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Medidas económicas anunciadas: no solo por emergencia sino por necesidad

Por Francisco Villalobos | 17 de Mar. 2020 | 4:43 am

Ante las medidas económicas anunciadas por el gobierno no podemos menos que apoyar los esfuerzos planteados y esperar que con sentido de civismo y urgencia los diputados y diputadas hagan ahora lo suyo. Las medidas en 5 frentes distintos tienden a buscar alivianar el flujo de efectivo de las empresas , cuestión sobre la que las autoridades en Casa Presidencial han sido enfáticas en la tarde sábado, y están basadas en cargas sociales y empleo, impuestos, regulaciones sobre créditos bancarios, seguros y regulación de precios.

La cuestión es si son suficientes y si podremos implementarlas con suficiente rapidez. Luego, si hemos de tomar esto como una primera fase, cuál puede ser el siguiente paso si no logramos restablecer la confianza en los consumidores a raíz de un mayor número de contagios o un prolongado aislamiento en Europa y EEUU.

En materia de impuestos y de cargas sociales, esperaremos a lo que anuncie la CCSS esta semana pero una moratoria en las contribuciones no puede hacerse esperar. Las cargas sociales son muy significativas para las empresas y pesan mucho en el flujo de efectivo y en la capacidad de mantener el empleo. Ante un claro y contundente golpe al ingreso de las empresas, lo cual no es difícil de imaginar por la drástica disminución de la demanda, especialmente en construcción, turismo y entretenimiento, y ante la expectativa del Gobierno de que no se afecte el empleo, la medida esperable y que debe ser ejecutada cuanto antes, es la disminución inmediata en la contribución a la seguridad social muy especialmente en la de las personas físicas con actividad lucrativa los autoempleados y pymes. Me parece que habría sido muy positivo que se presentasen ya los lineamientos de un proyecto de ley sobre jornadas flexibles, disminución de jornadas de trabajo de común acuerdo con los colaboradores incluyendo la suspensión de contratos de trabajo por ejemplo. Luego, con la normativa actual, se pueden suspender contratos pero hay engorrosos procedimientos ante el Ministerio de Trabajo que pueden flexibilizarse con medidas administrativas. Y la extensión de líneas de crédito, gracias a las medidas para dar capacidad a los bancos de flexibilizar plazos y condiciones, debe venir aparejada con una clara política de financiar capital de trabajo en el tanto se mantenga el empleo, aunque sea en jornadas reducidas. Debe acentuarse en estas medidas, la protección del empleo en el sector privado.

En materia de impuestos, es donde más espacio de oportunidad hay no solo para mejorar el flujo de efectivo sino para ayudar a la reactivación económica. La moratoria anunciada en IVA es decididamente positiva, pero puede ser que a la vuelta de 3 meses no sea suficiente, por lo que es prudente pensar en el siguiente paso. Lo que se ha planteado es que los empresarios siguen soportando el IVA en sus compras y trasladándolo en sus ventas, o sea el consumidor no se verá beneficiado de esta medida, pero al día 15 de cada mes que dure la moratoria, el empresario no tendrá que ingresar o pagar la diferencia entre lo cobrado y lo soportado, deberá entonces autoliquidar sin ingresar la cuota ( el impuesto ). Luego, a la vuelta de 4 meses, deberá pagar todo, no sabemos en qué plazo, pero si no es suficientemente largo, podría implicar un duro golpe para la pequeña y mediana empresa. Creo que el proyecto de ley debe dejar prevista que dependiendo de la evolución de los eventos y el impacto en el ingreso de las personas, la moratoria del IVA sea total, o sea, que la aplicación del IVA se suspenda completamente, no solo para alivianar flujo de efectivo de los empresarios sino para procurar mayor capacidad de ahorro y reservas para los hogares, que deberán seguir consumiendo. Admito que es una medida extrema para las finanzas públicas pero es que estamos ante una situación extrema igualmente. Es importante entender que por ahora el impacto del IVA para los consumidores seguirá intacto, y con el IVA de tan mal diseño, las empresas seguirán impactadas por este tributo pues recordemos que la imposibilidad de trasladar el IVA como crédito hace que en importantes sectores de la economía el IVA sea parte del costo, siendo el mejor ejemplo, la construcción. Si esto es tan urgente, y depende de Cuesta Moras, habría preferido yo ver a los jefes de fracción el sábado en Casa Presidencial.

En el impuesto de renta por su lado, tendremos diferencias entre unos sectores y otros y seguramente es prudente que algunos apoyos sean mayores para algunos sectores que para otros, claramente construcción, entretenimiento y turismo requerirán todos los apoyos posibles. Sin embargo, si es prudente que se desarrollen otras medidas de aplicación general: que no corran intereses en los pagos parciales de renta ( en todo caso l la mayoría de los contribuyentes declararán y pagarán hasta marzo del 2021 por lo que ahora lo que importan son los pagos parciales ), que no se desarrollen actuaciones fiscalizadoras por lo que resta del año y que se flexibilicen las condiciones de las facilidades de pago para los contribuyentes que claramente entrarán en morosidad a partir de este mismo mes. En principio la DGT cuenta con información sobre las actividades de los contribuyentes y podría aplicar por sector diferentes tipos de moratorias y facilidades.

Para esto, la normativa que con urgencia se apruebe debe ser suficientemente amplia para facultar ante situaciones extremas, que se dejen de cobrar ciertos impuestos o que se planteen mayores facilidades de pago sin necesidad de volver a la Asamblea legislativa. Hay además que imaginarse un escenario posible donde el Poder Legislativo no pueda sesionar más. Me parece que en esas medidas debe reformarse la ley del impuesto sobre las utilidades para permitir depreciaciones acelaradas o deducir la totalidad de inversiones en activos productivos y respecto de los gastos que por teletrabajo deben incurrir las empresas, así como todo gasto extraordinario relacionado con la crisis que nos aqueja. De nuevo, esto debe regularse para que automáticamente entre en vigencia con ciertas declaratorias de emergencia.

Luego, hay medidas administrativas que sí pueden tomarse de inmediato y que además de proteger el flujo de efectivo, ayudan a los contribuyentes en un entorno económico deprimido ya y ahora, potencialmente caótico: erradicar trámites innecesarios muy especialmente los que impliquen la presencia física de los contribuyentes en las oficinas de la DGT como la presentación en papel de declaraciones ante cierre de actividades, o los cambios de apoderados, frenar los procesos de fiscalización por unos meses para evitar que las empresas deban invertir recursos en la atención de los mismos, aligerar y flexibilizar las facilidades para el pago de deudas con el fisco.

En otras etapas, y dependiendo de cómo se desarrollen los eventos, habrá que establecer suspensiones de todo tipo de impuestos que influyan en el costo de los bienes y servicios. Si se va a hacer un esfuerzo legislativo, pues es menester hacerlo bien y ayudar a que no naufraguen las empresas ahora y a que crezcan luego, cuando haya pasado la tormenta.

En cuanto a los créditos, es muy positivo lo anunciado y me parece que de manejarse con cautela pero celeridad verdaderamente ayudará no solo a paliar la crisis sino también a mejorar la posición financiera de las empresas. Es importante entender que lo que puede hacer el Banco Central es procurar, tal y como lo ha dicho el presidente ejecutivo de tal entidad, reducir la tasa de política monetaria pero que serán los bancos y muy especialmente los estatales los que con sus readecuaciones en plazo e intereses, lograrán crear un verdadero apoyo. Es importante plantearse si ha de haber un tratamiento diferenciado para las tasas de interés de consumo respecto de otras igualmente sensibles como vivienda, pero donde debe darse un especial énfasis en las líneas de crédito para producción o capital de trabajo para como decíamos evitar los despidos masivos, lo que se enlaza con o dicho sobre la necesidad de flexibilizar las jornadas y no cobrar el IVA. Todo está conectado y de nada sirve flexibilizar los créditos sin hacer lo otro.

Reduciendo la tasa de política monetaria y consecuentemente la presión sobre tasas de interés deberíamos mejorar las condiciones de los créditos, que en esta primera fase debería servir para que junto con los cambios en política normativa prudencial, las empresas y las personas podamos contar con plazos más largos para pagar y con reducción de los intereses. A nadie le sirven empresas quebradas e incobrables en los bancos que luego se traduzcan en que los ahorrantes e inversionistas pierdan sus ahorros. Pero lo que debemos entender es que por muchos meses seguro, porque nuestros mercados naturales, especialmente en Turismo y en consumo de bienes agrícolas como la piña el café o el banano, justo entran en lo peor de la crisis epidemiológica, estarán deprimidos y no habrán ingresos para pagar los créditos. Por eso urge actuar y por eso vemos con positivismo y buena actitud lo planteado por las autoridades el sábado.

Espero que la Asamblea Legislativa y la CCSS actúen con celeridad y que el Ejecutivo tome más decisiones que las anunciadas que si bien, positivas no serían suficientes ante el enorme problema que tenemos, no tocando a la puerta, sino ya sentado en la sala de la casa.

Y de nuestra parte, tener confianza en que las autoridades sabrán actuar para nuestro bien y acatar sus recomendaciones. Pero sobre todo, no dejarnos llevar por el miedo y trabajar juntos para que esta situación no afecte a muchos y que lo antes posible podamos comenzar a retomar las tareas pendientes.

Francisco Villalobos
ICS Consultores

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