Logo
Reportaje Especial

La historia de Carlos Fonseca, un milagro viviente

Siendo un bebé fue diagnosticado con una atrofia en la medula espinal.

Por Johel Solano | 3 de Sep. 2016 | 8:47 am
Carlos Fonseca junto a su mamá.

Carlos Fonseca junto a su mamá.

"Todo comenzó cuando tenía 9 meses de edad. Yo nací como una persona "normal" hasta que mi mamá se dio cuenta de que no movía mis extremidades como los otros bebés. Fue ahí cuando los doctores encontraron que me había dado una atrofia en la médula espinal.

Esta enfermedad afecta el área motora y quienes lo sufren viven máximo año y medio...  Sí, ese fue el diagnóstico que nos dieron. Ya hoy tengo 21 años y aquí estoy, vivo.

Mi nombre es Carlos Fonseca Orellana y para mí esto es como vivir en un traje. Es un disfraz, porque parece que estoy enfermo, pero es la forma en como Dios manifiesta su poder en mi vida. No tomo pastillas, no siento dolores, simplemente estoy en una silla.

Desde que soy pequeño me han dicho que voy a necesitar sondas para comer. Que voy a necesitar un tanque de oxígeno para respirar o que no me voy a poder mover, pero nada de eso ha pasado. De hecho, mi vida ha sido muy interesante. He tenido que aprender a hacer lo que otros hacen de una manera diferente.

Actualmente soy estudiante de Administración de Empresas en la Universidad Nacional. Llevo siete cursos y viajo en un taxi tres veces por semana –acompañado por mi mamá- desde Santo Domingo hasta Heredia. Espero poder concluir la carrera en 18 meses. Por el momento he tenido que cambiar mis pensamientos, acciones y mi perspectiva.

Gracias a Dios he aprendido a ser un poco más abierto, soy de las personas que ven lo bueno en todo lado y he entendido que lo más importante es ayudar porque todos somos iguales, pero a la vez diferentes. Todos tenemos ciertas habilidades, pero también debilidades.

[leer-mas url="http://www.crhoy.com/ahora-que-estoy-ciego-hago-mas-que-antes/nacionales/" caption=""Ahora que estoy ciego, hago más que antes""][/leer-mas]

He aprendido a disfrutar cada momento de la vida, a pesar de muchas circunstancias. He podido estudiar desde el kínder, escuela, colegio, ahora universidad y espero en un futuro poder trabajar. No se sabe, lo importante es aprender a  vivir y no a sobrevivir. La vida se trata de administrarla de buena manera guiado por los valores de amor, justicia y la verdad.

Hoy puedo decir que Dios nunca me ha dejado y en el camino han aparecido un montón de personas que me han extendido la mano. Yo estoy sumamente agradecido con mi papá Gerardo y mi mamá Reina, al igual que mi hermana Mariel porque han sido un apoyo incondicional. Ellos han dado más de lo que pueden, todo con tal de ayudarme.

Soy testigo de que la vida misma es un regalo, entonces si nos dieron la vida, nos van a dar las herramientas para vivirla. En la universidad me ha ido muy bien, he encontrado gente buena y muchas veces soy yo el que me acerco a las personas para crear una amistad y hablarles. Para eso está uno acá, para ser sal y luz en esta tierra, para ayudar a otros y no solo esperar que lo ayuden.  

He entendido que hay que dar para poder recibir. Una vez necesité ayuda y hoy sé que otros también tienen esa necesidad. Entonces estoy dispuesto ayudar, quiero llevar esperanza y dar un mensaje de aliento a los que lo requieran.

Yo hoy quiero llegar a trabajar a nivel profesional en un lugar donde la ayuda social sea la prioridad, pero todo tiene su tiempo. Ahora los médicos se sorprenden y me dicen que no vuelva a las citas de control porque estoy bien aunque mi cuerpo no tengo lo mismo que cualquier persona.

Sin embargo, he entendido que esta vida se trata de ayudarnos unos a otros y que todo sucede por pura gracia. Gracia que me permite disfrutar la vida, que me permite vivir y no sobrevivir.

Comentarios
9 comentarios
OPINIÓNPRO