Logo

Los datos son solo datos: La Inteligencia artificial

Por Francisco Villalobos | 7 de Abr. 2025 | 10:25 am

Sin duda alguna, la inteligencia artificial (IA) ha cambiado nuestras vidas y las cambiará aún con mayor profundidad que otros cambios tecnológicos como la electricidad o la telefonía móvil. Pero esta con que nos toca lidiar, lo hará más agresivamente y más rápido.

La OCDE ha reportado en un estudio reciente https://www.oecd.org/en/publications/a-sectoral-taxonomy-of-ai-intensity_1f6377b5-en.html la intensidad con la que la inteligencia artificial es adoptada por diversos sectores económicos definiendo cuatro indicadores clave:

1. Talento en IA: representado por la proporción de vacantes laborales en línea relacionadas con IA, reflejando la demanda de trabajadores con habilidades en IA.
2. Innovación en IA: medida por la proporción de patentes relacionadas con IA, que proxy la creación de nuevas tecnologías y herramientas de IA.
3. Exposición a IA: una medida novedosa de cómo las tareas en varios sectores pueden verse potencialmente afectadas por la IA, teniendo en cuenta barreras como costos o regulaciones.
4. Adopción de IA: la proporción real de empresas que utilizan IA en sus operaciones.

El estudio refleja que no todos los sectores están integrando la IA de manera uniforme, pero hay sectores que están activamente integrándola en las 4 dimensiones dichas: tecnologías de la información ( IT) media y telecomunicaciones. Seguidos estos sectores por servicios contables y legales y luego por servicios financieros.

Será cuestión de tiempo antes de que la inteligencia artificial influya en todas las actividades económicas, seguramente en unas menos que en otras, pero definitivamente en todas, cuestión que nos obliga a integrarla en nuestras proyecciones no solo en las empresas sino y especialmente en los gobiernos. El impacto que la IA puede tener en mejora de procesos, en reducción de trámites y en la aceleración de procesos innovadores es muy relevante. Igualmente puede generar pérdida de empleos e importantes amenazas a la seguridad de la información y a la privacidad, entre otras cosas. Como todo en la vida, representa oportunidades y riesgos.

Por ejemplo, la IA parece en principio permitirnos prescindir del consejo de profesionales sin embargo la cantidad de datos que puede procesar la IA es de tal magnitud que requerimos de alguien que sepa hacer las preguntas correctas e integrar las respuestas a nuestra situación particular. Así y como escribía el autor Sebastian Hale “no se trata de derribar todo lo que sabemos, sino de proporcionarnos las herramientas adecuadas para manejar la ola de datos y complejidad que se nos avecina. Una herramienta increíblemente poderosa, sí, pero aún subordinada a nuestro juicio humano y ético.”

Los humanos, aportamos visión estratégica, la empatía por los dilemas de las personas y comprensión del contexto humano detrás de cada decisión que adoptamos. Sin eso, los datos son solo datos.

Dicho lo anterior, y a pocas semanas de la entrada de Tribucr, nuevo sistema de gestión integral en materia tributaria y aduanera del Ministerio de Hacienda, sería esperable que ciertos sistemas incorporen inteligencia artificial: bots para contestar preguntas frecuentes de los contribuyentes, búsquedas con resúmenes de los oficios de consultas, respuesta rápida a solicitudes de devoluciones o métricas de riesgo que podrían generarse mediante IA.

otras columnas