Absuelven a empresario de 3 delitos de defraudación fiscal
Así lo determinó Tribunal Penal de Hacienda
El Tribunal Penal de Hacienda de Goicoechea absolvió a José Trinidad Sosa Sosa por tres delitos de defraudación fiscal. Al hombre se vinculó con la supuesta defraudación junto al empresario taiwanés de ropa, Pablo Li. Los hechos se remontan al año 2003.
En su momento, el caso contra Li se catalogó como el mayor fraude fiscal de Costa Rica, dado que ascendía a los ₡3.947 millones de colones aproximadamente.
Según la acusación de la Dirección de Tributación, la defraudación se habría realizado a través de diferencias en el pago de los impuestos sobre la renta y general de los periodos fiscales 2000, 2001 y 2002. Esto lo determinaron luego de la apertura de las cuentas del oriental, ya que en ellas encontraron las sumas no reportadas al fisco.
Señaló Hacienda, que las empresas vinculadas con Li y Sosa, vendían y no depositaban en sus cuentas, sino que el dinero era depositado en las cuentas personales de los denunciados o de sus familiares.
El caso inició mediante una denuncia anónima realizada en febrero del 2002. Durante la investigación se vieron involucradas un total de 88 empresas que tenían que ver con los denunciados, hace alrededor de 20 años.
Una circular emitida por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), solicitó a todas las entidades supervisadas inmovilizar y congelar todas las cuentas corrientes, de ahorro, corporativas, activos financieros, inversiones temporales, fideicomisos, fondos de inversión y cualquier otro activo a nombre de Sosa. En dicha nota, nombraban 18 empresas vinculadas con el salvadoreño.
Cristian Arguedas, abogado del caso, destacó la absolutoria. Afirma que el Ministerio Público confundió la investigación y se confió en el dicho de Tributación y Hacienda.
"Si vemos desde un inicio, el Ministerio Público pensó que Sosa Sosa y Pablo Li eran socios y eso no se demostró en juicio, ni tampoco se demostró cuanto era los supuestos impuestos no pagados por mi representado.
Vivimos en un Estado de derecho donde impera aún la ley y no los linchamientos públicos y políticos. Aun así, mi cliente Jose Trinidad Sosa se le condenó a una pena de banquillo y esperar 22 años por este fallo", manifestó el representante legal.
"Al final la justicia siempre llega. Se demostró en juicio que la acusación del Ministerio Público no tenía "ni pies ni cabeza" y que al final, a la hora de demostrar, se quedó en pura narrativa populista", señaló Arguedas.
Después de este fallo, prosiguen las etapas de apelación de sentencia y casación.
