Machismo impidió a diputadas llegar a la presidencia del Congreso, afirman políticas

La actual Asamblea Legislativa no contará con una sola mujer como presidenta, contrario a lo acontecido en el Congreso 2018-2022, que por primera vez en la historia tuvo dos jerarcas. Algunas figuras políticas costarricenses atribuyen esta situación a la presencia del machismo.

Carolina Hidalgo, exdiputada del partido Acción Ciudadana y presidenta legislativa en el periodo 2018-2019, lamentó que la actual Asamblea no eligiera una sola mujer como presidenta. Para la exparlamentaria la situación es un reflejo de las conductas “patriarcales”  que aún persisten.

Asimismo, dijo que cuando las mujeres tienen poder y criterio “incomodan”, lo que lleva a que las agrupaciones no impulsen a las diputadas a la presidencia legislativa.

“Quisiera rescatar que sí se dieron liderazgos, porque me parece que el liderazgo que hizo Katia Cambronero (diputada independiente), Vanessa Castro (del PUSC), que termina incluso nombrada en la vicepresidencia, es una muestra de que hay mujeres con una buena capacidad de gestión política. Sin embargo, siguen presentes las conductas más machistas y patriarcales de algunas fracciones de no querer impulsar a estas mujeres”, reconoció.

Hidalgo agregó que la narrativa del presidente Rodrigo Chaves contra las mujeres se ha visto reflejada en el Congreso, donde  a su criterio, “se pretende censurar o anular” a las diputadas que intentan tener liderazgo.

“Veo total conexión en la actitud del presidente de la República respecto a esta narrativa de ataque constante a las mujeres y a las mujeres en la participación política, tiene un eco al fin y al cabo en varias de las bancadas”, aseveró.

Este 1° de mayo, las diputadas Vanessa Castro y Melina Ajoy, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), junto con Rosalía Brown, de Nueva República (PNR), se postularon para la presidencia del Directorio Legislativo; sin embargo, ninguna logró obtener los votos necesarios. Posteriormente, Castro se presentó como candidata a la vicepresidencia, cargo en el que sí fue electa.

Costa Rica ha contado únicamente con cuatro mujeres que han ocupado la presidencia del Congreso a lo largo de su historia. La primera fue Rosemary Karpinsky, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien asumió el cargo en el periodo 1986-1987. Le siguió Rina Contreras, del PUSC, ella presidió el Legislativo del año 2000 al 2001.

Más de una década después, Carolina Hidalgo, fue electa para el periodo 2018-2019. Finalmente, Silvia Hernández Sánchez, del PLN, ocupó el cargo durante el periodo 2021-2022, siendo la más reciente mujer en alcanzar la presidencia del Directorio Legislativo. Desde entonces, ninguna diputada ha logrado repetir ese hito, pese a las candidaturas femeninas que se han presentado en los últimos años.

Diputadas lamentan situación

 Johana Obando, diputada independiente, aseguró que en Cuesta de Moras persiste el machismo, al respecto explicó que no sólo no se logró una presidenta, sino que  para designar a Vanessa Castro en la vicepresidencia legislativa se requirió de muchas negociaciones.

“Como sociedad todavía hay estructuras machistas que tenemos que derribar, y eso lo vemos, lastimosamente reflejado en la misma Asamblea Legislativa en donde a pesar de qué hubo el nombre de mujeres para candidatas a presidencia, no se pudo llegar a acuerdos ni consenso necesarios para obtener los votos indispensables para alcanzar esa presidencia, por lo cual quedó un espacio en la vicepresidencia que también requirió muchísimo esfuerzo de diálogo y muchísimo búsqueda de consensos”, aseguró Obando.

Cinthya Córdoba, diputada independiente, afirmó que pese a haber mujeres capacitadas, la falta de apoyo político y votos nuevamente impidió que una mujer asumiera la presidencia del Congreso.

“Habemos mujeres muy capaces en la Asamblea que podríamos haber asumido ese rol, pero ya las condiciones, los votos no dieron. No todas están con una visión de rostro femenino”, afirmó.

Sobre las leyes que promueven la participación política de las mujeres, la legisladora fue enfática en que las cuotas de género, por sí solas, no garantizan espacios reales de liderazgo, pues aún, persiste una “brecha enorme” en cuanto a empoderamiento femenino dentro del poder legislativo.

 “Los hombres normalmente han tomado el control. Hemos abogado por una mujer presidenta. Por eso evitamos que el vicepresidente fuera un hombre y buscamos que fuera una mujer, porque si no hacíamos ese esfuerzo, no íbamos a tener un rostro femenino en el Directorio”, explicó.

Kattia Cambronero, parlamentaria independiente, afirmó que no se logró un acuerdo en las diputadas para buscar la presidencia. En su caso indicó que la situación ocurrió porque las diferentes fracciones, sobre todo las más grandes, no tenían este objetivo.