Gemelos superan entorno de violencia y drogadicción para convertirse en profesionales en ciberseguridad

Gemelos superan entorno de violencia y drogadicción para convertirse en grandes profesionales en ciberseguridad
A sus 20 años, Carlos y Gabriel Badilla son hoy profesionales en ciberseguridad y trabajadores de empresas transnacionales. Sin embargo, su trayectoria estuvo lejos de ser sencilla. Los hermanos crecieron en Concepción de Alajuelita, una comunidad marcada por la violencia, la pobreza y el consumo de drogas. Su historia es uno de los casos más representativos del impacto que ha logrado FundaVida en zonas de alta vulnerabilidad social.
"Nosotros no estábamos metidos en el mundo de las drogas ni nada de eso, sino que crecimos en un entorno así. Era muy fácil ver a la gente consumiendo drogas; por así decirlo, crecimos alrededor de esas personas", relató Carlos Badilla en entrevista con CR Hoy.
La vida de los gemelos cambió cuando tenían apenas 12 años. Su madre identificó en FundaVida una oportunidad para que sus hijos accedieran a educación complementaria, cursos y certificaciones que ella no podía costear. Desde entonces, la fundación se convirtió en su principal punto de apoyo.
"Mi hermano y yo, por ejemplo, no teníamos la oportunidad de estudiar algo por fuera, y fue esa institución la que nos abrió las puertas. Lo sigue haciendo con jóvenes que no pueden pagarse un curso o que no tienen la oportunidad", agregó.
Gracias a los programas de robótica, programación y ciberseguridad, los hermanos desarrollaron habilidades técnicas que transformaron por completo su futuro. Hace siete años representaron a Costa Rica en la Olimpiada Mundial de Robótica, un logro que impulsó su disciplina y confianza.
"Cuando era niño, jamás imaginé que podría trabajar en tecnología, mi sueño era solo salir adelante. Gracias a FundaVida aprendí no solo a programar, sino también que tenía un propósito. Hoy, junto con mi hermano Gabriel, uso ese aprendizaje para devolver algo a los demás y mostrarle a otros jóvenes que sí pueden cambiar su futuro", relató el hermano Badilla.
Hoy, los gemelos no solo han logrado insertarse en el mercado laboral especializado, sino que además regresaron a la fundación como voluntarios para guiar a nuevos niños y adolescentes que enfrentan una realidad similar a la que ellos vivieron.
"La historia de los gemelos Valerio es un claro reflejo de lo que FundaVida promueve, no solo formación técnica, sino un acompañamiento integral que transforma vidas. Nuestros programas están diseñados para inspirar esperanza y capacitar a los jóvenes para que alcancen su máximo potencial" recalcó Chris Dearnley, fundador y presidente de FundaVida.
El alcance de la fundación
Durante el 2025, cerca de 400 niños, niñas y adolescentes participaron en los programas de la fundación en Concepción de Alajuelita, 25 de Julio y Linda Vista de Patarrá.
En casi tres décadas de trabajo, FundaVida ha apoyado a 10.000 estudiantes, con una tasa de graduación secundaria del 90 %, a pesar de operar en entornos donde 8 de cada 10 jóvenes abandonan la escuela y los niveles de exposición a drogas alcanzan hasta un 92 %.
La organización ha logrado sostener sus programas gracias a alianzas con diferentes empresas que han brindado apoyo económico, voluntariado e incluso oportunidades laborales para los egresados.
Su modelo combina clases de inglés, tecnología, habilidades para la vida, tutorías académicas y apoyo psicológico en espacios seguros y accesibles.
Una invitación a cambiar vidas
Debido a la alta demanda, la fundación mantiene una lista de espera de casi 200 menores que desean ingresar a sus programas. Por ello, la organización hace un llamado a empresas y personas interesadas en sumarse mediante donaciones, alianzas o voluntariado.
Para más información, la fundación habilitó el contacto de Mónica Lizano al correo monica@fundavida.org o al número 8830-7935.




