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Nuevos archivos avivan el misterio sobre la muerte de Kennedy

Donald Trump desclasificó unos 2.340 documentos

Por Gustavo Arias | 24 de Mar. 2025 | 5:11 am

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, desclasificó más de 2.340 documentos y 77.000 páginas sobre el asesinato de John F. Kennedy, ocurrido el 22 de noviembre de 1963. Un caso que ha generado fascinación y especulaciones durante más de seis décadas.

Hasta ahora, esto es lo más destacado que han descubierto periodistas e historiadores estadounidenses en los documentos.

En primer lugar, los archivos no parece que contengan información que desafíe la versión oficial: Kennedy fue asesinado por Lee Harvey Oswald, un exfrancotirador de los marines que actuó solo. Oswald disparó tres veces contra el automóvil descapotable en el que viajaba Kennedy en Dallas (Texas).

Philip Shenon, autor del libro Un acto cruel e impactante: La historia secreta del asesinato de Kennedy, comentó a The Washington Post que el análisis total de los documentos llevará semanas, pero por el momento, nada rebate esa tesis oficial.

"Siempre es posible que haya una sorpresa, pero hasta ahora, nada reescribe la verdad esencial de lo que sucedió ese día", afirmó.

Operaciones de la CIA

Según medios como The New York Times y The Washington Post, la mayoría de los archivos revelados se centran en la recopilación de inteligencia en torno al magnicidio, especialmente por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Los documentos revelan un ambiente de temor en las relaciones entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, especialmente después de la crisis de los misiles de Cuba en 1962, que estuvo a punto de desencadenar una guerra nuclear.

Ese contexto explica el interés de la CIA por rastrear los movimientos de Oswald en la Unión Soviética, así como sus visitas al Consulado de Cuba y a la Embajada Soviética en Ciudad de México, solo semanas antes del asesinato.

Sin embargo, los archivos revelados vuelven a descartar que Oswald fuera un agente de la KGB (la agencia de espionaje soviética) con instrucciones de Moscú para asesinar a Kennedy, y también niegan la participación de  Fidel Castro, expresidente de Cuba, en el crimen. Dos de las teorías alternativas más difundidas.

Los documentos también revelan cómo operaba la CIA en muchos países durante los años 60. Por ejemplo, algunos registros confirman que la agencia colocaba espías en el extranjero bajo el pretexto de trabajar para el Departamento de Estado.

Mientras que otros archivos muestran acciones encubiertas de los Estados Unidos en elecciones y movimientos laborales en Brasil, Finlandia, Chipre, Grecia y España.

Desafíos en la revisión

Revisar estos documentos resulta una tarea compleja, no solo por la cantidad, sino también porque no se publicaron de manera organizada. Esto dificulta establecer relaciones entre ellos.

La variedad es amplia, con archivos que van desde una sola página hasta otros de mil y algunos son ilegibles.

Un aspecto importante que se desprende de los primeros análisis es que ninguno de los archivos publicados es realmente nuevo, pero la mayoría contiene información previamente censurada.

El caso

El 22 de noviembre de 1963, el Air Force One, con JFK y la primera dama Jacqueline Kennedy a bordo, aterrizó en Dallas. Su visita a Texas, en medio de una campaña de reelección, prometía ser un viaje de reconciliación y esperanza.

Pero la atmósfera festiva se tornó sombría cuando, mientras la caravana recorría el centro de la ciudad, resonaron disparos desde el edificio del Depósito de Libros Escolares de Texas. La policía detuvo a Lee Harvey Oswald, un joven de 24 años que se había ocultado en el sexto piso, disparando desde las sombras. Dos días después, el drama continuó cuando Jack Ruby, dueño de un club nocturno, baleó y mató a Oswald durante su traslado entre cárceles.

Un año después del trágico asesinato, la Comisión Warren, creada por el presidente Lyndon B. Johnson para esclarecer los hechos, determinó que Oswald había actuado solo y que no existía evidencia de una conspiración. Sin embargo, esta conclusión no logró silenciar las numerosas teorías alternativas que han surgido y proliferado a lo largo de las décadas.

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