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MEP planteará cambio en evaluación: Conducta afectaría notas de los estudiantes

La iniciativa busca devolver autoridad a los docentes y fomentar la disciplina en las aulas

Por Andrey Villegas | 17 de Sep. 2025 | 5:47 am

El Ministerio de Educación Pública (MEP) presentará esta semana una propuesta ante el Consejo Superior de Educación (CSE) para modificar la forma en que se evalúa la conducta de los estudiantes.

La iniciativa plantea que, a partir del curso lectivo 2026, la conducta forme parte de la calificación académica con una escala de 0 a 100.

Según explicó a CR Hoy el ministro de Educación, Leonardo Sánchez, la propuesta busca que todos los estudiantes inicien el año con una nota de 100 en conducta y que esta disminuya conforme se registren actuaciones indebidas.

Esto podría implicar no solo una baja en la calificación, sino también medidas como la separación temporal del centro educativo.

Para ello, las faltas se clasificarán en categorías que irán desde muy leves hasta gravísimas, las cuales serán definidas por el CSE.

"En esos casos se aplica un proceso correctivo de carácter formativo, para que el estudiante corrija su comportamiento y evitemos que esas acciones se repitan", afirmó Sánchez.

El jerarca añadió que la medida se enmarca en una estrategia para "devolver autoridad al docente", ya que "no podemos tener un sistema educativo en el que el estudiante decida qué se hace y qué no".

Esta será la segunda ocasión en que el MEP presenta la propuesta al CSE, luego de realizar ajustes a la primera versión.

"La regulación de la conducta es apenas un componente dentro de un reglamento mucho más amplio", agregó el ministro.

Problemas de fondo

Gabriela Garro Sáenz, psicóloga infantojuvenil e integrante del equipo técnico asesor de la campaña "Alto al Bullying y Ciberbullying" del Colegio de Profesionales en Psicología, afirmó que es importante enfocarse no solo en las medidas punitivas, sino también en resolver los problemas de fondo del comportamiento.

"El reglamento plantea sanciones diferenciadas para estudiantes que repitan faltas graves o gravísimas, incluso pudiendo llevar a la pérdida del curso lectivo. Sin embargo, enfocarse únicamente en medidas punitivas no resuelve el problema de fondo. Las conductas continuarán manifestándose de otras maneras si no se atienden las causas subyacentes", mencionó Garro en entrevista con CR Hoy.

La experta destacó que, en el caso de las conductas violentas, estas han ido aumentando a nivel general, reflejándose en los sistemas familiares, las comunidades y, por supuesto, en el sistema educativo. Esto provoca que los menores, de alguna manera, terminen reproduciendo lo que observan en su entorno.

Sumado a ello, los docentes "están cada vez más cargados de labores administrativas", lo que limita su capacidad de acompañar el desarrollo conductual de los estudiantes más allá de la formación pedagógica. Esto genera un escenario en el que los alumnos pueden sentirse con libertad o empoderamiento para actuar de manera contraria a lo adecuado para una sana convivencia.

"Las familias necesitan apoyo, porque muchas conductas avanzan hasta que los chicos enfrentan situaciones del mundo por su cuenta, mientras los padres están presentes solo de forma pasiva. Es fundamental hablar con las familias y, al mismo tiempo, que los centros educativos, a través de los departamentos de orientación y profesores guías, brinden acompañamiento y recursos para fortalecer las competencias parentales. La presencia activa y la vinculación con los hijos es clave para prevenir conflictos y comportamientos inadecuados", agregó Garro.

Algunas de las conductas más frecuentes en las aulas incluyen bullying y ciberbullying, siendo este último término violencia física y humillación a través de plataformas digitales.

La experta también señaló que se observa ausentismo escolar, consumo de sustancias ilícitas, conductas sexuales de riesgo y, más recientemente, el 'vapeo' entre estudiantes.

"Hay que mirar más allá de la conducta como manifestación e identificar las necesidades emocionales de los adolescentes: seguridad, guía, escucha y acompañamiento. La sociedad adulta suele estar ocupada en su día a día y, muchas veces, desconectada de los menores. Estar presentes con atención, ofrecer cariño con firmeza y establecer reglas claras puede ayudar a resolver los conflictos. Las medidas punitivas pueden existir, pero no deben ser la única solución", concluyó la especialista.

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