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Ciencia

La casa donde vive el ADN más hermoso: el Jardín Botánico Lankester

Por Patricia León-Coto | 10 de Sep. 2017 | 6:32 pm
Admire una de las colecciones de orquídeas más hermosas del mundo.

Admire una de las colecciones de orquídeas más completas de Costa Rica y Centroamérica.

Si quiere conocer un museo vivo cerca de la capital, no tiene que ir muy lejos. Este fin de semana puede visitar el Jardín Botánico Lankester, ubicado en el distrito de Dulce Nombre, muy cerca del cantón de Paraíso, Cartago, a unos 45 minutos de San José si viaja en automóvil.

Es un espacio para la observación, el disfrute y el conocimiento de las plantas: un verdadero museo viviente, que se encuentra abierto todos los días del año de 8:30 a.m. a 4:30 p.m.

Tiene una extensión aproximada de 11 hectáreas, y una colección de orquídeas de alrededor de 15 mil especímenes de unas 1100 especies, principalmente de nuestro país y Centroamérica.

La mitad del Jardín está destinado a un bosque en regeneración con diversas especies. El resto es lo que el visitante puede recorrer a través de hermosos senderos.

El jardín japonés es un regalo del país asiático.

El jardín japonés es un regalo del país asiático.

Durante el recorrido, se pueden observar no solo orquídeas sino otras colecciones de plantas tropicales como palmeras, bambúes, helechos, bromelias, cactus y suculentas.

También se puede disfrutar un hermoso jardín japonés con su lago, donado por la Embajada de Japón y la Agencia Internacional de Cooperación del Japón.

Laboratorio vivo

“Es un centro de investigación de la Universidad de Costa Rica, creado en 1973 gracias al esfuerzo de científicos y conservacionistas internacionales. Su objetivo es el estudio de las orquídeas y otras familias de plantas epífitas para conservar la diversidad biológica del planeta e inspirar y mejorar la calidad de vida de las personas”, explica su director, Mario Blanco Coto.

En sus invernaderos se cultivan más de 15 mil orquídeas que representan aproximadamente 1100 especies, principalmente nativas de Costa Rica. Cada planta está debidamente rotulada con una etiqueta que lleva un código de acceso único, el cual hace referencia a localidad, fecha de recolecta, recolector, hábitat, etc., datos que se guardan en una base de datos.

La colección de plantas vivas forma el corazón de la labor investigativa del Jardín, y gracias a ella sus investigadores han descrito para la ciencia más de 450 especies de orquídeas nuevas.

Se cuenta con un herbario propio con más de 9 mil especímenes de orquídeas preservadas en líquido, que es particularmente útil para mantener y estudiar su complicada estructura tridimensional.

Hay además colecciones de polinarios (las estructuras florales de las orquídeas que contienen el polen y que tienen gran importancia taxonómica), de tejidos deshidratados para extracción de ADN, y de fotografías, dibujos y documentos históricos digitalizados, explicó su director. 

¿Quién era Lankester?

En Paraíso de Cartago está este paraíso del mundo vegetal.

En Paraíso de Cartago está este paraíso del mundo vegetal.

Charles Herbert Lankester, un joven inglés muy interesado en la biodiversidad de Costa Rica, llegó al país en 1900 para trabajar en fincas cafetaleras, y compró una finca en Cachí.

“Su tío abuelo, Sir Edwin Ray Lankester (1847–1929), director del Museo de Historia Natural en Londres, influenció mucho el interés de Charles por la biología. El joven estaba particularmente interesado en aves y mariposas, pero pronto empezó a recolectar orquídeas y enviar algunas de ellas al especialista Robert Allan Rolfe en los Reales Jardines Botánicos de Kew, en Inglaterra”, relata el doctor Blanco, director del Jardín y biólogo especializado en botánica.

Charles adquirió después una finca llamada Las Cóncavas, en Dulce Nombre de Cartago, donde está actualmente el Jardín y se trae su colección de más de 1,800 orquídeas. Con el paso de los años, la colección fue creciendo y adquiriendo fama nacional e internacional, a tal punto que se convirtió en una meca para botánicos y biólogos que visitaban el país en la primera mitad del siglo XX.

Luego, por problemas económicos, vendió la mayor parte de la finca y conservó solo una pequeña parte llamada El Silvestre, donde estaban sus orquídeas. Después de su muerte, se logran fondos por parte de la Asociación Costarricense de Orquideología, organización que la adquiere. Posteriormente, en 1973, es donada a la UCR.

Nuevo edificio para la investigación

Las nuevas instalaciones abren nuevas oportunidades a la ciencia y a la conservación.

Las nuevas instalaciones abren nuevas oportunidades a la ciencia y a la conservación.

Recientemente, el Jardín Botánico Lankester estrenó un nuevo edificio para la investigación científica en torno a las orquídeas.

Las instalaciones se encuentran dentro del jardín. Son dos plantas con espacio para los laboratorios, una biblioteca especializada, un herbario, un auditorio y oficinas para los investigadores.

Gracias a estas facilidades, se pretende crear un banco de ADN para identificar cualquier especie de orquídeas del país.

Actualmente, parte de estos estudios se debe realizar fuera del Jardín, incluso fuera del país. Pero con la creación de nuevos laboratorios próximamente se podrían realizar por completo en sus instalaciones.

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