Pareja vinculada con asesinato de europeos intentó apropiarse de residencia en lujoso condominio de Cartago

Uno de los puntos allanados este miércoles por el crimen de los europeos. CRH
La pareja conformada por el costarricense José David Elizondo Mesén y la colombiana Natalia Rubio Ordóñez, detenidos por el crimen de los europeos cuyos cuerpos fueron hallados enterrados en una finca de Quepos, han sido objeto de denuncias y otras investigaciones por intentar apoderarse de millonarias propiedades, una de ellas ubicada en un exclusivo condominio de La Unión de Cartago valorada en unos $250 mil.
Ambos están imputados en el doble homicidio de la pareja austriaco-alemana conformada por Manuela Daxer y Rüdiger Schickhaus, ocurrido el 22 de setiembre anterior, en una finca de Cerros de Quepos. La investigación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Quepos, dirigida por la Fiscalía local, determinó que los sospechosos idearon un plan para apropiarse de una mansión que la pareja de europeos estaba vendiendo en $1 millón.
Junto a ellos, también fue detenido un hombre identificado como Isaac Sanabria Alvarado, quien resultó ser un peluquero que, entre otras personas, atendía a domicilio al presidente de la República, Rodrigo Chaves.

"Lo que tenemos de antecedentes de ellos es en apariencia pues negocios relacionados con el área de bienes raíces" dijo el director de OIJ, Rándall Zúñiga, tras los allanamientos de este miércoles.
Precisamente, Natalia Rubio figura como investigada en la causa 25-000028-0276-PE donde se investigan delitos de falsedad ideológica, uso de documento falso y estafa. Según la denuncia, de la cual tiene copia CR Hoy, la mujer, un amigo y un notario intentaron apoderarse de forma fraudulenta de una residencia ubicada en un exclusivo condominio de La Unión y la cual había sido negociada en $250 mil.
La denuncia relata lo siguiente:
"Natalia Rubio Ordóñez utilizó el contrato de alquiler como un ardid para acceder al inmueble, aparentando tener intenciones legítimas de habitarlo. Posteriormente, incumplió deliberadamente con las obligaciones contractuales y subarrendó ilegalmente el inmueble, en contravención a las cláusulas del contrato. El subarrendador aprovechándose de la relación generada a través del subarriendo, convenció al dueño de firmar un contrato de alquiler con promesa recíproca de compraventa, que utilizó como excusa para permanecer en la propiedad y recabar documentos relacionados al ofendido y la propiedad, mientras ejecutaba la fase final del fraude.
Los querellados, actuando de forma coordinada, presentaron documentos y afirmaciones que generaron la falsa impresión de que la ocupación del inmueble era legítima. Esto permitió avanzar en el plan para despojar al señor Rodríguez y a su sociedad del bien inmueble. Los querellados intentaron inscribir fraudulentamente el inmueble, valorado en $250,000, en favor de una sociedad anónima, por una suma irrisoria de ₡10,000,000, causando un grave perjuicio al patrimonio".
La mujer se publicita en redes sociales como una experimentada agente de bienes raíces, lo que mismo que su esposo, también imputado en la causa. Ambos forman parte de la sociedad de responsabilidad limitada Gestionadora de bienes e inversiones GBI RJ de Costa Rica, según el Registro de la Propiedad, dedicada al "comercio, a la adquisición y venta de bienes".
Josué David Elizondo Mesén, detenido como presunto líder y partícipe del homicidio de la pareja austriaco-alemana en Quepos, llevaba una vida llena de lujos gracias al capital que amasó junto a su pareja en el negocio de bienes raíces.
Ambos se desenvolvían en ese ámbito desde hace varios años, lo que les permitió darse ostentosos caprichos como viviendas de alto valor, vehículos de lujo de las marcas más reconocidas y otros gastos particulares. Esas mismas condiciones las disfrutaba su pareja, la colombiana Natalia Rubio Ordóñez.
Elizondo y Rubio vivían en una casa de tres pisos en el condominio Sam Juan, en La Unión de Cartago, y tenían carros de lujo. Incluso, uno de ellos habría sido utilizado para que el presunto líder y su cómplice se desplazaran a Quepos con el fin de darle muerte a los extranjeros.

El crimen
Randall Zúñiga, director del OIJ, explicó que entre el día del crimen y la salida definitiva de los sospechosos de la finca de los extranjeros pudieron transcurrir al menos tres días.
El jefe judicial señaló que el homicidio habría ocurrido entre la noche del 19 de setiembre y la mañana del 20 del mismo mes.
En apariencia, Elizondo y Sanabria llegaron a la finca en Cerros de Quepos tras negociar con los extranjeros una posible compra.
"(…) este sujeto Elizondo firmó una opción de compra y venta con esta pareja de alemanes, ellos no cumplieron con el pago que se pedía en la opción de compra y venta y posteriormente se ubican en ese lugar", indicó.
Ese primer día, los dos hombres, al parecer, llegaron directamente a atacar a las víctimas y, tras un forcejeo, les dispararon. A Schickhaus lo impactaron en la cabeza y a Daxer la hirieron de muerte en tres partes del cuerpo.
"El día de los hechos, de acuerdo a la línea investigativa que llevamos, los dos hombres forcejearon con las víctimas y los mataron en apariencia en esa casa de habitación. El móvil fue básicamente adueñarse de esa propiedad que está valorada en aproximadamente $1 millón", añadió.
La investigación determinó que Elizondo contactó el servicio de una vagoneta el sábado en la tarde para transportar una carga de piedras, con las que taparían la fosa donde enterraron a las víctimas.
"Solicita un transporte de una vagoneta con piedra para en apariencia ocultar los cuerpos y por eso consideramos que el momento del homicidio pudo ser el viernes en la noche o sábado en la mañana.
Debido a que hace la solicitud de la vagoneta a destiempo, casi que a las 3 de la tarde, la misma se les entrega hasta el siguiente día hábil de trabajo que fue el lunes".
Es decir, los homicidas pasaron al menos tres días buscando la forma de cubrir la fosa donde estaban los cadáveres, y fue hasta el lunes 22 en horas de la noche cuando se emitió la primera alerta al OIJ.

La mansión de los europeos
Los europeos habían puesto en venta su finca dos meses antes del homicidio. Se trataba de una propiedad de lujo con vivienda y múltiples amenidades:
– 50.000 metros cuadrados.
– Un estanque natural de 25 metros de largo, con jacuzzi e iluminación subacuática.
– Una casa completamente renovada de 550 metros cuadrados.
– La residencia ofrecía cuatro amplios dormitorios, uno con entrada independiente que podía funcionar como despacho, y un dormitorio principal con vestidor. Además, contaba con dos baños, despensa, lavadero, trastero, cochera para tres vehículos y un sótano utilizable como garaje.
– La propiedad incluía aire acondicionado, electrodomésticos completos y conexión de fibra óptica de 100 Mbps.
– Entre los electrodomésticos destacaban lavavajillas, congelador grande, horno, microondas y placa vitrocerámica de inducción.
– El entorno estaba rodeado de un jardín con plantas, árboles frutales, palmeras, un arroyo, cascadas y un pozo.
– El terreno también contaba con un establo de 40 m², espacio para caballos o ganado, y una casa para el cuidador.
Los sospechosos, aprovechando su experiencia en bienes raíces, contactaron a los extranjeros y prometieron un pago inicial de $100 mil el cual no cumplieron y solicitaron una reunión con las víctimas.