Nueva carretera a San Carlos se habilitará por tramos a partir del 2026
Primeras secciones comenzarían a operar a mediados de 2026
La nueva carretera a San Carlos entraría a operar por tramos o secciones a partir de 2026, según las proyecciones del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
Pese a que Rodrigo Chaves, presidente de la República, prometió durante la campaña electoral que la ansiada obra estaría lista durante un gobierno suyo, el panorama para que eso suceda es complejo.
El proyecto está dividido en 3 tramos: punta norte (Florencia-Ciudad Quesada), tramo central (Ciudad Quesada-Sifón de San Ramón) y punta sur (Sifón de San Ramón-San Miguel de Naranjo y Autopista Bernardo Soto).
La punta norte está en operación desde 2018, mientras el tramo central está paralizado desde agosto de ese mismo año por decisión de la Administración Alvarado Quesada (2018-2022). Este último trayecto, de casi 22,3 kilómetros, registraba un avance constructivo cercano al 80% al momento en que las obras fueron suspendidas.
Mario Campos Vega, director de los programas de infraestructura del MOPT financiados con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo al Concejo Municipal de San Carlos que el contrato de préstamo para ejecutar las obras tiene una vigencia de 5 años, tras ser firmado el 10 de enero de 2024. Es decir, los trabajos deberán concluir antes de 2029.
Ante los regidores y la Asociación Procarretera a San Carlos, Campos enfatizó en que se enfocarán en concluir los trabajos antes de que se cumplan los 5 años de vigencia del crédito. No obstante, la punta sur se deberá construir desde cero (con trámites expropiatorios de por medio) y el tramo central se retomará con múltiples pendientes a atender.
Campos enfatizó que se plantearán 4 licitaciones distintas: una para la punta norte (para dar mantenimiento a la obra ya hecha), otra para la punta sur, una para el tramo central y otra ruta 700 (que conectará el tramo central con la ruta 141, entre Zarcero y Ciudad Quesada).
La intención del MOPT es que a partir del 20 de marzo de este año se abran los procesos licitatorios.
"Confiamos que la orden de inicio la podamos dar en el primer trimestre de 2025. Estas expectativas son con el ánimo de acortar tiempos. Este es un proceso de diseño y construcción que abarcaría 20 meses, en donde sería la expectativa en el último trimestre de 2026 concretar todo el proyecto.
“Creo que para nadie es un secreto que parte del pensamiento de la actual Administración ha sido aperturar obras y no esperarse propiamente a que estén concluidos los proyectos para ponerlos a disposición de la población. Ejemplo reciente lo que ha sido La Galera en San José y Taras-La Lima en Cartago. No demorar el uso de infraestructura que ya está operativa”, detalló Campos.
El tramo central y la ruta 700 (que enlazará la nueva carretera con la ruta actual entre Zarcero y Ciudad Quesada) estarín en licitación en el segundo semestre de 2024, para el segundo semestre de 2025 girar la orden de inicio del proyecto.
“En estos 2 años de Administración que quedan, nuestro ánimo y deseo es tener obra ejecutándose. Y, según el plan de acción predial y los cronogramas que estamos buscando alcanzar con los contratistas, es a efecto de tener en este periodo construcción, obra ejecutada y obra puesta en operación para el uso”, añadió el funcionario, en la sesión del concejo municipal del 23 de febrero.
Para finalizar todo el corredor vial se estima una inversión requerida de $335 millones, de los cuales $225 millones provendrían del crédito acordado con el BID desde el gobierno de Carlos Alvarado Quesada.
Adicional a esto, se gestiona un traslado de aproximadamente $110 millones del fallido plan inicial para modernizar la carretera Interamericana Norte, entre Barranca y Limonal, con recursos también aportados por el BID.
Antecedentes del proyecto
El diseño original de la carretera procuraba que la vía fuera de 2 carriles, 1 por sentido. Sin embargo, en 2014, se aprobó la posibilidad para que el trazado pasara de 2 a 4 carriles.
El proyecto tiene 2 tramos pendientes: el central, que quedó con un avance superior al 70% en 2018, cuando la Administración Alvarado Quesada acordó finiquitar el contrato con la empresa constructora Sánchez Carvajal para reformular el proyecto, y la punta sur. El primero costaría $130 millones y el segundo $190 millones.
La empresa local estuvo a cargo durante 10 años, hasta que la Administración Alvarado Quesada (2018-2022) optó por romper el contrato y enderezar el rumbo de la obra.
Desde agosto de 2018, la construcción está paralizada, con un 76% del trazado ya asfaltado.
Hasta 2018, el proyecto había consumido $291 millones de recursos estatales. Una cifra notablemente superior a los $61 millones estimados en 2005, cuando la obra comenzó a cargo de la constructora taiwanesa RSEA.
Entre los pendientes por resolver destacan: un hundimiento en el kilómetro 21, la necesidad de construir un nuevo puente sobre el río Laguna y el rediseño del trazado tras la existencia de un humedal en una parte del trayecto.
En total, según estimaciones dadas por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica (UCR), hay 40 puntos críticos por atender debido a inestabilidades geológicas.
Otro aspecto pendiente es la ampliación a 4 carriles de los 8 puentes mayores que comprenden el corredor vial.
En setiembre de 2023, Diana Korte, gerente de la Unidad Ejecutora por parte del BID, confirmó en una charla con vecinos de la zona que el corredor vial tendría 3 estaciones para el cobro de peaje en distintos puntos. Sin embargo, Campos enfatizó que de momento requieren de mayores insumos para estimar la cantidad de estaciones de cobro que se necesitarían y los eventuales montos que se cobrarían.