La ciberdelincuencia ya no es un reto, es una guerra declarada y requiere compromiso
Las economías globales han empezado a ver como una real amenaza la ciberdelincuencia debido a los constantes y drásticos cambios digitales que enfrentan gobiernos y empresas. Por supuesto que Costa Rica no es la excepción.
Esos cambios han provocado millones de ataques con resultados, en muchas ocasiones, desastrosos, puesto que se comprometen estabilidades políticas e industriales que acechan los respectivos entornos.
Es por eso que la ciberdelincuencia es un tema que pasó, de ser un desafío de abordaje a ser una lucha con carácter de obligación y que amerita seriedad, compromiso y responsabilidad.
Bajo los contextos de constante inestabilidad política y económica en la región, Costa Rica ha sido un país visto como "oasis" en cuanto a desarrollo estatal, con altos índices de turismo y proyección financiera, sin embargo, estamos siendo intimidados por los ciberdelincuentes y sus métodos de operar, en la mayoría de las ocasiones, desapercibidos.
Durante el más reciente evento de CyberSec Summit se reveló que un 32% de los ataques totales que se realizan en el país se dirigen al gobierno costarricense, un dato que debe generar preocupación pues en Costa Rica mensualmente recibimos en promedio más de doscientos millones de intentos ciberataques.
Por lo anterior, desde mi mi rol como Chief Technology Officer de Four Consulting, (empresa sector tecnológico en donde uno de sus ejes es la ciberseguridad) me hace preguntarme: ¿qué pasaría si bajamos los brazos y se materializan cifras mayores?
Es necesario que no esperemos que estas cifras aumenten o a que se normalicen las informaciones acerca de eventos constantes para abordar esta lucha y necesaria colaboración estrecha entre gobierno, empresa privada y ciudadanía.
Debido a esta inquietud que tenemos, recientemente, como Four Consulting, llevamos a cabo el II Foro Ciberseguridad y Aceleración Digital, plataforma que sirvió para hacer referencia a esfuerzos tecnológicos que se pueden realizar a nivel público y privado para ser más estratégicos ante esta lucha en contra de la ciberdelincuencia.
Nuestro objetivo fue revelar, entre otros, metodologías de ciberataque que podrían presentarse debido a la falta un control y marco de uso adecuado a nivel empresarial de la Inteligencia Artificial (IA) con aplicaciones como ChatGPT siendo este solo un ejemplo, de muchos, de los ataques al que se expone el gobierno y la empresa privada.
La administración de nuestro país debe fortalecer su capacidad de respuesta y modernización de sistemas además de enfocarse pronto en la legislación acerca de ciberseguridad.
El segundo eje, por supuesto, deben ser las empresas. Nuestra representación en este panorama es central porque debemos dar el ejemplo, en inversión y en capacitación del personal para el reconocimiento y mitigación de las amenazas cibernéticas. La transparencia y la ética son más que importantes de este lado de la trinchera.
Finalmente, los ciudadanos deben tomar la iniciativa de educarse y dejar de exponerse a los miles de riesgos que están en el ambiente digital: uso de contraseñas seguras y cien por ciento de uso privado, actualizaciones de software y evitar visitas a sitios de dudosa procedencia, son apenas tres acciones que seguramente podrían ahorrarnos mucho problema a corto plazo. Esta nueva obligación es de todos.
CTO de Four Consulting