“No tengo vida”: hombre se encadena por segunda vez para denunciar hackeo de todos sus dispositivos
Marco Vinicio Vargas Núñez, vecino de Curridabat, asegura vivir una pesadilla desde hace 8 meses. Este lunes, por segunda vez en menos de una semana, se amarró frente a las instalaciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) como una forma de exigir atención a su caso: denuncia que ha sido víctima de un hackeo masivo.
Según relata, todos los dispositivos en su hogar —computadora, teléfono, televisor, incluso un parlante inteligente— estarían intervenidos sin su consentimiento.
"Tengo un hackeo enorme en mi casa. Me hackearon todos los dispositivos de la casa, el teléfono, la computadora, el tele, un parlante inteligente. Yo me di cuenta de que estoy hackeado desde hace 8 meses. Ha sido una pesadilla. A mí me tienen intervenido por todo lado", denunció Vargas en declaraciones a CR Hoy.
El hombre afirmó que ya presentó una denuncia ante el OIJ, pero que inicialmente fue desestimada por falta de pruebas. No obstante, posteriormente logró reabrir la causa y entregó una memoria USB con archivos que, según él, demuestran la intervención digital.
"La primera denuncia me la desestimaron porque supuestamente dijeron que yo no presenté pruebas. Luego llevé una llave maya con pruebas, pero de momento, sigue en investigación. Cuando yo vengo al OIJ solo me dicen: tiene que tener paciencia", agregó.
Vargas afirma estar desempleado desde hace varios meses. Atribuye su situación laboral a los efectos del presunto hackeo.
"Tengo varios meses desempleado porque las empresas no me quieren contratar. Cuando me llaman, les tengo que decir la verdad: que todos mis dispositivos están siendo hackeados".
Según su testimonio, una empresa especializada en ciencia, tecnología e ingeniería informática le confirmó que, efectivamente, estaba siendo víctima de una intervención digital. De acuerdo con la evaluación que recibió, el ataque provendría de una persona con altos conocimientos tecnológicos o incluso de un grupo organizado.
Además del perjuicio económico, Vargas asegura enfrentar consecuencias emocionales severas. Según él, su salud mental se ha visto afectada por la constante sensación de vigilancia y por la falta de respuestas claras por parte de las autoridades.
"Los vecinos saben cómo he estado yo. Me entran unas depresiones, yo no tengo vida", concluyó.
CR Hoy consultó al OIJ sobre esta denuncia y actualmente se encuentra a la espera de una respuesta institucional.