Marta Esquivel narró traslado en perrera: asegura que le generó “trastorno emocional”
Así lo narró en recurso de habeas corpus que presentó ante Sala Constitucional
La presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, Marta Eugenia Esquivel, asegura que la detención que le hicieron debido al caso Barrenador y el traslado en perrera le provocaron un "agobio" y "trastorno emocional".
Así lo relató en el recurso de habeas corpus que presentó ante la Sala Constitucional y que los magistrados tramitan, dado que la jerarca -suspendida mientras es investigada- cuestiona el actuar de las autoridades judiciales, que ya han aclarado su proceder.
En el documento, del cual crhoy.com tiene copia, la jerarca explica que ese día se encontraba en la Zona Sur ese 23 de setiembre del 2024 y se enteró por medio de la prensa que estaban allanando su casa de habitación, así como la de varios compañeros y excompañeros de la Junta Directiva.
Según Esquivel, ella se intentó comunicar con el fiscal general de la República para que le informara dónde se tenía que presentar. Sin embargo, no obtuvo respuesta.
Cabe recordar que el jefe del Ministerio Público, Carlo Díaz, estaba fuera del país en un congreso internacional en ese momento.
De acuerdo con la jerarca, ante lo que se escuchaba en los medios de comunicación y en vista de que se estaba ordenando su detención, pensó en presentarse a la delegación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) más cercana.
Fue entonces cuando llegó al OIJ en Pérez Zeledón y mencionó de su deber de ponerse a la orden de un juez de la República. Según Esquivel, ella dijo que tenía los medios para trasladarse a San José y solicitó le indicaran dónde tenía que presentarse.
Tras varias comunicaciones vía telefónica y correo electrónico, los agentes judiciales le informaron que quedaría detenida para posteriormente ser trasladarla, dado que no era posible que ella se fuera por sus propios medios.
Luego, le confiscaron sus pertenencias, la reseñaron y la ingresaron a una celda, donde permaneció por un lapso de al menos una hora previo a ser movilizada.
La presidenta ejecutiva señaló en el recurso que para ese momento no había desayunado y ella es prediabética, y gracias a una defensora pública que visitó las celdas, le entregaron alimentos. Para Esquivel, este procedimiento fue arbitrario y desproporcional.
"Al momento de ser trasladada en una "perrera", se me hizo entrega de una bolsa plástica, pues me informaron que era un hecho que sentiría náuseas en ese vehículo. El vehículo iba bajo una lluvia copiosa a gran velocidad. Por momentos, ponían una sirena que suena muy fuerte y venía golpeándome en las paredes del carro", parafrasea parte de la narración.
Adicionalmente, Marta Esquivel señaló que no había forma de comunicarse ni con el chofer ni con el custodio para utilizar el servicio sanitario.
La jerarca insistió en refutar que interpusieran una orden de captura en su contra, en lugar de citarla. La presidenta ejecutiva separada insistió en que para ella, no era necesaria la detención, sino que con una orden de presentación bastaba.
"Bajo ese contexto, la imagen del indiciado, su prestigio, su buen nombre queda social e imperecederamente mancillado públicamente", aseguró Esquivel ante la Sala Constitucional.
"Por otra parte, el agobio, el trastorno emocional, los ratos en celdas oscuras y en hacinamiento que se vive, golpea el ánimo, la salud mental y emocional, así como la de toda mi familia", argumentó la funcionaria inhabilitada.
Noche en celdas
La jerarca fue llevada a las celdas del II Circuito Judicial de San José, donde permaneció por más de tres horas. La llevaron a la Fiscalía, donde después de leer más de 50 hechos y declarar por varias horas, llevaron otro expediente para indagarla, sobre un presunto delito de peculado, por hechos ocurridos de enero del año en curso.
Según Esquivel, esa indagatoria no era urgente y "su finalidad era seguir con la estrategia de intimidación", también calificó el proceso como "grosero, excesivo y desproporcionado".
Ante la Sala Constitucional, el recurso de habeas corpus también alega que a pesar de que el Ministerio Público no iba a solicitar prisión preventiva, a ella y los demás imputados los hicieron pasar toda la noche en las celdas del OIJ.
La directiva de la CCSS también alegó que los fiscales tenían un "ensañamiento contra ella" y en lugar de hacer un resumen de los hechos, volvieron a leer nuevamente los más de 50 hechos "con la única finalidad de dejarlos una noche más en celdas".
De acuerdo con lo que expuso Esquivel, lo que el Ministerio Público pretendía era "golpear su ánimo como funcionaria pública de alto nivel del Poder Ejecutivo y propiciar una renuncia que desataría un escándalo público".
Además, su teléfono móvil fue decomisado y no pudo enterarse de nada más. La presidenta de la CCSS adujo que no tenían que haberla perseguido de la forma que lo hicieron, dado que "no tenía el mínimo interés de evadir el proceso que se había instaurado en su contra".
Tras los allanamientos, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) aclaró que el traslado de Marta Esquivel en una patrulla de la Unidad de Cárceles conocida como “perrera”, estuvo completamente apegado a los protocolos de la institución para el manejo de personas detenidas, independientemente de quién se tratara.
En resumen, cuando se ejecutaron todos los operativos y detenciones por el caso Barrenador, la presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no estaba en el apartamento donde vive y donde la policía judicial esperaba detenerla.
En su lugar, Esquivel se entregó en los Tribunales de Pérez Zeledón donde quedó detenida. Como ella llegó por sus propios medios a la sede judicial, quedó inmediatamente bajo custodia de la Unidad de Cárceles y no de los agentes investigadores a cargo de los allanamientos.
Por ende, en cuanto la jerarca o cualquier otra persona que pasa a celdas del OIJ, los oficiales de esa Unidad deben apegarse al procedimiento habitual y utilizar las patrullas tipo “perrera”; y no pueden movilizar a los detenidos en el asiento trasero de un vehículo sedán o 4×4, como pasó con el resto de directivos.