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Opinión: De parejas rotas, hijos y suicidios

Por Agencia | 31 de Ago. 2016 | 4:13 am

En Costa Rica hay una red de "profesionales" sin escrúpulos que despedazan parejas y personas.

Hace dos años y medio nos pasamos a una casa más pequeña. En esta ya habíamos acordado que no podríamos tener mascotas. Sin embargo, a los pocos meses de vivir ahí, recibí una llamada de mi esposo para decirme que una señora le había heredado su perrita a una de nuestras hijas y que por lo tanto ya venía para la casa con perrita, casita, alimento, etc.

¿Pero cómo? ¿Si nos la heredó es hasta que se muera?, ¿no?

"Sí, es que ella murió hoy y le heredó su perrita. Ahora te cuento…"

Luego hablamos de la muerte repentina de la señora y de su intoxicación con pastillas. Al día siguiente vimos la noticia de su muerte y leímos algunas publicaciones de amigos suyos en Facebook. Debido a esas publicaciones recibí una llamada de una amiga que me preguntó cuál era la relación que teníamos nosotros con la señora que había muerto.

Le conté brevemente y ahí fue cuando comencé a escuchar una de las peores historias sobre traficantes de sentimientos, dinero y división familiar que he oído en mi vida.

Esto es lo que procedo a contar y que tiene que ver con nuestro sistema judicial, nuestras familias y unos traficantes de mentiras, odio y dinero.

Aquella señora tenía un juicio el día en el que la encontraron muerta. El juicio era para enfrentar a varios padres de familia a los que se les había apartado de sus hijos por supuestos abusos.

Al estar muerta la imputada, los juicios no procederían y estos padres de familia que desde hacía meses o años no podían ver a sus hijos seguirían en la misma situación.

Mi amiga lo lamentaba pues un familiar suyo estaba dentro de esos padres de familia.

Hay decenas de historias similares y se han tejido de la siguiente forma: Existe en nuestro país una red nefasta de psicólogos y abogados que ha entretejido toda una maraña para cobrar altas sumas de dinero a mujeres que lo poseen.

En el caso de mi amiga, su familiar no puede ver a su hijo desde hace varios meses porque la psicóloga de su esposa en contubernio con la abogada impusieron medidas cautelares y no puede acercarse a su hijo.

La situación comenzó cuando el padre del niño visitó a una psicóloga a quien encontró en Internet, para tratarse un problema de adicción al juego.

Después de varias citas, la psicóloga le dijo que sería bueno que viniera su esposa a una cita sola con ella. Su esposa asistió y la psicóloga la siguió tratando a ella sola, en citas semanales y le dio de alta a él. Después de atenderla semanalmente durante varios meses le dijo que sería bueno que a su hijo lo atendiera una amiga suya quien era psicóloga infantil.

Las siguientes citas le hicieron creer a ella que su hijo estaba siendo abusado e incluyeron a una abogada para que procediera con las medidas cautelares.

En todo esta construcción maquiavélica, los abogados y psicólogos estaban recibiendo cientos de miles de colones al mes de esta pobre madre de familia, profesional e inteligente a la que estafaron y siguen estafando.

Así como este caso hay varias mujeres con el mismo perfil a las que se sigue estafando, algunas están totalmente deprimidas, otras siguen soportando con ayuda de su familia el creer que su expareja fue un monstruo y sintiéndose culpables de lo que les pasó a sus hijos.

Estas mujeres deben lidiar no solo con su trabajo profesional, sino con la amargura de creer que su pareja abusaba de sus hijos y con el odio hacia su expareja generándoles grandes problemas psicológicos y físicos.

Esta red de traficantes de sentimientos tejió una maraña de odios, culpabilidades y pagos exorbitantes. Esta red funciona en el país y hay varios grupos y familias que saben de su existencia. Esta red está provocando odios, depresiones y levantando altas sumas de dinero. Además, está llenando nuestro sistema judicial de problemas ocasionados por personas sin escrúpulos que por dinero hacen lo que sea.

No puedo poner una denuncia ante el juzgado alguno porque no cuento con pruebas, ni soy la afectada directa. Pero insto a los padres de familia que están sufriendo esto a que los detengan ya.

Vayan a los medios de comunicación que están sensibles con este tema y presionen para que el Poder Judicial revise la gran cantidad de casos similares con los que cuentan en sus archivos.

No deberían permitir que se siga jugando con su vida y la de su familia.

Gabriela Zamora
Periodista, Cédula 1 810 699

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