La pesadilla de la primera familia tica con COVID-19: en memoria del Dr. Albernas
Familia rompe el silencio y relata momentos de angustia y de dolor tras ser diagnosticados con el virus
(CRHoy.com) Era marzo del 2020 y el manejo de la pandemia en Costa Rica le daba la vuelta al planeta. La BBC hablaba de la "fórmula efectiva tica" contra el nuevo coronavirus, mientras que El Mundo de España titulaba: "Costa Rica, un oasis en la pandemia".
Pero, para la familia Albernas Jaramillo no había tal oasis, todo era un infierno. El virus primero los aisló. Y así inició el peor momento de sus vidas.
A un año de la pandemia por COVID-19, dos miembros de esta familia decidieron narrar la pesadilla que vivieron, contar su verdad y desmentir mensajes y publicaciones erróneas que giraron alrededor del dardo más doloroso e irreparable que les dejó el virus: la muerte del destacado jefe de ginecología del Hospital San Rafael de Alajuela, el doctor Reinaldo Albernas Jaramillo.
Sus familiares lo llaman Tío Rei, y lo describen como una persona entregada al máximo por sus seres queridos. Él no lo dudó y fue a recoger a su tía Matilde a Panamá. Ella es una adulta mayor, residente permanente en Costa Rica, que estaba de viaje en Cuba y sufrió un infarto. Y el doctor Albernas decidió ir por ella. Llegó a Panamá, fue al baño y de inmediato agarró otro avión de vuelta a Costa Rica.
La mujer no tenía ni un solo síntoma de gripe. No había rastro del virus y su malestar respondía a un infarto. Así lo concluyeron los exámenes realizados en el hospital San Rafael de Alajuela, centro médico donde atendían a doña Matilde, quien como ciudadana residente tenía su seguro social al día.
"Mi tío venía muy bien. Él ni siquiera venía engripado. Tampoco se sentía mal. Nada. No tenía ningún síntoma, absolutamente nada", explicó Leysa Jaramillo, sobrina del doctor.
Albernas regresó a trabajar. Pasaron 3 días y no hubo ningún síntoma. Fue hasta el día 6 de marzo cuando sintió que se quedaba sin aire.
Ese día, las autoridades de Salud daban la noticia del primer caso importado de COVID-19 en el país. Una pareja estadounidense que visitó Alajuela y Puntarenas y que dio positivo. Los turistas fueron aislados en un hotel capitalino.
Mientras tanto, el doctor Albernas se hacía exámenes médicos y todos daban negativo. Pero, ese 6 de marzo, él no estaba en servicio y fue al hospital para poder incapacitarse. Solo le faltaba el aire y se fue a su casa. Posteriormente, le informó a su familia que había dado positivo con COVID-19. Ese fue el último día que hablaron con él directamente.
Pesadilla: amenazas y el juzgamiento
El 7 de marzo el Dr. Albernas ya estaba internado en el hospital. Fue aislado y sus familiares no pudieron verlo. Casi de inmediato, a cada miembro de la familia le llegó una orden sanitaria.
Y así surgieron mensajes de texto y de voz que empezaron a crucificar al médico en las redes sociales. Inclusive, profesionales de la salud le desearon la muerte y ante las noticias y el bombardeo de información errónea, el ginecólogo pidió ser sedado.
“Él solicitó, con sus conocimientos médicos, obviamente, que lo durmieran para los procesos subsiguientes, porque era un bombardeo de noticias juzgándolo, era un bombardeo de comentarios, era un bombardeo de gente opinando horrores de él, tanto así que él como persona no pudo soportar”, comentó la sobrina del galeno.
Y la familia de Albernas Jaramillo también pasaba momentos “horribles”. Nadie sabía cómo actuar. No había manuales ni lineamientos. ¿Quién les iba a llevar alimentos? ¿Cómo hacer si toda la familia está en cuarentena?
Era una situación realmente desesperante. A esta familia el distanciamiento social no le duró 2 semanas: fueron 46 eternos días. A una de las sobrinas del doctor, de apenas 11 años, le hicieron 22 pruebas COVID.
“Ya no teníamos nariz. Practicaban con nosotros hasta que dieran 2 resultados negativos seguidos. A mí y a mi esposa nos hicieron como 18 o 20 pruebas”, recuerda José Miguel Jaramillo, hermano del médico.
Él y su esposa son educadores del Ministerio de Educación Pública y cuando alertaron que eran sospechosos de COVID sufrieron críticas y cuestionamientos. Hasta una foto de ellos empezó a circular en internet, y eran juzgados por algo que no eligieron padecer.
Luchando por su vida, el doctor Albernas Jaramillo era tratado de irresponsable por ir trabajar, aunque no tenía síntomas. También se le criticaba por traer a su tía enferma al país, sin que nadie supiera que ella era asegurada en Alajuela y su seguro estaba al día con el respaldo familiar. Él no fue irresponsable, y en cuanto tuvo un síntoma acudió a realizarse pruebas.
Inclusive, a raíz de este caso, la familia de Albernas Jaramillo aceptó que se les investigara en Cuba, pero allá no se detectó ningún rastro del virus relacionado con la familia.
Otro doloroso golpe fue cuando las máximas autoridades de Salud usaron términos que se propagaron en la prensa, pero se convirtieron en calificativos odiados por esta familia: el "super contagiador" y el "paciente cero".
“No se puede afirmar eso, no hay bases científicas, no hay examen alguno que te diga a ciencia cierta que vos te contagiaste el día 5 y que contagiaste a 80 personas… Hubo personas que incluso no tuvieron contacto directo con él y aún así se le achacó de contaminarlas y no era cierto”, señaló Leysa.
La familia de Albernas trataba de sobrevivir en un túnel que parecía no tener fin. Nadie decide enfermarse y los momentos incómodos aumentaron.
Al celular de la sobrina de Albernas empezaron a llegar llamadas anónimas que anunciaban falsamente la muerte de su tío, a quien ella también veía como un papá.
“Las llamadas eran reales y eran a toda hora. Tanto que entramos en ese estado de desesperación que uno no duerme, no come nada. Pero, en la familia estuvimos muy unidos por teléfono, siempre apoyándonos”, comentó Leysa.
Y en medio de esa zozobra, vivieron algo que nunca imaginaron: la Cruz Roja les negó el traslado de una sobrina de Albernas, porque podían contaminar la unidad.
“Nosotros tenemos el audio y las pruebas. Nos dijeron que no por ser un posible caso de contagio de COVID y que estábamos aislados… que no era posible… ¡Eran tantas contradicciones, tanto para procesar en ese momento que ya no había mente! Ya todo era posible”, agregó José Miguel Jaramillo.
En el Hospital México, destacados médicos trataban de salvar al Dr. Reinaldo. Su familia vive agradecida con ellos y sabe que hicieron todo lo humanamente posible por el hombre de 54 años de edad.
“Sé que se probaron miles de métodos médicos. Sé que utilizaron todo cuanto tenían, aparte del poco conocimiento que había a nivel mundial. Ellos utilizaron todos los métodos, todo el conocimiento, todos los instrumentos, todo lo que estaba a su mano”, apuntó su sobrina.
Sin embargo, la familia tuvo un nuevo sinsabor. Un total de 35 empleados de la CCSS husmearon en el expediente médico de Reinaldo Albernas Jaramillo. Personal de todo el país leyó el expediente privado y las excusas eran sorprendentes.
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La familia se indignó. Ellos casi no tenían conocimiento de lo que pasaba con Tío Rei, pero personal de salud violaba todos los lineamientos y vulneraban la información personal de un hombre que estaba batallando con la muerte.
Y el enojo de la familia aumentó cuando vieron que los funcionarios debían explicar la consulta al Edus y en uno de los casos se escribió "JJJJ" o "aaaaa".
“Nos causó indignación, nos causó frustración. Nos sentimos mal”, recuerda Jaramillo quien asegura que muchas veces tuvo diferencias con el Dr. Rodrigo Marín por todo lo que la familia estaba pasando.
El día más triste
Tras 45 días de lucha, la vida del ginecólogo Reinaldo Albernas Jaramillo se apagó el 20 de abril del 2020. Su familia explica que él se fue muy tranquilo y apenas pudieron despedirse.
Albernas ya había superado la COVID-19, pero no lo logró contra las secuelas y la aparición de una bacteria. En las estadísticas nacionales, él se convirtió en el sexto fallecido por el virus. Un año después, Costa Rica registra casi 2800 víctimas ligadas a la pandemia.
Leysa Jaramillo le guarda un especial agradecimiento a un enfermero que le contó que había estado en contacto directo con el Dr. Reinaldo y el médico le dijo al enfermero que todo iba a estar bien. Ese mensaje fue un bálsamo de paz.
Por su parte, su hermano le guarda un profundo agradecimiento a una trabajadora social del Hospital de Alajuela, que les dio el acompañamiento que requerían durante la pesadilla que vivieron.
Tras el fallecimiento del Dr. Albernas la Caja emitió un comunicado en el que destacó su labor profesional, su papel como persona y ya no se le llamó con los calificativos anteriormente señalados.
“No hay paciente cero, no hay paciente uno, no hay pacientes “y”, porque la persona que fallece en su familia le va a doler tanto como si fuera el primero o como si fuera el último que se declaró con COVID”.
“La persona no es un número. Yo no te puedo llamar “Persona 2 millones 222 mil que nació en la Tierra”, vos sos un ser humano, tenés familia, gente detrás. Es una falta de respeto enorme”, agregó Leysa.
Tras la muerte del médico, esta familia pidió explicaciones en el Hospital de Alajuela por la violación del expediente médico y pidieron explicaciones del por qué culparon al médico, si no se tenía una certeza científica de los contagios. Sin embargo, no hubo respuestas, tampoco sanciones.
“No queremos saber dónde empezó. No queremos saber quién lo empezó. No nos interesa. Queríamos saber por qué lo culpan a él. Por qué dicen que fue él. Queríamos saber qué iba a pasar con las personas que revisaron el Edus, pero hasta la fecha no sabemos nada”, explicó.
El médico entregado que eligió ser costarricense
Reinaldo Albernas Jaramillo nació en Cuba y desde niño siempre soñó con ser médico. Él es recordado por tener un carisma especial, amar la vida y disfrutar de viajar.
Salió de su país natal en busca de un sueño de libertad y se enamoró de Costa Rica. En su familia todos recuerdan aquel día que logró la incorporación al Colegio de Médicos: vestía un traje enorme que no le quedaba, pero no importaba, aquel acto los llenó de alegría.
Albernas llegó al país sin nada y fue construyendo poco a poco su vida. Empezó trabajando en un asilo de ancianos, luego en el Ministerio de Justicia y posteriormente para la CCSS.
Eso sí, siempre tuvo a su familia presente y le tendió la mano para que llegaran a Costa Rica. Todos eligieron ser ticos y obtuvieron la nacionalidad costarricense.
“Amaba vivir por sobre todas las cosas. Disfrutó la vida y la vivió a su manera. Y le encantaba el baile, le encantaba la fiesta, le encantaba estar feliz, le encantaba las reuniones familiares”, evocó su sobrina.
En la familia Albernas Jaramillo por lo menos se veían 3 domingos al mes. Todos compartían y los más pequeños disfrutaban de la alegría del Tío Rei.
“Luego de que él fallece, me contactaron muchas personas que agradecían al doctor. Decían que les había ayudado, que el bebé y la persona estaban vivas por él… Muchos testimonios de cosas buenas”, comentó Leysa.
Por su parte, a José Miguel se le quiebra la voz con solo pensar que le debe todo al doctor Reinaldo. Siempre estuvo ahí en su crecimiento como persona, como profesional y hasta 3 de sus hijos vinieron al mundo de sus manos.
Hoy no le guarda rencor a nadie. Su familia decidió perdonar a todos y quedarse con los felices momentos que vivieron.
“Era un amante de la vida. Cualquier cosa lo hacía sonreír. Le gustaban un montón las antigüedades. Tiene una casa llena de antigüedades y tuvo la oportunidad de viajar como pocos. Yo fui con él como tres ocasiones y fue una experiencia súper divertida”, aseguró.
Reinaldo es recordado como una persona extraordinaria, un profesional entregado y un soñador que se enamoró de Costa Rica.
Su familia ahora está más unida que nunca y tras vivir un episodio tan duro disfrutan cada segundo de la vida, pero querían cerrar un ciclo, aclarar algunos aspectos y rendirle un tributo al Dr. Albernas.