Migrantes, trans y prisioneros se despiden del papa Francisco
Un grupo de migrantes, personas transgénero y prisioneros se despiden del papa Francisco durante la ceremonia de su funeral durante este sábado 26 de abril.
Estas poblaciones estarán presentes en las escaleras de la Basílica Santa María la Mayor, con el fin de darle el último adiós al Sumo Pontífice.
De acuerdo con Vatican News, cada asistente contará con una rosa blanca en su mano al momento en el cual llegue el cuerpo de Francisco.
Durante su pontificado, el primer papa latinoamericano visibilizó los derechos de estos grupos poblacionales como hijos de Cristo, lejos de un entorno de discriminación.
Según el medio oficial de Santa Sede, los migrantes, los trans, los pobres y los prisioneros, vieron en la figura de quien fuera el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como un "padre".
Agregó que ser los "últimos" de la sociedad representará un privilegio porque serán quienes sean los últimos en despedir al papa Francisco antes de su entierro, el cual ocurrirá entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza de la Basílica Liberiana en Santa María La Mayor.
La idea surgió como parte de un contacto entre el propio Ambarus y el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias.
Según Monseñor Diego Ravelli, aseguró que para "tratar de valorizar la presencia de los pobres en los funerales o de alguna manera".
Luego, se eligió una representación de las diversas categorías de personas frágiles, pobres, incluyendo personas sin hogar, migrantes, presos o expresos, o familias pobres. Idealmente, es como si todos sus seres queridos lo acompañaran en sus últimos pasos, informó el medio de Santa Sede.
En la escalinata de la Basílica Papal habrá unas 40 personas, se espera en estas horas la comunicación definitiva sobre el número y la lista de presos que recibirán autorización para participar.
También estará presente "una pequeña representación de transexuales que conozco, que seguimos, de una pequeña comunidad de monjas que convivimos con estos transexuales", explicó monseñor Benoni Ambarus.
