La historia de la mujer que inspiró a la científica tica Sandra Cauffman
Mujer destacó la disciplina de su hija como una clave para alcanzar las metas
(CRHoy.com) Era 1969 y un pequeño televisor a blanco y negro transmitía la llegada del Apolo 11 a la luna. La inolvidable misión impactó a una niña de 7 años llamada Sandra, quien de inmediato dijo que quería ir a la Luna.
Desde el inicio su mamá la apoyó. Nunca mató su sueño. Le dijo que tenía que estudiar, esforzarse y estar preparada para cuando llegaran las oportunidades. "Usted nunca sabe las vueltas que da el mundo", le comentó.
En ese momento, esa mujer ignoró que enfrentaba adversidades económicas, situaciones de violencia intrafamiliar y otras condiciones que pudieron haber frenado a aquella niña de 7 años.
Y ella lo logró. Hoy Sandra Cauffman cumplirá 32 años de trabajar para la NASA y de ser un ejemplo para la población costarricense.
En sus exposiciones, la destacada ingeniera costarricense siempre habla de la admiración que le guarda a su madre, María Jerónima "Mary Alba" Rojas Montero.
Ella fue una pieza fundamental en la vida de Cauffman para llegar a tener una exitosa carrera y doña "Mary" también guarda una historia de superación que impacta.
Las enseñanzas de la mamá de Sandra Cauffman
En medio de un desayuno en el que la Dra. Cauffman motivaba a futuras estudiantes de la Universidad Fidélitas, su mamá la acompañó y ella también le dio a las jóvenes una serie de frases cargadas de sabiduría.

La mujer de 83 años en un momento recordó la frase que "cuando se quiere, se puede" y contó cómo había crecido huérfana porque sus papás murieron cuando era una niña.
También explicó que impulsaba a su hija a estudiar mucho, porque ella no había podido completar el bachillerato.
"Yo la ayudé todo el tiempo, porque la educación mía no era muy avanzada, como yo me crié sola, perdí a mi mamá y a mi papá cuando era una niña, yo aprendí mucho de la vida y éramos 10 hermanos".
"Yo estuve en una casa y luego en otra casa, así recorrí todo el país. Estuve en un montón de escuelas: de los 7 años a los 11 años estuve en 9 escuelas diferentes. Yo hago chiste de eso. Yo creo que nadie ha llegado a estar en tantas escuelas y a estudiar lo que yo estudié" comentó doña María.
Posteriormente, en una entrevista con CRHoy.com la mujer explicó que enfrentó situaciones complicadas, pero que siempre se apoyó en Dios, un legado de sus padres, y dijo que esa fue la clave para seguir adelante.
"Siempre he creído que mi mamá está cerca de Dios. Ella era una gran persona, unía a todos los niños a rezar el rosario todas las noches y me enseñó el gran amor para nuestro Señor. Eso lo obtuve yo y esa fue la mejor cosa que yo recibí de mis padres. La fe en Dios, yo siempre tuve eso y eso fue lo que me ha ayudado", comentó.
Inclusive, detalló que cuando sus hijos nacieron, ella habló con Dios y le pidió ayuda para sacarlos adelante y ella se comprometía a sacrificar todo por ellos.
Pero no fue fácil. Esta familia de Hatillo pasó por momentos difíciles y de necesidad. Doña María tenía que tener varios trabajos. Dormía pocas horas y volvía a trabajar. Nunca se dio por vencida para sacar adelante a sus hijos. Fue así como Sandra Cauffman también le empezó a ayudar a su madre, limpiando, cocinando y cuidando a su hermano.
Sandra llegó a trabajar en una tienda para apoyar a su madre todavía siendo una adolescente y estudiaba en el Colegio Luis Dobles Segreda.
"Rodaron" por muchas casas y apartamentos, hasta que un día llegaron a vivir a una oficina en el centro de San José. Lavaban los platos en un lavatorio y prácticamente lo habían perdido todo por un bloqueo renal que enfrentó doña María y que la obligó a estar varios meses hospitalizada.
Todo esto fue formando el carácter de su hija Sandra, a quien describe con una disciplina natural, muy centrada, dedicada al estudio y a la familia.
"Si ella no fuese una persona disciplinada, ya natural y con las ambiciones con las que ella nació, yo no hubiese podido hacerlo. Ella siempre estuvo estudiando, estudiando y tomando mis consejos", manifestó.
"Yo siempre le inculqué a mis hijos que entre más conocimiento se tenga, más humilde se debe ser. La sabiduría está en la humildad", comentó la mujer.
La vida de esta familia cambio, cuando Charles Alba se convirtió en el padre que nunca tuvieron. Nunca olvidarán cuando para una navidad los llevó a pasear y llegaron hasta el final de Santa Catalina en Rohrmoser. Era el mejor regalo de Navidad: una casa amueblada.
El día que Sandra lloró
Doña María recordó que un día Sandra llegó llorando. Cuando ingresó a la UCR no la dejaron estudiar ingeniería eléctrica: le dijeron que no podía porque era mujer y la enviaron a estudiar ingeniería industrial porque ahí si había mujeres.
"Ella llegó llorando y le dije que no hay mal, que por bien no venga, lo que está haciendo hoy día puede que tenga grandes resultados en el futuro. No se aflija. Le dije, siga estudiando, no se canse, siga y ella siempre seguía", recordó.
Años después, Sandra y su familia decidieron hacer un sacrificio y viajar a los Estados Unidos. Ella tuvo que trabajar en una ferretería, estudiar en la universidad de George Mason y recorrer un camino que la llevaría hasta la NASA.
Hoy Sandra y doña María viven juntas en Estados Unidos y este fin de semana están en el país para disfrutar del Festival de Luz en donde Cauffman será mariscal de la edición 2022.