“Le gusta que la esté tactando”: Le dijo enfermera a embarazada en el HSJD

Relatos que constan en un informe de la Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) relevan serias debilidades en el trato a embarazadas en el Hospital San Juan de Dios.

Varias usuarias de este centro médico indicaron que en el salón de maternidad, también llamado Sala #5, hay una enfermera que tiene un trato inadecuado con las pacientes y les dice comentarios como:

Le gusta que la esté tactando.

Si son alérgicas a usar blumer.

¿Su pareja también se durmió cuando le estaba haciendo el bebé?

Vaya péinese, si me quiere hablar.

En mi turno tienen que estar peinadas y bañadas.

De igual manera, las usuarias comentaron que en la noche hay una enfermera "muy grosera, incluso con el personal". También, hace comentarios despectivos sobre personas de Puriscal o grita al decirles que no las quiere ver sin calzones.

De hecho, para la Auditoría Interna el trato de esta funcionaria de la Sala #5 es una aparente violencia obstétrica, por lo que en caso de ser necesario se debe aplicar la normativa disciplinaria respectiva.

También, señalaron oportunidades de mejora en aspectos como el trato a la usuaria y su acompañante, principalmente en la forma en cómo se dirigen y comunican instrucciones, el orden y aseo en el salón de hospitalización, la realización de procedimientos a pacientes en el salón de maternidad.

Indican también oportunidades de mejora en la infraestructura por los espacios reducidos entre las camas y sus acompañantes. Comentan falta de espacios diferenciados y de aseo en los baños y sanitarios.

En una visita se evidenció que el hospital no dispone de espacio físico que permita la atención diferenciada a la madre gestante adolescente y a mujeres con pérdida gestacional. Desde el hospital indicaron que esto se debe a limitaciones de espacio.

Cabe resaltar que el Modelo de Atención Calificada en el Embarazo, Parto, Postparto de la CCSS indica que en caso de pérdida gestacional o perinatal se debe brindar privacidad a la paciente y se debe facilitar un lugar donde puedan estar solas con su acompañante separadas de las demás pacientes embarazadas o con sus bebés.

En el Lineamiento para proteger y garantizar los derechos de la mujer, la familia gestante y del recién nacido se indica que cuando una mujer pierde a su bebé se le debe ubicar junto a sus acompañantes de forma que se encuentre aislada de mujeres embarazadas, de neonatos y de insumos relacionados con la atención de estos. 

En el caso de las adolescentes, este mismo lineamiento, establece que a las adolescentes se les debe dar atención diferenciada e integral.

Para la Auditoría, las madres adolescentes enfrentan un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto, debido a su inmadurez física y emocional, por lo que es necesario proporcionar condiciones adecuadas.

A las mujeres con pérdida gestacional, de acuerdo con la Auditoría, es importante que se les proporcionen condiciones adecuadas, porque es esencial ayudarlas a afrontar su duelo y recuperarse física y emocionalmente.

Otros comentarios realizados por las usuarias del hospital San Juan de Dios son:

Mejorar la forma de dirigirse a uno como paciente y a los acompañantes.

Mejorar el trato y la calidad de la atención, desde que entran vienen enojados.

Que las enfermeras mejoren el trato con los acompañantes.

Se requiere de sensibilidad para decir las cosas, exige una enfermera en el turno de la noche que uno debe bañarse antes de que ella ingrese.

"La violencia sufrida por las usuarias, por parte del personal institucional, podría generar consecuencias físicas y alteraciones psicológicas en las mujeres que fueron atendidas, como lo es depresión, estrés, crisis de pánico, baja autoestima, angustia, impotencia y demás; lo cual tiene un impacto directo en el vínculo que se establezca con el recién nacido; generando desconfianza en el sistema de salud", indicaron desde la Auditoría.

Desde el hospital indicaron que a partir del 3 de junio cuentan con un cubículo exclusivo para la atención de pacientes con pérdidas gestacionales y otro para adolescentes.

En carne propia

Yeritza Venegas, tuvo una mala experiencia en el Hospital San Juan de Dios que derivó en la muerte de su bebé, así lo relató a CrHoy.com

Cada vez que ella sentía algo diferente durante su embarazo, asistía al Servicio de Emergencias y era atendida por estudiantes sin supervisión. De hecho, denuncia que su embarazo era de alto riesgo y nunca se registró de esta manera.

Siempre que asistía a Emergencias me recetaban unos supositorios y listo (…) Más de una vez tuve sangrados bastante grandes y lo único que hacían era ponerme los supositorios y listo ‘vaya para su casa'.

Una de esas veces recuerdo que había un doctor supervisando a sus estudiantes y el muchacho me atendió súper bien (…) En el trámite de esperar tanto la ecografía como exámenes hubo cambio de turno, cuando me volvieron a llamar para darme los resultados me tocó una estudiante y me dijo ‘todo está bien, el bebé está vivo, se mueve'  y yo le dije ‘pero es que estoy sangrando mucho y me duele mucho'

En esa ocasión la enviaron para su casa sin ni siquiera una recomendación. A los días volvió a sangrar fuertemente y la Cruz Roja Costarricense la trasladó al Max Peralta, donde le dijeron ‘su bebé se está muriendo' sin haberle hecho un ultrasonido.

Otro doctor la revisó y poco antes de que le realizaran un procedimiento le informaron que su bebé aún estaba con vida.

Después de varios días en reposo volvió a sangrar, se vio obligada a asistir al San Juan de Dios y la prepararon para una cesárea de emergencia. Al rato le indicaron que no se la iban a realizar y por ser primeriza Yeritza no tenía a nadie que la aconsejara.

Se quedó internada varios días con dificultad para respirar, dolores de pecho y sensación de debilidad. Según comenta, el doctor no le creía.

Me tuvieron que mandar de urgencia a parir porque me estaba muriendo, yo tenía la hemoglobina en 8 por la pérdida de sangre que había tenido y que seguía teniendo. A pesar de que yo le había dicho al médico que me sentía mal, él nada más simple y sencillamente no me quiso hacer caso.

En el proceso del parto, uno de los doctores encargados me dice ‘empiece a respirar porque si usted no respira yo no sé qué va a pasar con usted'.

Yo entiendo que es una orden que ellos tienen que darle a uno para que respire, pero vivir gritos de un hombre cuando vos estás pariendo, donde duele hasta respirar y a eso sumarle que yo tenía una semana de no poder respirar bien, es que todo me costaba y que el tipo me gritara y yo con aquel estrés.

Según cuenta Yeritza su bebé nació y estaba en perfectas condiciones. Al día siguiente se presentó a neonatos y una doctora le dijo sin tacto alguno "su bebé se va a morir".

Cuando a uno se le muere la bebé o se la matan, porque literal mataron a mi hija, ya no hay nada  hacer, ya no hay nada que hacer, porque ellos no te van a devolver lo más valioso que estás perdiendo.

Hago un llamado a las mamás para que el mínimo maltrato que tengan que lo denuncien, que no se queden calladas, porque eso hace uno quedarse callado, aguantar. Es correcto denunciar cuando se tenga que denunciar porque es la vida de nuestros bebés la que se pierde, y no va a haber nadie que reemplace eso.