Kohei Uchimura es, por mucho, el mejor gimnasta de la historia que lo ganó todo con títulos alcanzados en su trayectoria internacional de más de una década, con un total de 30 medallas (15 de oro, 10 de plata y 5 de bronce), de las cuales siete fueron en los Juegos Olímpicos, 19 en los Mundiales de Gimnasia, una en la final de la Copa del Mundo y tres en las Universiadas de Verano.
Nada mal para este “monstruo” japonés, muy elegante y apodado en el mundillo de la gimnasia artística como “El Rey”, de 27 años. A lo largo de su carrera deportiva hizo fácil lo difícil, convirtiéndose en un medallista consagrado en las exigentes pruebas por equipos e individuales en el suelo, las barras paralelas y la barra fija.
Pequeño de estatura y delicado cuerpo, de apenas 1,61 metros y con unos brazos duros y musculosos, sus triunfos en esta explosiva disciplina lo convierten en un “Superman” y toda una celebridad del deporte, donde las marcas y las hazañas lo persiguen.
No volvió a perder cuando las citas de los seis aparatos se reúnen para elegir al gimnasta más completo del mundo. Con sus seis títulos mundiales individuales, coronados por los oros de Londres 2012 y Río 2016, Uchimura ha sido el único de la historia de la gimnasia artística en completar dos ciclos olímpicos perfectos.
Kohei es una superestrella nipona y el mejor de todos los tiempos. “Siento una gran admiración por Kohei Uchimura. Para mí, es un fenómeno. Como exgimnasta, me impresiona la serenidad con la que aborda la competición y su capacidad para mantenerse en la cima todos estos años”, aseguró el presidente de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG), el italiano Bruno Grandi.
Una temprana vida en el deportes
Hijo de gimnastas competitivos, Kazuhisa y Shuko, comenzó en la gimnasia a corta edad. Era un niño de tres años en 1992 cuando ya correteaba por el gimnasio familiar del club que era propiedad de su papá en Nagasaki. Desde esa época, empezaba a disfrutar a diario de sus cualidades, cuando hacía saltos y giros en el trampolín, dentro de su obsesiva búsqueda de la belleza y la excelencia.
Pero, él no es el único de la familia Uchimura que practica la gimnasia, pues también lo hace su hermana menor, Haruhi. “Al haber comenzado como un juego, el sentimiento de que la gimnasia es interesante y divertida lo tengo muy arraigado”, subrayó Kohei.
Cuando tenía 15 años, dejó a su familia y se trasladó a Tokio. Allí aprendió los secretos del deporte al ensayar a la par de Naoya Tsukahara, excampeón japonés y medallista de oro olímpico en Atenas 2004, quien es hijo de otro antiguo gimnasta, Mitsuo Tsukahara, ganador de nueve preseas olímpicas, cinco de oro.
Mientras Kohei aprendía a volar sobre unos aparatos que se convertirían en una extensión de su menuda anatomía, Kohei copiaba los movimientos artísticos cuando soñaba con ser Shun Fujimaki, el determinado gimnasta imaginario de los dibujos e historietas de origen japonés, cuyas aventuras devoraba en cada entrega del cómic “Ganba! Fly High” (1994-2000).
Uchimura también quería ser un héroe, pero con alma de artista, que procura la perfección en los aparatos, al ofrecer rutinas difíciles y ejecutadas con precisión. “Sus destrezas son producto de una combinación de enormes dificultades, consistencia suprema y extraordinaria elegancia de rendimiento”, según la revista especializada “International Gymnast”.
Fue en su primera competencia oficial, en el Torneo Internacional Juvenil del 2005 en Japón, cuando dio a conocer sus creencias religiosas y filosofía de vida: “Yo no creo en Dios, ni nunca he tenido amuletos de la suerte. Sólo creo en el entrenamiento (…). Y en todo lo que pienso es en lo que pueda conseguir con la práctica”.
Una sólida ruta al estrellato
Su primer aviso lo dio en su primera Olimpiada de Pekín 2008, cuando con 19 años no la pasó bien y se cayó dos veces; él nunca se rindió y siguió su accionar. Finalmente, se asomó en la cita asiática llevándose dos preseas de plata, una por Equipos y otra en “All-Around”, que es el concurso general individual.
Desde entonces, un reservado y tranquilo Uchimura montó los cimientos de una sólida carrera. Logró el oro olímpico en el evento individual en Londres 2012, y encadenó seis títulos mundiales consecutivos en la disciplina, que se disputaron en el 2009, 2010, 2011, 2013, 2014 y 2015. Nadie había hecho esto antes.
“Creo que las lindas actuaciones pueden hacer que la gente, incluso quien no conoce bien la gimnasia, se emocione. El ejercicio que llega al corazón de la gente es bello y yo quiero mostrar actuaciones así”, aseguró Kohei a “International Gymnast”.
En la Olimpiada de Rio, el reinado de Uchimura no se sintió amenazado, al adueñarse del oro por equipos y en el concurso general individual. “Kohei es el Michael Phelps de la gimnasia. Competir contra un hombre que no ha perdido su título desde el 2009 es maravilloso”, comentó el ucraniano Oleg Verniaiev, de 22 años y medallista de plata en la última modalidad.
Solo dos veces un campeón olímpico individual había repetido el título: el soviético Victor Chukarin, en 1952 y 1956, y el japonés Sawao Kato, en 1964 y 1968. Además, es el primero en 44 años desde que Kato lo hizo la Olimpiada de Múnich 1972, que cosechó tres medallas consecutivas, con dos oros y una de plata.
Rio 2016 fue nolvidable
Ni el inesperado quinto puesto en la final de suelo eclipsó el paso dorado de Kohei por los Juegos Olímpicos, al confirmar que es humano, estaba cansado, con su espalda dolorida, y acabó sin medalla en su despedida de Rio 2016. Sin embargo, de Brasil se fue con los títulos más brillantes –individual y por equipos–, y con un asiento de por vida entre los dioses del Olimpo y de la gimnasia.
“Me he dado cuenta de lo difícil que es lograr el oro en el concurso por equipos. Pero nuestro equipo es realmente fuerte, para luchar por las medallas, cuando el resto del mundo no quiere que las consigamos”, resaltó Uchimura la semana pasada, tras haber liderado a sus compañeros sobre el tatami: llevó a Japón al título por países, abriendo un nuevo escenario en la gimnasia artística, pues hasta ahora rusos y chinos habían controlado esta disciplina.
Poco se conoce de su vida fuera del tapiz. Apenas se sabe que es empleado de una compañía japonesa, que le encantan los automóviles y salir de compras, sin olvidar que su pasatiempo preferido es la lectura de libros de historia.
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Nombre: Kohei Uchimura.
Edad: 27 años.
Nacimiento: 3 de enero de 1989, en Kitakyushu, de Fukuoka, Japón.
Peso: 54 kilos.
Estatura: 1,61 metros.
Residencia: Tokio, Japón.
Disciplina deportiva: Gimnasia artística.
Detalles: Pertenece al Club de Konami (Japón). Está graduado en la Universidad Ciencias del Deporte de Japón.
Cuerpo técnico: Hiroyuki Kato, entrenador jefe; Yoghiaki Hatakeda y Koji Gushiken, entrenadores asistentes. Los tres japoneses. Anterior entrenador: Naoya Tsukahara (japonés).
Comienzo en este deporte: 1992, a los 3 años.
Primera competencia oficial: Torneo Internacional Juvenil del 2005 en Japón. Seleccionado japonés: Desde del 2006. –Juegos Olímpicos: 7 medallas (3 de oro, 4 de plata), en Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. –Campeonatos Mundiales: 19 medallas (10 de oro, 5 de plata, 4 bronce), en Londres 2009, Rotterdam 2010, Tokio 2011, Amberes 2013, Nanning 2014 y Glasgow 2015. –Final de la Copa Mundial: 1 medalla (1 de plata), en Madrid 2008. –Universiada de Verano: 3 medallas (2 de oro, 1 de bronce), en Bangkok 2007. Total de medallas en su carrera deportiva: 30 (15 de oro, 10 de plata, 5 de bronce).
Uchimura está casado, lo hizo en el otoño del 2012 y tiene dos hijas de corta edad, nacidas en el 2013 y el 2015. Cuando se le preguntó si a ellas les enseñaba la gimnasia artística, respondió: “Si fueran niños más grandes creo que probablemente lo haría, pero no entiendo la gimnasia femenina y creo que es mucho más grave”.
La primera noticia que dio al llegar a Río 2016 no estuvo relacionada con la gimnasia. Se supo que sus aficiones son humanas, adicto al juego de moda “Pokemon Go”, que le había costado un disgusto de medio millón de yenes (casi 5.000 dólares), víctima de las altas tarifas móviles en "roaming" en el extranjero.
Un pequeño desliz de Kohei, genio de la gimnasia artística del país del Sol Naciente, cuyos sólidos cimientos cuesta derrumbarlos y hace rato lograron cruzar el Pacífico, como vaticinaron sus padres.
El próximo reto de Kohei Uchimura es luchar para lograr un broche soñado en su carrera: prolongar su leyenda deportiva y defender su imperio en casa dentro de cuatro años, aunque sólo sea para que sus hijas puedan verlo competir, cuando tenga 31 años de edad y sea uno de los anfitriones de la próxima Olimpiada de Tokio 2020.
(*) Rodrigo Calvo Castro es periodista deportivo del sitio http://cronica.cr/