosas de 2014 y 2015, la vertiente del Pacífico de Centroamérica experimentó un déficit de lluvias que originó condiciones de sequía entre moderada y severa en los 7 países, particularmente en la franja conocida como corredor seco centroamericano, que va desde Guatemala hasta Costa Rica y reinicia en Panamá, en la zona denominada "arco seco".
Este evento causó afectaciones en el ambiente, la agricultura, los recursos hídricos y la seguridad alimentaria, entre otros.
Este fenómeno se presentó debido a la combinación de un calentamiento en el océano Pacífico ecuatorial, conocido como "El Niño", con el enfriamiento de la superficie del océano Atlántico, y en especial del mar Caribe, lo cual generó una diferencia de temperaturas en los mares a ambos lados del Istmo, con una magnitud nunca antes observada.
De acuerdo con el Comité Regional de Recursos Hidráulicos del Sica, durante el "veranillo" o "canícula", tanto en 2014 como en 2015, hubo lugares donde no llovió hasta por 42 días consecutivos y en algunos casos el déficit de precipitaciones ascendió a más del 65% del volumen normal para la estación seca.
Familias afectadas
El número total de familias afectadas fue de al menos 512.068, que sufrieron pérdidas en sus medios de producción, en su capacidad para alimentarse y para acceder a agua adecuada para su consumo, mientras duró el período de sequía.
"En la zona del corredor seco centroamericano, a raíz de la escasez del recurso han surgido conflictos por el acceso al agua entre la población y los sectores empresariales, situación que se agrava por la falta de capacidades de almacenamiento", cita el informe del Estado de la Región.
En primera instancia, la sequía generó racionamientos adicionales a los que ya son normales en algunas ciudades y municipios rurales; se incrementaron los costos de bombeo para la extracción de agua desde acuíferos, o del todo se secaron fuentes superficiales empleadas para abastecer a pequeñas comunidades rurales.
Además el fenómeno afectó la agricultura, sobre todo las actividades de subsistencia en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, donde la producción de alimentos (maíz y frijol, principalmente) estuvo en alto riesgo para las cosechas de la primera siembra e incluso para las llamadas siembras de postrera.
Ello podría agudizar la inseguridad alimentaria y nutricional, en especial para poblaciones ubicadas en áreas de alta vulnerabilidad como muchas comunidades indígenas y rurales.
Agricultura marchita
El Comité Regional de Recursos Hidráulicos determinó que en algunos países del norte de la región, cuyos habitantes tienen una alta dependencia del maíz y el frijol, las pérdidas alcanzaron hasta el 80% y el 60% de las cosechas de esos productos, respectivamente.
Pero en la zona de Chiriquí, en Panamá, se ha visto afectada la producción de arroz, especialmente el arroz de secano. Y en el sector cafetalero, con excepción de Nicaragua, la sequía ha reducido notablemente la humedad del suelo, lo que dificulta la adecuada absorción de nutrientes.
En el sector ganadero la escasez de agua para consumo de los animales y el pasto ha tenido consecuencias sobre la producción y reproducción animal, al tiempo que impide que el ganado esté preparado para enfrentar la estación seca.






