“La Zona de Interés”: Un poderoso manifiesto contra la banalidad del mal
El viejo campo de exterminio y trabajos forzados de Auschwitz es uno de los lugares más siniestros del mundo. Hoy es tan solo un museo del genocidio y del horror, un testimonio silente de la bestialidad nazi y del indescriptible sufrimiento de los judíos.
Su continuada existencia es un recordatorio permanente a la humanidad de que la barbarie del Holocausto jamás deberá repetirse.
Y, sin embargo, en medio de la muerte, las torturas, el brutal maltrato y la degradación de miles de personas, los verdugos construían vidas normales al otro lado del muro del infierno. Vos sabés: tener una linda casa con un bello jardín, criar niños, domingos de familia y amigos con comida, juegos y tragos, conversaciones divertidas. Ah, qué lindo.
Ha sido tradicional en el cine revivir el horror de Auschwitz de una manera gráfica, mostrando directamente el sufrimiento de los prisioneros judíos, como lo hace "La Lista de Schindler" de Steven Spielberg.
La película "La Zona de Interés", del director británico Jonathan Glazer, toma una dirección diferente y nos expone a la mirada de los verdugos mismos hacia la barbarie de la "solución final" hitleriana (exterminio de los judíos). La historia se enfoca en la vida normal del comandante del campo Rudolph Höss, su esposa Hedwig y sus cinco hijos.
La familia Höss construye su casa ideal al lado de uno de los muros del campo, a donde llegan los gritos de dolor y miedo de los prisioneros, los de sus guardianes, sonidos de disparos.
En una escena, Hedwig no tiene ningún empacho en medirse y apropiarse de un bonito abrigo de pieles que pertenecía a una interna, o bien de repartir prendas arrebatadas a las presas entre sus empleadas domésticas.
Rudolp Höss es interpretado por el reconocido actor alemán Christian Friedel , y Hedwig es interpretada por la gran actriz alemana Sandra Hüller, una de las más respectadas actrices europeas de la actualidad, nominada a Mejor Actriz Principal por su papel en "Anatomía de una Caída".
En mi opinión, la película evoca la idea de la banalidad del mal de la filósofa Hannah Arendt, que criticó los argumentos de los criminales de guerra nazis de que seguían órdenes de estado en la comisión de sus hechos abominables como una trivialización del mal.
Rudolph Höss fue apodado "el animal de Auschwitz" y es considerado uno de los artífices del Holocausto. Fue pionero en la idea de construir cámaras de gases en las que con el gas Zyklon-B se podía matar a dos mil personas a la vez. Se le responsabiliza de la muerte de tres millones de seres humanos.
Durante su juicio en Nüremberg, el mismísimo Höss corrigió al juez, diciendo que los muertos eran solo dos millones y medio, que el resto había muerto de hambre y enfermedades, y que él nunca "había matado ni azotado a nadie".
La "Zona de Interés" ganó dos premios Óscar: al mejor sonido y a la mejor película extranjera. Recibió el Gran Premio del Jurado de Cannes y el premio a la mejor película británica en los BAFTA. Su director es el británico Jonathan Glazer; él mismo escribió el guión. Es una producción británico-polaca.
Fue exhibida en las salas de cine del GAM hasta hace unas semanas y está disponible en streaming en Prime Video.
Por si te interesara ver otra película original sobre el Holocausto, te recomiendo el filme "Europa, Europa" de la realizadora polaca Agnieszka Holland, de 1990.
El autor es exeditor del diario La Prensa de Nicaragua y un empedernido cinéfilo.