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Pensamiento crítico: escudo contra la desinformación

Por Msc. Luis Adrián Salazar Solís | 11 de Jul. 2025 | 6:00 am

En tiempos de sobreinformación e inmediatez, urge retomar el pensamiento crítico para impulsar discusiones profundas, basadas en el respeto mutuo y la construcción asertiva de conocimiento colectivo en procura de soluciones a los problemas actuales.

Transitamos por una era cuya vertiginosa generación y distribución de información supera inmensamente nuestras capacidades de decodificación y análisis de los mensajes. Millones de contenidos circulan permanentemente en plataformas digitales que, potenciadas mediante algoritmos e inteligencia artificial, han propiciado un alarmante desplazamiento del pensamiento crítico.

Ese declive causa un efecto paradójico, pues en lugar de aumentar el debate sólidamente argumentado, causa una proliferación de discusiones carentes de reflexión rigurosa, dominadas por opiniones superficiales, polarizadas, cargadas de odio y sustentadas más en emociones que en razones.

Paralelamente, estas situaciones empiezan a crear escenarios de posverdad muy peligrosos, que erosionan la reflexión y abonan la manipulación de una narrativa cuyo fin es disminuir la capacidad de discernimiento y suprimir la validación del origen de la información recibida.

Esto conlleva al posicionamiento de mensajes –muchos con sesgos y falacias-  que eliminan el cuestionamiento y la crítica constructiva dando paso a la polarización y masificación de personas y grupos que adoptan o rechazan ideas sin haber realizado el mínimo análisis.

El pensamiento crítico es esencial como herramienta política, científica y social para evaluar la información, datos, situaciones y narrativas de manera objetiva, con variables reales, construyendo un modelaje intelectual donde las decisiones y opiniones son basadas en fuentes confiables.

Pensar críticamente es analizar, contrastar, dialogar, tolerar y diferir, evitando reaccionar y amplificar la desinformación con negligencia y aversión. Solo ciudadanos críticos, con pensamiento reflexivo y disciplinado, podrán identificar las acciones dirigidas a crear confusión y establecer un régimen de posverdad a partir del miedo y el enojo.

En este contexto, promover el pensamiento crítico es un pilar esencial de toda sociedad democrática que quiera mantener su contrato social. Su ejercicio consistente fortalece la deliberación, eleva la calidad del debate y protege la verdad, frente a la manipulación narrativa y la posverdad.

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